Y del caos nacen las estrellas #1 ✔

Fuera de este mundo.

Fuera de este mundo.

—Sin palabras, he quedado sin palabras —Daryl choca los cinco y me abraza con fuerza -eres una asombrosa actriz.

—No es para tanto, D, pero aprecio tu comentario, gracias.

—¿Qué sentiste al besar a ese odioso? —Maise hace un gesto de desagrado. Se acomoda su gorra de béisbol favorita y seguidamente se cruza de brazos.

Respecto al beso, la verdad no le tomé importancia cuando sucedió, era parte de la actuación, fantasía, no hubo sentimientos ni sentí una invasión galáctica en mi interior, fue tan rápido que no me dio tiempo de pensar.

—Nada —Encojo los hombros restándole importancia.

Quiero gritar: ¡Ganas de vomitar!, pero aquí no es el momento correcto para hacerlo. Los padres de Patrick están cerca de nosotros, así que vamos a otro lugar para poder encontrar a los míos.

Mamá aplaude de felicidad al verme y papá no deja de grabar el momento ni por un segundo, de seguro no sabe cómo apagarla.

—Felicidades, Lara, eso fue... ¿Cómo decirlo?, ¡asombroso!

—¿Enserio? ¿No fue para nada incómodo para ustedes? —Ambos niegan con la cabeza —genial, por un segundo creí que se iban a desmayar.

—Lo tengo todo grabado —confirma papá.

—Yo también —dice Daryl —Señor Foster, ¿por qué sigue grabando?

Papá esconde la cámara tras su espalda y sonríe, Daryl se ofrece a enseñarle como se usa y él accede, Mais le sigue detrás para cuestionar sus métodos de enseñanza.

Mamá me abraza de nuevo y mi mirada se enfoca en un punto en específico, Rafael se encuentra en la puerta del auditorio, tiene las manos escondidas en los bolsillos de su pantalón y cada vez que puede, le sonríe a las personas que pasan a su lado.

—Mamá, ¿me permite unos segundos? Voy a saludar rápido a un amigo.

—Sí, cariño, aquí te esperamos —esquivo a las personas y en el camino me encuentro con algunos profesores que me felicitan por mi actuación, la verdad es que estoy bastante agradecida por mostrar mi talento frente al público, aunque solo sea en una presentación escolar, ha sido lo mejor.

Cuando me detengo frente a él la situación cambia, no me siento como una tonta avergonzada.

—¿Qué te ha parecido?

Rafael mueve los hombros de lado a lado y formando una mueca, buscando las palabras correctas para responder y vaya que lo hace.

—Esperaba más drama de tu parte, en la escala del uno al diez... —se lleva una mano al mentón pensativo —tienes un cinco.

—¿Un cinco? ¿En serio, Rafael? —Me cruzo de brazos optando por una postura retadora y a la vez indignada —. Dime, ¿qué parte de la obra no te convenció? ¿Tan mala soy actuando?

—Lo has dicho tu misma —muestra ambas palmas de la mano y trata de no reírse. Pero eso no pasa, él no contiene las ganas y se ríe —okey, okey, eres buena actuando, de alguna manera me recordó a mis días en que participaba en teatro musical, aunque no es muy diferente estando en el escenario teniendo un instrumento frente a ti y compartir una pieza musical a muchos espectadores.

En este instante me doy cuenta que ambos compartimos la misma pasión, bueno, ya lo había notado antes, pero hoy es demasiado notorio teniéndolo frente a mí. Me doy cuenta que Rafael es un chico que sueña despierto, que su risa me contagia cada vez que la he escuchado, que la música es parte de su vida y sobre todo, dice lo que piensa sin miedo.

—¿Te encuentras bien? —En cuanto escucho su pregunta, caigo en cuenta que me lo he quedado viendo todo este tiempo que lleva hablando, parpadeo muchas veces saliendo de mi trance —por un segundo creí que te habías desconectado de este mundo.

—Pero, ¿qué dices? Todo está de maravilla —alzo el pulgar de mi mano izquierda y tratando de no sonreír de manera forzada.

—¡Ey, Lara! —Volteo a ver a mi mamá quien con un ademán me indica que es hora de irnos.

Debo darme prisa.

Las palabras salen tan rápido de mi boca que no hay tiempo de analizarlas, solo las arrojo, como un par de dados.

—¿Te gustaría ir aún museo conmigo?

—¿Me estás invitando a salir o algo parecido? —les puedo jurar que he visto un brillo es sus ojos y en su voz noto la emoción —e-está bien si no lo es, de todas maneras, me gustaría ir.

—Puede ser, adiós Rafa, te agradezco tu presencia, enserio lo valoro —me doy media vuelta para irme, pero él me detiene apoyando una mano en mi hombro.

—Por poco lo olvido, ¿puedes pasarme tu número? Sería muy vergonzoso usar la técnica de comunicación por medio de humo.

Me echo a reír ante su ocurrencia y accedo.

Este chico parece fuera de este mundo y que ocasiona que mi cabeza de vueltas sin parar.

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