Noches largas

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Matti se durmió rápido y Alex también... Empeze a sentir hinchados los párpados de mis ojos, el agua... El sonido del golpe y sus ojos siempre cerrados me estaban volviendo loca, me di vuelta y trate ya no pensar mas en eso, pero tenia algo oprimiendo mi corazón, tener a Matti a mi lado, me dolía.. Me recordaba a Luca y no quería pensar en él, no cuando mi novio tenia un hijo y me guste o no tendría que convivir con él, sentí que el aire empezaba a faltarme, intente calmarme presionando las sabanas, no lo logre.
Me puse de pie, recogí mi ropa del sofá y salí de la habitación, llame un taxi y me metí en el sanitario del primer piso.

Deja la camiseta enorme que me presto Alex bien doblada sobre una de las repisas, me puse mi vestido, me limpie las lágrimas y salí de allí chocando contra  las luces encendidas y el cuerpo fuerte de Alex.

- Te ibas otra vez sin decir nada.- dice molesto, no respondo nada, bajo la mirada y miro hacia el piso cansada, se acerca y sube mi rostro.- estabas llorando.- aun que espero que intente comprenderme y no juzgarme su mirada me analiza de manera que parece que va entendiendo algo.- ¿Es por Matti? - pregunta en un susurro, no... Alex... Tu hijo es un niño precioso y encantador, si tan solo supieras.- ¿Te ibas por que tengo a Matti no es así? Habla.- exige molesto, niego con la cabeza.

- voy a contarte el único secreto que le e guardado a todo aquel que me conoce aparte de mis padres, Alex... Lo haré por que siento que me ahogo cada vez que estoy aquí.- mi voz se rompe.- si no quieres que vuelva a acercarme a Mattias después, te entenderé lo juro.- digo entre lágrimas.

- Me estas asustando Beck.- dice sentándome en la grada, arrastra una silla hasta donde estoy y se sienta frente a mi.

- Cuando tenía seis años mi madre dio a luz a un hermoso bebe, era un niño, mi hermanito... Lastimosamente, en vez de festejar la llegada del pequeño y frágil Luca, mis padres se la pasaban peleando, mi padre vivia trabajando y mi madre estaba molesta por que ella ya no podía hacerlo, él no quería pagar a nadie para que cuidaran a sus hijos, creía que mama debía estar los primeros años junto a nosotros, pero ella tenía depresión posparto apenas soportaba tenernos cerca, sobre todo a Luca.

Gritaba mucho y para mantenerme callada me daba todo lo que pedía, pero no podía hacer lo mismo con él bebe.

Ese día salio gritándole a papá que el también tenia obligaciones, que dejara de ser tan inútil y se hiciera cargo hasta que volviera, antes de cerrar la puerta grito que Luca necesitaba un baño... Papa se sentó en su escritorio a trabajar, Luca empezó a llorar, lo saque de la cuna y él se calmo, tenia seis meses, estaba pesado, lo senté en la cama y le puse dibujos.

Fui al baño e intente alcanzar la bañera del bebe, pero estaba muy alto, demaciado.

Encendí el agua y logre dejarla tibia, la deje llenando y fui por el bebe, le quite la ropita y lo lleve a la tina... El agua ya estaba rebasando, la apague apenas y lo puse de pie en el agua, estaba bien, le gustaba... Salpico el agua jugando y cerré los ojos, cerré los malditos ojos, resbalo, golpeando su cabeza y hasta el fondo, no lograba sacarlo.- Alex toma mi mano, creo que ya sabe por donde voy.- Empecé a gritarle a papá, pero no respondía.

Baje corriendo y entre de golpe a la biblioteca, se quito los auriculares y le grite que el bebe se estaba muriendo en el agua, corrió y lo saco de la tina.

Todos corrían en la casa, las mucamas y otras personas de servicio, pero nadie me decía nada de Luca.

Al día siguiente fuimos al hospital, el bebe estaba entubado.

Mi madre no me miraba a los ojos y mi padre no hablaba... Sentí que moría, me dolía, me dolía demasiado...

Estuvo así por siete días en los que habían doctores rondando y hablando de cosas que yo no entendía, el séptimo día, mi madre y mi padre se sentaron frente a mi y me dijeron que debíamos despedirnos de Luca.

Murió por que tenia un tumor en la cabeza, mi padres, el médico y la psicóloga intentaron convencerme de que el tumor ya lo tenía, que el golpe en la cabeza solo lo había alterado, fue mi culpa, cerré los ojos, no pude sacarlo.- mis manos tiemblan.

- Beck...- su voz cargada de lastima, hace que me odie un poco mas a mi misma.

- No Alex...- me pongo de pie.- No hace falta que intentes convencerme como los demás que no fue mi culpa, lo fue... todavía escucho el golpe de su cabeza en el borde de la tina... No debí sacar al bebe de la cuna, debí llamar a papá, no debí intentar bañarlo, pude dejarlo viendo tv, no debí cerrar los ojos.- sollozo limpiandome la cara, salgo de su casa corriendo, el taxi esta unos pasos mas adelante de su casa, entro y este arranca, veo a Alex plantado en la puerta con su pantalón de dormir y sin camiseta, cierro los ojos.

Sr. ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora