Capítulo 25

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VOLTERRA, ITALIA

NARRADOR OMNISCIENTE

Aro Vulturi, líder del clan dominante del mundo de los vampiros, caminaba dando cortos pasos en el salón con piso de mármol, siendo observado por el otro dúo de vampiros líderes a quienes llamada hermanos y por los demás miembros que conformaban el círculo de los criaturas sanguinarias con habilidades más poderosas e interesantes que había logrado reclutar con el pasar los siglos.

—Alice Cullen tiene un poder maravilloso, necesito que sea mío, que esté únicamente a mi disposición. Lo mismo referente al poder de leer las mentes del amigable Edward —musitó con voz pesada, con un fuerte acento marcado y jugando con sus cabellos largos y oscuros—. Pero no son lo único interesante que nos ha pasado, hermanos.

—Desde que esa humana insulsa y los dos Cullen estuvieron aquí has estado comportándote de una manera algo inusual, hermano, dinos qué ocurre ya —habló con voz profunda Cayo Vulturi, recostándose en el trono de oro donde se encontraba sentado, exigiendo explicaciones—. ¿Tiene relación con ese olor tan peculiar que se presentó junto a ellos?

Uno de los vampiros rastreadores dio un paso hacia el frente, haciendo una diminuta reverencia. Demetri, esperando órdenes de Aro, permaneció derecho y con los hombros cuadrados, recolectando dentro de su mente todos aquellos aromas que había percibido el día en que los Cullen habían ido.

—De ese tema precisamente quería hablarles, hermanos míos —siseó el líder del clan, posando sus rojos ojos sobre las figuras de los co-líderes y haciendo un pequeño paneo entre los otros vampiros presentes—. Ignorando el enloquecedor aroma que posee la tua cantante de nuestro queridísimo Edward, existía otro aroma extremadamente potente impregnado en la muchacha. Lo curioso del asunto es que ese peculiar olor provenía de la sangre que la adorable Isabella tenía bajo sus uñas.

Hubo un corto revuelo en la sala. El vampiro de imponente porte alzó su mano y el silencio volvió a reinar.

—Se preguntarán, queridos míos, ¿qué clase de aroma es tan fuerte como para ser detectado, sólo existiendo una minúscula muestra de éste, que podría ser opacada por cualquier otro olor? —soltó una risita aniñada, avanzando hacia su trono, a merced de las miradas de todos—. Yo también quería saber, necesitaba conocer el origen de aquel magnífico manjar que mis fosas nasales aspiraban. Y las respuestas me llegaron al sostener la mano de la hermosa Alice Cullen.

Guardó un silencio teatral mientras tomaba asiento, pasando una de sus piernas por encima de la otra y enderezando la espalda. Llevó una de sus delgadas manos a su barbilla, como si estuviese pensando en cuáles palabras debía escoger para generar más intriga entre los miembros de su aquelarre, que ya se encontraban sobre las puntas de sus pies (metafóricamente hablando).

—Desconocía la existencia de esta raza. En realidad, pensaba que se trataba de un mito inventado para ahuyentar a los nuestros de las zonas boscosas y de amplios follajes. Evidentemente, erraba en mi pensamiento...

— ¿A qué te refieres, hermano? —Volvió a preguntar con impaciencia Cayo, ganándose una mirada seca por parte de Aro. Quiso soltar un bufido pero se contuvo, más interesado en conseguir las respuestas que necesitaba.

—En Forks, Estados Unidos de Norte América, el pequeño pueblo donde está establecido el clan Cullen, hay un espíritu de la naturaleza.

Marcus, repentinamente animado, alzó la cabeza y fijó sus rojos ojos sin vida sobre el otro vampiro.

— ¿Aquel extraordinario aroma a madreselva, olas y ventisca proviene de la sangre de un ser que creíamos una mentira, una falacia? —Parecía querer burlarse con su pregunta pero estaba inusualmente entusiasmado por la noticia—. ¿Quién es ese maravilloso ser?

Out of the WoodsWhere stories live. Discover now