Capítulo 9

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—Entonces Bella está deprimida —musitó Jacob, soltando un suspiro de tristeza—. Charlie está muy preocupado, lleva recluida en su habitación más de un mes...

—Jake, amigo, realmente hemos captado el asunto —rió mi primo, dándole un golpecito en la frente a Jacob—. Lo has mencionado aproximadamente...hmmm... todos los días durante el instante en que esa familia rara desapareció de la faz de la tierra y tu querida "no novia" perdió a su verdadero novio.

Él pareció ignorar el argumento de Quil y se giró hacia mí, intentando sonreír.

— ¿Podrías visitar a Bella, Bi? Entre las chicas se entienden mejor, posiblemente logres que salga de su casa y que venga a la Reserva para pasar el rato...

— ¿Para pasar el rato o para estar contigo, Jake? —se burló Embry, que estaba sentado enfrente a nosotros. El comedor estaba bastante concurrido, ya que ese día estaban sirviendo pizza y gaseosa de naranja, lo que parecía ser toda una novedad para el instituto de la Reserva.

— ¡No se metan conmigo y déjenme terminar de conversar con la única persona decente en esta mesa! —Exclamó con enojo, golpeando con el puño su bandeja, logrando que su plato se volteara, arruinando su hermosa pizza.

Entonces los tres estallamos en risas, logrando que Jacob soltara un gruñido de enojo y se levantase a toda velocidad de su asiento, señalándonos con su dedo índice.

— ¡Ya verán quién no los ayudará cuando tengan problemas, malditos infelices!

Y salió a por piernas, caminando rápidamente hacia las puertas del comedor, agitando su largo cabello como una diva enfurruñada, ocasionando que Embry, Quil y yo no pudiésemos dejar de reír como locos enfermos.

Mandy se sentó en la silla que estaba al lado de la mía, sonriendo con alegría, que se desbordaba de sus ojos escondidos detrás de sus grandes gafas. De reojo pude ver cómo Embry la miraba con una sonrisita suave dibujada en sus facciones. Oh, Dios, yo haría que ese par se juntara. Ambos parecían corresponderse en lo que se refería a sus sentimientos.

—Me encanta la pizza, chicos —musitó ella con voz soñadora, dándole un mordisco a su pedazo de pizza, disfrutando cada esencia que tenía la masa—. Es la mismísima gloria —alargó la letra "a" en la última palabra, sin apartar sus ojos de la pizza.

—Entonces deberíamos salir a comer pizza a algún lado —propuso Embry, logrando que tanto Quil como yo arqueáramos las cejas—. Digo... todos juntos. Y... a-así poder comer toda la pizza que queramos, ¿n-no creen?

Solté una risita cómplice al ver el nerviosismo de ambos, Mandy y Embry, lo que supuso que interviniera para que la cara de mi mejor amiga regresara a su color blanco, y dejara de ser rojo furia.

—Suena como idea maravillosa, Embry—esbocé una sonrisa, poniendo mi mano en el hombro de Mandy, motivando que ella dejase de mirar con cara de embobada al pobre chico que no dejaba de sonreír con todos los nervios haciendo una fiesta en su interior.

— ¡Sí! —Saltó mi amiga, sorprendiéndome nuevamente. Ella solía ser un poco cerrada con los chicos, pero veía que empezaba a acostumbrarse a estar a su alrededor y ser todo lo espontanea que podía—. ¿Cuándo les parece?

—Bueno, ya se acercan las vacaciones de Navidad —indicó Quil, uniéndose a la conversación.

Entonces Mandy soltó un bufido—. No creo que pueda en vacaciones, iré con mi familia a Nueva Jersey, ya que mis abuelos maternos viven allá. Es una tradición de familia.

Los cuatro nos quedamos callados, pensando en las opciones que teníamos. Una idea vislumbró en mi cabeza.

—Podríamos reunirnos el sábado, temprano —planteé mirándoles a los ojos—. Vamos a casa del abuelo Ateara, estudiamos para el examen de química del martes y luego nos vamos a alguna pizzería. Así que, ¿qué les parece?

Out of the WoodsWhere stories live. Discover now