Día 11

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—Hace tiempo... que no contemplaba una noche así —dijo, rompiendo la atmósfera inquieta entre ambos

O al menos de mi parte es así como la sentía. Lo vi respirar profundo y volver la vista hacia el frente, desvaneciendo la tristeza que momentos atrás había experimentado. No comprendo, pero si piensa que es lo mejor entonces no diré nada y esperaré hasta que decida decirlo por sí mismo.

—Había olvidado lo significativa que era... las estrellas lucen como luciérnagas

—Sí... —murmuré. —sí lo creo

—Mi madre solía decirme que las luciérnagas suelen guiarte hacia el camino de la felicidad, solo debes ser cauto para avanzar con ellas. Si corres, las asustarás, pero si caminas y las escuchas, te permitirán avanzar a su par

—Eso suena muy lindo

—Cuando niño, solía tenerme en su regazo en noches así... y jugábamos en el jardín mientras la luna gigantesca brillaba sobre nosotros. Yo solía pensar que era de queso y mi más grande anhelo era llegar hacia ella, así que mi madre solía animarme diciéndome que algún día la alcanzaría... a veces, cuando prevalecía sentado en su regazo cantaba para mí "Everything's alright" de Laura Shigihara. No me había sentido tan amado en mi vida —dice entre risas

Sin embargo, suenan como cascabeles tristes.

—Creo que alguna vez soñé con ser astronauta, habría hecho lo que fuera con tal de lograrlo, supongo...

—No es tarde

Lo vi suspirar sin apartar la vista del cielo. A medida que lo hacía, una media sonrisa se formaba en sus labios, al igual que sus párpados decaían.

—Dejemos eso de lado

—A mi me gustaría escucharte... —dije, mirándolo. —se te oye feliz cuando hablas de tu madre...

Él se encogió de hombros.

—Habría sido fantástico que nunca se hubiera ido, quizá... de esa manera hubiera hecho de mi hermana y de mí unos mejores hijos. O al menos, evitar que nuestra relación culminara en histeria. Pienso en mi madre, en los sueños que susurraba a mi oído y lo feliz que me hacía, incluso en mi hermana... diciéndole que sería siempre una princesa y no lo dudo... —dijo al suspirar. —no lo dudo...

—Yadiel, sé sincero conmigo..., ¿La relación con tu hermana... realmente está muy deteriorada?

—Bridget... a veces... a veces uno no suele darse cuenta del daño que causan las palabras hasta que ya son dichas. No hay manera de borrarlas, no hay forma de regresar el tiempo y deshacer aquello que dijiste, lo único que queda de ese entonces, son los arrepentimientos

—Pero siempre hay manera de solucionar las cosas... si tan solo hablas

—¿Y si la otra persona no te escucha? —miró hacia mí. —aún cuando lo intentas con todas tus fuerzas, de nada sirve si la otra persona no quiere oír

—Entonces... ¿Por qué fueron dichas las palabras?

Me miró extrañado.

—Sí..., ¿Por qué tú y ella se encuentran tan distanciados? Es verdad que una vez que las palabras son dichas no puedes remediarlas... pero... ¿qué fue lo que detonó aquello? Porque parece ser que no siempre se llevaron tan mal, ¿cierto?

Se encogió un poco, pero mantuvo aquella expresión triste en su rostro.

—No lo sé... solo... la comunicación empeoró y... las cosas terminaron así. No podía entenderla y ella tampoco a mí

35 días contigoWhere stories live. Discover now