Día 17

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Por extraño que parezca, mi tía me dejó deambular en el interior de la tienda enorme. La única condición es que si la necesitaba la fuera a buscar en la sección de vino y quesos, al parecer el doctor John había quedado con ella en verse la próxima semana de nuevo, pero esta vez en su hogar y claro, yo debía ir solo como "excusa" para ver mi salud, ¡Por favor! Estaría ahí como un mal tercio, era más fácil decir "¿Sabes Bridget? Me interesa tu tía, ¿puedes dejarnos solos?" y yo con gusto accedería, no me lo hubiera tomado a mal, ¡Al contrario! festejaría por la unión de esa simpática pareja.

La única ventaja de aquello es que, según mi tía el doctor John tenía un perro esponjoso que me encantaría, así que podría jugar con él, ¿cómo lo sabía ella? Al parecer, durante mis días de coma el doctor John se encargó de hacerle pláticas a mi tía para distraerla de su tristeza y le enseñó su álbum entero de su mascota. Demasiado adorable a mi parecer.
Estaba indagando entre los discos, la sección estaba un tanto desolada, por ello me sorprendí cuando al dar la vuelta me topé cara a cara con Hal, uno de los carismáticos amigos de Yadiel, el cual tenía una expresión bastante seria mientras analizaba la portada de un disco de vinyl.

—Y aquí estás —dijo a secas

—¿Ah? ¿Qué haces aquí?

—Mi pregunta debería ser esa, ¿Qué hiciste?

Alcé la ceja.

—No comprendo de qué hablas...

Él soltó un "hmph" lleno de ironía y luego miró hacia mí.

—Creo que eres alguien desalmada

Me interrumpió antes de protestar.

—No es de mi incumbencia los problemas que tienes con Yadiel, pero pasa a ser un problema cuando el estúpido me marca para llorar como un completo bebé, ¿tienes idea de lo difícil que es calmarlo? Suena como "¡Buah! ¡Tengo el corazón roto!"

—Pero yo... no...

—¿Qué fue lo que le dijiste exactamente?

—Nada malo —afirmé —tan solo le pedí sinceridad, ¿no tengo derecho a exigirla? Después de lo que su hermana me dijo eran obvias mis razones para sentirme mal, para pedir una explicación. Pareciera que todos los que conozco se hubieran aliado para ocultar muchas cosas de mí, incluso para resguardarse ciertos comentarios, ¿no crees que es frustrante?

—No me sueltes tus preocupaciones, no somos amigos —dijo con seriedad

Resoplé con pesadez.

—¿Y entonces a qué vienes? Si es por Yadiel-

—No lo hago por nadie, no tengo un motivo para hacerlo...

—¿Entonces?

Se encogió de hombros y cruzó ambos brazos mientras recargaba su cadera en el soporte de los discos.

—Te seré sincera Bridget, Yadiel y yo no somos tan cercanos como parece... charlamos, pasamos algo de tiempo juntos y solo eso. Jof a comparación mía es más... sociable y amiguero, pero ese no es el punto, más bien, eres tú

Le miré extrañada y él resopló.

—Entiendo que sea difícil para ti, pero también lo fue y es para él... muchas veces le digo que sea honesto y aunque me cale un poco lo miedoso que es puedo comprenderlo hasta cierto punto, después de todo, yo también cometí el mismo error en el pasado. Pero a diferencia suya yo no pude repararlo

—¿A qué te refieres?

—Al igual que él yo tampoco pude proteger a un ser querido y quise remediarlo, pero mis mentiras hicieron todo más difícil. A veces las personas no mienten porque quieran, a veces lo hacen por intentar proteger a alguien, aunque es evidente que esa no es la respuesta correcta. Tan solo digo, que deberían darse un respiro y algo de tiempo antes de exigir respuestas... especialmente a ti, quien parece desesperada por ello

35 días contigoWhere stories live. Discover now