Katherin

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Narra Alex

- buen día licenciado. - dice una voz que conosco bien a mis espaldas, recojo mi maletin y me dirijo a la puerta.

- ¿qué haces aquí? - cuestionó, claramente molesto, pasó junto a ella y está camina detrás de mí.

- Creo que lo sabes bien, cariño.

- no me interesa, te dije claramente que no podias poner un pie aquí, ni en la empresa, ¿como me encontraste en este lugar? . - suelto caminando firme, un par de amigas de Beck, me saludan en el camino.

- Una jovencita muy simpática me dijo donde encontrarte. - dice satisfecha.

- hasta mañana licenciado...

- hasta mañana señoritas. - saludo sin detenerme.

- puedes parar un momento, caminas demaciado rapido. - reclama como si me importara, entro en la dirección, firmó y salgo de allí despidiendome de la secretaria, continuó hasta el estacionamiento.- Alex, porfavor... Tenemos que hablar. - chilla detrás de mí.

- No tenemos nada de que hablar. - respondo quitándole el seguro al coche.

- Claro que si, soy tu esposa y la madre de tu hijo si tuvieras un poco de desencia...- ¿Mi esposa, madre de mi hijo?

La acorralo contra la pared...

- ¿mi esposa? ¿madre de mí hijo? será mejor que vayas ubicandote en el mapa Katherin, no quiero que te aparezcas en mi trabajo, te lo advertí antes, no vas a conseguir nada de mi.- la suelto y me subo al coche hecho una bestia siento que podría partir el coche en dos, su presencia me desquicia.

Condusco hasta una libreria y compró el libro que Matías llevaba tiempo pidiéndome que lo leyeramos juntos, Condusco a casa y al entrar se escuchan risas en la sala.

- Papá. - salta Matti a mis brazos, Katherin y su madre se levantan de la alfombra y arreglan sus vestidos, ella es el reflejo de su madre.

- Alex... hijo ¿como has estado? - pregunta.

- Bien, gracias... cree que podríamos conversar un minuto en la biblioteca. - pido, asiente y me sigue.

- se que no debes estar muy tranquilo por la presencia de mi hija pero...

- no, no estoy tranquilo, no puede quedarse aquí.- anunció firme.

- escucha entiendo tu molestia.

- No creo lo entiendas, ustedes juntas ya me han manipulado antes para hacer lo que ustedes querían, pero ya no voy a cargar con la culpa de lo que paso en el pasado, no voy a seguir dándoles el gusto en todo, no la quiero cerca de mi y mucho menos de mi hijo. - digo mirándola fijo.

- lo siento Alex pero Katherin tiene tanto derecho a esta casa como lo tenía Clawdden y tiene el mismo derecho sobre Matti que tienes tú.

- no tiene ningún derecho, puedo probarlo legalmente, en el momento que quieran...

- ella se queda, Matti necesita una madre, tu nunca estas en casa, te llame hace un par de semanas justamente para evitar esto, ya lo hablamos y sinceramente...

- él no la necesita a ella y si las cosas van bien, tendrá una buena madre, pero no tu hija. - suelto empezando a molestarme, no importa cuánto insistan, no hay forma de que esa mujer se quede bajo el mismo techo que yo.

- es por eso... ¿tienes una amante? - dice, suelto una carcajada cruda.

- que diablos pretenden, tu sabes tan bién como yo que ella jamás quiso a Matti... ¿que es lo que quiere?

- Mira Alex legalmente ella sigue siendo tu esposa y es la madre de tu hijo, no importa lo que quieras hacer legalmente, si no quieres llevar la fiesta en paz, también puedo hacer lo imposible para quitarte a Matti... - dice sacando un cigarro de su bolso.

- solo para darle el gusto a tu hija, sin importar la felicidad de Matti.

- él está feliz con su madre, ¿que no lo viste? - dice tranquila, la observó de pies a cabeza y niego con la cabeza, se que sabe bien lo que pienso de ellas, salgo de la biblioteca tan tranquilo como puedo, subo al segundo piso y saco una maleta del armario de Matti y empaco sus cosas, bajo y Kateherin se para frente a mi.

- ¿que haces? - cuestiona.

- cuando decidas irte de nuevo, por favor cierra la puerta.- suelto, cargo a mi hijo y salgo de casa con él.

***

- mi amor, mi vida... - le susurro al oído y la abrazo por la espalda, siento la conección entre su cuerpo y el mío, quiero tenerla así de cerca siempre, ella es mi gran debilidad, me vuelve un hombre blando, empieza a llorar y mi corazón se desespera, no se como compensar todo el daño que le causó, siempre termina llorando por mi culpa y no soporto verle así, da vuelta sollozando.

- que quieres de mi, te soy fiel, te quiero solo a ti y aun así siempre encuentras la forma de destruirme, mírame... te parece que estoy bien, me llenas de inseguridades, eres un hombre mayor, muy atractivo y aun así eres tú el que me cela a mi y me hace acusaciones falsas, ¿sabes que creo? que tienes otra mujer y que por eso crees que yo seria capas de hacerte lo mismo, puedes ser sincero conmigo, ya me han fallado antes, seguro lo superare.- dice mientras las lágrimas caen por sus mejillas rompiendome por dentro, soy un idiota.

- voy a ser completamente sincero contigo ahora mi amor, Te amo, te amo solo a ti.

- pero... hay alguien mas ¿cierto? - musita, no logro responder, me pica la garganta.

- si.

Sr. ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora