Rafael Valtersen, no está preparado para poner en riesgo su vida por un partido de fútbol americano. Sabe que es más hueso que carne y su mundo gira en su vía de escape: la música, donde puede viajar a otro espacio y tiempo.
Lara Foster, no es la pe...
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Como parte de la semana cultural en nuestra escuela, la coordinación de Artes ha organizado una serie de eventos. Desde asistir a los museos, una función de teatro, música o una presentación de danza dentro del auditorio escolar.
Estoy bastante cautivado con cada una de las actividades que se realizarán en la semana y por nada del mundo faltaría.
La otra cuestión y como parte de la apertura, el club de música ha sido seleccionado para una presentación frente a toda la escuela.
—Ahí viene la chica que me ha robado el corazón —murmura Fred seguidamente de un suspiro muy ridículo. Su codo se hunde entre mis queridas costillas y gruño ante el pequeño dolor.
—Deja de estar acosando a quién sea que estés mirando —tengo la vista fija en las partituras y practico como si tuviera la batería frente a mí, doy unos leves golpes en la orilla de la mesa con mis dedos.
—¡Pero es inevitable, Rafa! Si supieras las cosas que he hecho para invitarla a salir, ella... me odia.
Dejo de leer la partitura para mirar a mi amigo que está sentado a mi costado mirando hacia un punto fijo dentro de la cafetería. Fred tiene un solo problema, se ilusiona muy rápido con cualquier chica que haga contacto visual con él o porque solo le ha pedido prestado un lápiz. Mi amigo está flechado y no hay nada que pueda hacer para que lo olvide, él es así y punto.
¿Quién soy yo para quitarle esas esperanzas?
Además, ¿dónde ha a acabado ese chico que arriesga todo?, el sociable y que no tiene miedo de nada.
Ok. Creo que desde un principio se los presenté desde otra perspectiva.
Ups.
—¿Se puede saber de quién estamos hablando? —Mientras él sigue distraído le robo una papa de su plato y me la como rápido.
Fred deja salir otro suspiro y se voltea. Tiene levemente fruncido el ceño y ha hecho una mueca con sus labios.
—Maise Sinason. Estamos en tres clases juntos y he querido hablarle sin tartamudear. Frente a ella siento que soy invisible. ¿Qué puedo hacer amigo mío?
—¿Hablarle?
Suelo ser un descarado dando consejos cuando se trata de situaciones amorosas. A mí nunca me ha ido bien con las chicas así que no se que decirle. ¿Qué siga su corazón?, bleh, muy cliché.
A decir verdad, nunca quise internar algo con alguna chica estando en la preparatoria. Tal vez por estar siempre centrado en las tareas y el estudio, pero sé que en cualquier instante mi momento será momento.
—¡Eso ya lo intenté!
—Bueno, ¿al menos puedes señalarme quién es?
—Ok, Maise está sentada a tres mesas delante de nosotros, junto con sus amigos. Su cabello es rubio y lo tiene amarrado en una...
