Rafael Valtersen, no está preparado para poner en riesgo su vida por un partido de fútbol americano. Sabe que es más hueso que carne y su mundo gira en su vía de escape: la música, donde puede viajar a otro espacio y tiempo.
Lara Foster, no es la pe...
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—Allen Fjor Dahl, tienes que mover ese flácido cuerpo del sillón, venir a Oslo y disfrutar de la reunión.
—Momento, ¿cómo sabes que estoy botado en el sillón? ¿Acaso hay cámaras en mi propia casa y no lo sabía? —Chilla del otro lado de la línea y aparto el celular de la oreja —bruja.
Blanqueo los ojos a pesar de que él no me está viendo. Y es que el motivo por el que le he llamado es para que se presente a la reunión que ha organizado los Valtersen para esta tarde con motivo de darle la bienvenida a los chicos, que de seguro deben estar muy ansiosos.
—No soy parte fundamental, Lara. Solo hice lo que tenía que hacer y ya. Si voy, estaré de sobra. ¿Y por qué rayos le dices reunión? Estamos en el siglo veintiuno, se le dice fiesta. Genio.
Y sigue de terco.
—¡Claro que eres una parte fundamental! No digas tonterías, tú le ayudaste, le diste a Rafael el empujón que necesitaba. Además, ¿por qué no lo haces por los chicos y mis padres? Hace tiempo que han querido verte, pero tú siempre te escondes. Somos tu familia, soy tu familia. No seas anticuado con mi vocabulario.
—Ow, eso ha sido lindo, pero deberías ser menos gruñona.
—Ya no me estás simpatizando —digo entre dientes.
—Eres imposible, está bien iré, ¿me prometes que habrá pizza? Porque llegaré con un hambre después del viaje.
—¡Esto.es.emocionante! —Doy saltos en mi lugar de la emoción —sí, te prometo que habrá pizza. Voy a enviarte la dirección, ¡gracias Allen!
—Sí, sí, te lo advierto: si alguien me abuchea en el transporte, me regreso y será tu culpa. ¡Qué se te quede en la consciencia!
—¡De acuerdo! ¡Adiós!
Antes de que Allen agregue otra cosa, le corto, ya después lo discutiremos en su presencia. Enseguida tocan a la puerta y me acerco para abrirla.
Es papá.
—¿Qué corbata combina con mi piel? ¿Rojo vino liso? ¿O lila con cuadros, cariño?
Rio ante su desesperación mientras sostiene en ambas manos las corbatas.
—Papá la fiesta es informal, así que no es necesario llevar un traje de etiqueta.
—¿No? —Frunce el ceño sorprendido —bueno, pues yo pretendo impresionar al famoso Rafael.
Y aquí vamos de nuevo. Le he dicho muchas veces que Rafael es una persona sencilla y simple, sin embargo, quisiera tenerlo de frente y charlar sabrá solo él de que cosas.
