Entrenando al Baby Boy.

Capítulo 45.

Jeremy.

─Oliver estuvo en el hospital─ le comenté a Carter, bebiendo mi Daiquiri de ananá. Él permanecía tecleando algo en su teléfono─. Le habían dado una paliza.

─Él suele buscarse esas cosas. Nunca sabe cuándo callarse.

─Eso no justifica la golpiza─ Ni siquiera me miraba cuando le hablaba─. Daddy... Háblame.

─Ya te dije que no quiero que te relaciones con él─ Soltó el móvil, dejándolo bocabajo en la mesa─. No es una buena influencia para ti.

─No soy tan influenciable como parezco─ me crucé de brazos─. Además, Oliver nunca te menciona.

─Eso me sorprende, él estaba obsesionado conmigo─ Le dió un trago a su bebida─. Pero cuéntame, ¿Cómo te fue en la clase que recuperaste?

─Bien de hecho, fue sencillo porque estuve leyendo los conceptos durante el viaje cuando tú salías Daddy.

─Qué responsable─ sonrió, posando su mano sobre la mía─. Espero grandes cosas para ti.

─Seré el mejor promedio de mi generación─ prometí, contemplando que sus ojos llegaban a iluminarse ante mis palabras─. Daddy cuando el contrato acabe... ¿Podríamos seguirnos viendo? ¿Aunque sea como amigos?

─Ángel, eres demasiada tentación para tenerte sólo como un amigo, más aún considerando que ya conozco el placer de tenerte en mi cama.

Evité mirarle, sintiendo el calor trepáraseme a las mejillas.

─Entonces... No quieres verme cuando ésto acabe, ¿Verdad?

Carter soltó un pesado suspiro, parecía haberle molestado la pregunta. Entrelazó sus dedos, soltando mi mano, y donde él antes había tocado, sentí frío.

─Hay una opción, Jeremy, pero no puedo prometerte nada.

─ ¿Cuál es esa opción?

─Podrías ser mi pareja, ¿Y de qué te serviría? Nada cambiaría entre nosotros, sólo dejarías de tener los mismos beneficios que tienes ahora, una vez que me asegure de que te quedarás a mi lado, no necesitaré mimarte, ¿Comprendes?. No soy un buen partido para ti, porque no me interesa del todo tu bienestar, me interesa lo que podamos darnos el uno al otro.

Me crucé de brazos, incrédulo ante lo que acababa de escuchar. Bajé la mirada, juntando mis manos y jugueteando con mis dedos, me aferré a mi pantalón y solté un suspiro.

─Lléveme a casa, Carter.

─Por éste motivo es que no quería tocar el tema─ puso la mano sobre la mesa, invitándome a entrelazarla con la mía─. Ángel, vamos.

Podía sentir el corazón latirme con fuerza debido al disgusto de sus palabras. Yo había sido un idiota, no debería haber intentado llegar más lejos. No valía la pena intentar estar con alguien como Carter, él definitivamente jamás se fijaría en mí como material de pareja. Yo sólo era el chico lindo con el que le gustaba tener sexo.

Y a pesar de que sabía todo eso, tomé su mano de vuelta.

Un corazón roto no significaba nada comparado a mí evolución laboral. Si tenía que sacrificar una cosa por la otra, estaba seguro que el amor comparado al dinero, de nada me servía.

─Lo siento, Daddy. Tú tienes razón─ alcé la mirada─. Sé que sólo quieres lo mejor para mí.

─Eso es cariño, sabía que lo entenderías.