Día 25

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Cassie decidió quedarse en casa, pero no podía irme sin llamar a Chloe para que viniera a visitarla, especialmente después de lo que había intentado hacer. Por supuesto, Chloe actuó eufórica y vino corriendo con su hermano, ambos la regañaron, Chloe lloró y la abrazó con fuerza. Cuando salí de su hogar me sentí en paz al saber que tendría personas que la abrigarían durante mi ausencia. Sin embargo, todavía resguardaba una mancha amarga en el interior de mi pecho. La palabra "Gracias" de Cassie continuaba golpeando las placas de mi cerebro, retumbaba de un sitio a otro, generando ecos.

Caminé hasta el parque para darme un respiro, la bilis estaba amargando mi boca y no podía calmarla ni con la comida más dulce. Estaba sentada en la misma banca de siempre. Inspiré con fuerza, ya había atardecido. Solía haber ocasiones en las que, cuando entrecerraba los ojos podía sentir de este panorama algo habitual. Familiar, como si lo hubiese visto cientos de veces en el pasado, pero como todo...

No lo recordaba.

Una hoja marchita cayó sobre mi hombro, la sostuve y la observé detenidamente. Estaba quebradiza, casi hecha añicos. Creo... que alguna vez alguien me habló sobre ella, sobre un ciclo de vida y lo que vendría tras su caída, pero no recuerdo a esa persona. Al analizar la hoja descubrí lo hermosa que se veía, los trazos extendidos en toda ella parecían líneas de pintura. La naturaleza siempre lograba sorprenderme, era un lienzo que no importaba con qué colores fuera pintados, siempre habría de encontrar la manera de lucir hermosa ante nuestros ojos. Su esencia no podía ser comparada, perduraba en el alma como una fragancia eterna, difícil de olvidar, difícil de quitar.

Esta hoja podría parecer simple a vista de ojos comunes, pero con el corazón, su belleza no podía ser comparada.

Alguien me hizo ver las cosas así, pero ¿Por qué no puedo recordarlo? A veces el rostro de esa persona aparece en mi mente, pero de manera distorsionada. Creo que no está más aquí, y quizá ese sea el motivo del vacío que siento. Algo o alguien me hace falta.

El viento resopló tras mi oreja, como un susurro. Por inercia volteé y Yadiel estaba ahí, sonriendo como de costumbre.

—Arruinaste la sorpresa, ¡No es justo!

—A ti te quería ver —dije al levantarme, la hoja se desprendió de mis prendas y cayó al suelo

—Yo también, me estaba angustiando al no verte, pero no quería molestarte y menos cuando sales con el resto

—¿Cómo sabes que vi a los demás?

Se encogió de hombros, sonriendo.

—¿Adiviné?

—Yadiel, eso no es de lo que quiero hablar... hay un asunto más serio y-

—¿Quieres charlarlo en la colina? Hoy en la noche habrá una linda vista, pensé que podría gustarte y hacerte feliz... de hecho-

—¡No! Escucha Yadiel, esto es importante

—También el panorama del cielo Bridg, ¿Por qué te alteras tanto?

—¡Tú hermana intentó suicidarse!

Lentamente su sonrisa se borró.

—Yadiel, ¡Esto es grave! ¿No lo entiendes? ¡No puedes seguir ocultándote! ¡Tienes que ir a verla! ¡Tienes que solucionar las cosas! ¿¡No te das cuenta de cuánto le afecta no tenerte con ella!? ¡Por favor!

—No puedo hacerlo...

—¿¡Cómo puedes ser tan necio!? —grité, furiosa. —¡Es tu hermana Yadiel! ¡Necesitas estar con ella! ¡Necesitas protegerla!

—No puedo acercarme, ¿no lo entiendes Bridget?

—¡Mientes! —me acerqué y lo tomé del cuello. —¡Mientes como siempre! ¿¡Tienes idea de lo desgarrador que fue para mí verla en esas condiciones!? ¡Todavía estoy temblando del miedo y a ti parece no importarte!

35 días contigoWhere stories live. Discover now