Mientras Jeremy comienza a explorar el mundo de los Sugar Babys, Oliver, un Baby Boy veterano es abandonado por su Sugar Daddy. Ambos deberán adaptarse a un mundo completamente diferente, donde el mimado aprenderá a conformarse y el conformista apre...
Nicholas dormía, con toda la espalda rasguñada al punto de que le dejé heridas abiertas. Tomé su móvil, desbloquéandolo con facilidad. Su contraseña era ''Markus'' le había visto tipeándola en más de una ocasión. Busqué entre sus contactos de Whatsapp, y salí al balcón a fumarme medio porro que habíamos dejado por estar muy drogados como para pitar sin estallar en carcajadas. El contacto de James no me aparecía entre los primeros, no tardé en llegar a la conclusión de que estaba bloqueado y archivado. Decidí desbloquearle, para poder hacer una pequeña llamada a mi querido socio, pero antes, revisé los últimos mensajes. Sabía que no debería haberlo hecho, pero realmente estaba indignado porque vino a mi casa sin ninguna jodida autorización a tratarme como un criminal.
James: Te juro que lo siento, ¿Si?
James: No quería hacerlo, me asusté. Perdona, fue un error. Le diré a tus amigos que fue todo mi culpa. Te dejaré en paz, sólo contesta mis llamadas.
Déjame en paz.
James: Nicholas, me estás lastimando. Tú no entiendes por lo que estoy pasando.
Dos llamadas perdidas, y los mensajes habían dejado de llegar. Le desbloqueé sólo para encontrarme muchos similares, no decían nada concreto, sin embargo en todos se disculpaba, pidiendo una oportunidad, una chance de hablar. Me confundía lo que decía, y que no dejara de pedir perdón, pero no tenía tiempo para averiguarlo. Una vez que le increpara personalmente, entonces resolvería mis dudas.
El último mensaje lo había enviado hacía cinco minutos, cuando Nick y yo aun estábamos follando como animales, con lo drogados que estábamos y todo. Debo admitir que me sentía una mierda por haber consumido de nuevo, Jeremy me mataría si se enteraba, pero si no se enteraba, era otra historia. De todos modos, no era como si la culpa no fuera a carcomerme por dentro. Tenía que decírselo antes de que se enterara por otros medios.
James: No sé donde estás, pero si ese mal calco de Luka Magnotta te hizo algo te juro que lo mato. Vuelve a casa por favor, estamos preocupados por ti.
A este hijo de puta se lo iba a llevar la verga, y yo soy la verga.
No tardé en llamarle desde el móvil de Nick, mientras daba unas buenas pitadas para que el efecto me calara profundo. Iba a mandarle a la mierda, pero el porro me iba a poner menos violento. De todos modos, si a mi perra interior se le antojaba morder, no iba a contenerme.
─ ¿Nick? ¿Eres tú? ¿Estás bien? Me enteré que estuviste en tu casa.
─Escucha bien, pequeña mierda─ gruñí del otro lado. Repentinamente dejó de hablar, supongo que intentaba reconocer mi voz─. Sé que fuiste tú, y sé todo lo que hiciste. Vuelves a ponerle un dedo encima a Nicholas, y te corto la garganta. No sabes con quién tratas. Este mal calco de Luka Magnotta va a hacerte una película snuff completa. Mejor cuida por dónde andas.
─ ¿Oliver?
─No, perra. Soy tu peor pesadilla.
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