Capítulo 7

5.4K 570 67
                                    

PAUL LAHOTE

Cuando Sam nos había ido a buscar a Jared y a mí, sentí que mi lobo se agitaba de la felicidad. No comprendía lo que me ocurría, así que atribuí el comportamiento de la criatura que llevo dentro a que estaba hambriento.

En el camino a la casa de nuestro alfa, él nos comentaba que Emily tenía una pequeña visita y que debíamos compartir con ella. No estaba prestando demasiada atención debido a que, cada vez que nos acercábamos más a nuestro destino, mi lobo se revolvía en mi interior.

— ¿Estás bien, Paul? Te veo inquieto —murmuró Sam, echándome una ojeada por encima.

—Sí, sí, sólo estaba pensando...

— ¿Qué? —La risa de Jared no tardó en aparecer—. ¿Tú piensas?

—Graciosillo —rodé los ojos, bufando por lo bajo y dándole un manotazo al idiota de mi compañero.

Ellos intercambiaron una mirada que me pareció más que sospechosa.

— ¡El que llegue de último es un huevo podrido! —gritó Jared, levantando los brazos como un loco enfermo, que necesita ir urgentemente a un manicomio.

Sam y él salieron corriendo rápidamente, dejándome de pie ahí, como un tonto. Casi podía ver cómo desprendía la tierra del piso, como en las caricaturas que aún veía en vez de hacer las tareas.

Cuando capté lo que ocurría, ya me veía corriendo como un loco tras los enfermos de mis amigos. Creo que en vez de ser hombre lobos, somos una banda de idiotas con súper poderes.

Al llegar a casa de Sam, los dos estaban esperándome con sonrisas burlonas dibujadas en sus estúpidos rostros.

—Eres un huevo podrido, Paul —soltó mi amigo con un gesto chistoso, logrando que volviese a bufar con molestia.

Ellos entraron a la casa, ambos riéndose de mí.

—Muy maduro de su parte dejarme atrás, chicos, de verdad —gruñí, siguiéndoles el paso de cerca—. La próxima vez, los que se quedarán atrás serán ustedes y tendrán que adorarme.

De pronto, sentí a mi lobo alterarse más de lo debido. El olor a coco invadió mis fosas nasales, lo cual ocasionó que soltase un jadeo de sorpresa; sólo había una persona que oliese de esa manera, y era imposible que estuviese aquí, ¿verdad?

Desesperadamente, mis ojos se movieron por toda la estancia, asegurándome que ella estuviese aquí. Y estaba deseando poder volver a verla, he estado tanto tiempo lejos de su presencia.

Entonces, mis ojos pararon sobre los ojos avellanas de ella. En mi interior hubo una revolución total, mi lobo casi que empezaba a dar ligeros saltos y agitar la cola de un lado hacia el otro. ¡Ella estaba aquí!

—Bianca —musité su nombre con cautela, encantándome por la belleza del mismo. Le quedaba como anillo al dedo.

Me acerqué velozmente al lugar donde estaba sentada, ignorando que hubiese más personas en la pequeña casa de mi alfa, yo sólo quería estar cerca de mi hermosa impronta, era una tortura para mí y para mi lobo estar tan lejos de ella.

—Hola, Paul —una sonrisa dulce se dibujó en sus facciones.

Ah, voy a morir.

—Eh, amigo, ¿no me vas a presentar a la chica? —Jared pasó un brazo por encima de mis hombros, sonriéndole con picardía a mi Bianca—. Al parecer, mi amigo Paul olvidó la cortesía y los buenos modales. Me llamo Jared Cameron, ¿y tú, preciosa?

—Seguramente no me llamo preciosa —la contestación que dijo nos dejó a todos un poco sorprendidos. Me dio una oleada de orgullo al verla así.

Out of the WoodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora