Capítulo 42.

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Jeremy.

Era sensacional. Los Angeles era un lugar hermoso, el clima me encantaba, y Carter era todo un caballero conmigo. Por un momento creí estar soñando, y que tarde o temprano despertaría de nuevo en mi habitación, siendo un adolescente que vivía con sus padres. Sin embargo cada vez que miraba a mí SugarDaddy, cada que olía su delicioso perfume, y sentía su tacto, me traía de vuelta a la realidad.

─ ¿En qué estás pensando?─ preguntó acariciando mi muslo─. Estás sonriendo bastante.

─Sólo en lo genial que eres.

Soltó una risa, metiendo otro cambio.

─ ¿Eso crees?

─Daddy, sabes que lo eres─ Le miré, y él me echó un vistazo de reojo─. No puedo creer todas la cosas increíbles que haces a diario.

─Y tú empezarás a hacerlas conmigo. Si te apetece, por supuesto.

─Si pudiera librarme de un par de clases, no dudaría en hacerlo, Daddy, pero tengo que terminar mis estudios.

─No es una carrera larga, ¿Cierto? Me encantaría pasar el resto de nuestro contrato juntos.

─No del todo, lo que me ocupa tiempo ahora es la teoria, pero luego vienen las horas de vuelo.

─Tienes razón─ concedió─. De todos modos, ya me encargué de eso.

─ ¿De qué hablas?

─Quiero que seas un buen piloto, así que estuve reuniéndome con un viejo amigo para que te oriente.

─ ¡Eso es fantástico!─exclamé, casi saltando de mi asiento─. No podría pagarte ni en mil años todo lo que haces por mí. Estoy demasiado agradecido.

─Aprecio que me lo digas. Normalmente los Babys solo aceptan los regalos sin más. Tú eres muy educado.

─ ¿Cómo no serlo? Eres todo un caballero conmigo, estoy tan feliz de que me hayas contactado.

Me dedicó una sonrisa sin respuesta, no quedaba nada para llegar al hotel. Al llegar a la entrada del mismo, él le entregó las llaves al servicio de estacionamiento y nos dirigimos a recepción. En lo que confirmaba sus datos, yo tomé mi móvil para enviarle un mensaje a Oliver, sin embargo fui interrumpido. Eso había sido rápido.

Le hablaría después.

─PentHouse─ alzó la tarjeta, a la altura de su rostro. Intenté contener la emoción─. Te encantará.

Subimos en el ascensor, hasta uno de los últimos pisos. Al abrirse la puerta mecánica, nos dirigimos a una de las habitaciones del final. Estaban notablemente más separadas que las habitaciones de hotel comunes, quizás debido a sus dimensiones.

Y ciertamente, la habitación me encantó. Era lo más lujoso que había visto, después del cuarto de Carter.

─Es maravilloso─ Murmuré emblesado─. ¿Eso es un minibar?

─Efectivamente─ Se acercó, abriéndolo─. ¿Quieres beber algo, ángel? Hay cerveza, sé que no te gusta el vino.

─Cerveza, por favor.

─De acuerdo, ve quitándote la ropa.

Aunque algo sorprendido por su repentina orden, obedecí. Comencé por la camiseta, y después, ayudándome por mis propios pies, las zapatillas. Al final sólo me quedaron los pantalones, la ropa interior, y el Buttplug. Retiré las dos últimas prendas sin mucha molestia, esperando sentado en la cama como un cachorro esperaría a su amo.

Entrenando al Baby Boy.Where stories live. Discover now