Capítulo 16

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El hecho de que mi ship se estaba volviendo realidad me tenía más que contenta. El destino y los ancestros Quileutes estaban a favor de mí, ya que habían juntado a Mandy y a Embry. Desde el instante en que Amanda comprendió que todo aquello que parecía fantasioso era real, nuestro vínculo de amistad se había fortalecido.

Ahora no tenía que morderme la lengua al momento de contarle mis aventuras con los chicos, ya que ella ahora también estaba con nosotros gran parte del día.

Por supuesto, Embry aún no le había mencionado el importante detalle de que ella era su impronta. Él me había comentado que no quería abrumarla, no quería que se viese obligada a estar con él sólo porque una fuerza mágica lo imponía. Le dije que era un tonto.

Sólo había que ser ciego para no darse cuenta de cómo mi mejor amiga miraba a Embry, ella realmente gustaba de él. Y viceversa, ya que ella ni se percataba de la devoción tan enorme que le entregaba el castaño a ella. Aunque a ella la podía justificar, o algo así, porque era ciega en toda la longitud de la palabra.

¿Sí entendieron? Porque era miope.

*inserte risa penosa*

—Bella me ha invitado a una cita —la voz de Jacob me sacó de mi ensoñación. Fruncí el ceño, fijando mi vista sobre él.

Estábamos desparramados en los sillones de la sala de la casa del abuelo Ateara. Mi cabeza estaba reclinada en el reposabrazos, mis piernas extendidas por todo el sofá y mi cabello casi rozando el suelo.

— ¿Una cita? ¿Cita cita? —Pregunté, incorporándome poco a poco y sentándome en posición de indio en el sillón—. Cuéntame más. No sabía que habías escalado la empinada colina de la friendzone.

—Que graciosa, de verdad —él rodó los ojos, sin moverse de su posición—. Estás pasando demasiado tiempo con el cabeza-hueca de Paul. Siento que me olvidas.

—Deja tus celos, tonto, Paul y tú son totalmente diferentes. Él sabe muy bien que tú eres mi mejor amigo al igual que Embry, no existe punto de comparación —dije con convicción, sin despegar mi vista de encima de él.

De pronto, Jake se incorporó también, mirándome como un cachorro regañado—. ¿Cómo está Embry?

El tema de Embry era delicado. Él había estado ignorando a los chicos (Quil y Jacob), sólo compartía con Mandy, Paul, Jared y conmigo en el instituto. Pasaba la mayor parte de sus días en casa de Sam y Emily, comiendo sin parar y hablando con Mandy por teléfono, ya que los padres de mi mejor amiga seguían siendo estrictos con respecto a sus horas de estudio y el tiempo que les dedicaba a sus amigos.

Por supuesto, Jacob y mi primo le habían reclamado, acusándolo de unirse a la secta de Sam, sin conocer verdaderamente lo que ocurría. Amanda y yo tuvimos que intervenir, diciéndoles a los chicos que se calmaran. Quil estaba realmente furioso con Embry, no comprendía cómo los había "traicionado" a tal magnitud.

—Embry está bien, Jake, yo creo que en poco tiempo volverá a ser parte del grupo y volveremos a ser inseparables —le animé, sonriéndole sinceramente—. Ahora, explícame lo de la cita con Bella.

La expresión de tristeza de mi amigo se transformó en una expresión abochornada, sus mejillas se habían coloreado de un potente rojizo y parecía que iba a darle un ataque.

—Ella no dijo cita como tal pero... pero me dijo que iríamos al cine.

Arqueé las cejas—. ¿Al cine? Paul me dijo que esa es una táctica de los chicos para coquetear con las chicas. ¿Crees que aplique de la misma manera?

—Primero, dudo mucho que Paul haya utilizado esas palabras y, segundo, no lo sé... ella me dijo que también irían sus amigos de su instituto —aclaró, suspirando y volviéndose a recostar en el sillón.

Out of the WoodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora