—Seguramente no es nada. Alguien a quien le he... hecho un favor —carraspea de nuevo con esa manera de ponerlo y mueve la espalda haciéndose daño a si mismo otra vez.

—Oh, venga ya. ¡Queremos verlo! ¡No me vas a dejar con la duda! —Azrael se ríe.

—Probablemente es de Bisariel, le presté una biblia hace poco, seguramente me la devuelve —mentiras piadosas, de verdad.

Bastante elaboradas.

Mueve la espalda otra vez, ¿contentos?

—Vaya... que amable de tu parte prestarle a Bisariel una biblia. Raro que no tenga la suya. Y que la envuelva de ese color tan... particular. ¿Cómo has estado además de esto?

—Será que... no le quedaba papel blanco. Se la olvidó en... no recuerdo donde.

—Ya, ya... claro —Azrael se ríe haciendo un gesto con la mano—. Una de esas cosas...

—¿Una de qué cosas?

—Que a ti te pasan. Olvidar Biblias... necesitar que te carguen al cielo...

Gabriel se queda paralizado con eso, sonrisa congelada. La sonrisa de Azrael no mejora... la verdad.

—Eso fue... un evento.

—Venga, Gabriel... ¡Cuéntame! ¿Qué evento?

—No hay nada que contar. No fue nada más que... ostentación.

—¿Ostentación tuya o suya?

—Mía.

—Vaya —se ríe.

—¿Qué?

—Nunca me pareciste del tipo de subir cargado por alguien al cielo, mucho menos por un demonio, mucho menos por el peor de los demonios... mucho menos tras lo que dicen

—¿Qué es lo que dicen?

—Sobre ciertos intereses que tiene ese demonio...

—¿Qué intereses? —Levanta las cejas.

—Unos bastante... personales y tiernos. Tanto como para ir por ahí diciendo que sí que tiene alma. Corrupta, pero alma.

—Mmmm... No he oído esos rumores.

—Pensaría uno que deberías estar más informado... —Azrael se ríe.

—Los que he oído son otros, a lo mejor con algo más específico.

—Pues... vamos, es que el oír por ahí que el príncipe del infierno, el señor de las tinieblas... el tipo ese asqueroso lleno de moscas, tiene un interés personal por ti, Gabriel... la verdad me da curiosidad.

Se paraliza de nuevo, intentando no poner ninguna expresión.

—Sinceramente pensé que lo mejor que podía hacer era venir a aquí a escucharlo de primera fuente...

—Pues la primera fuente puede decirte que no es eso lo que ha oído.

—¿Qué ha oído la primera fuente?

—De sus propios labios, que su interés es por arcángeles con misiones más ad hoc a ella misma. Así que entenderás mi sorpresa al verte justo aquí a ti ahora.

Azrael parpadea.

—Te ha dicho a ti que su interés es... —se muere de risa. Gabriel frunce el ceño.

—Os ha mencionado a algunos, sí.

—¡Ya bastante gracia me hace que hables con ella de estas cosas! Yo solo digo que, obviamente, siendo que te sube al cielo en volandas y luego están diciendo por ahí que tiene intereses románicos contigo...

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