Capítulo 50.

7.4K 698 480
                                    





Jeremy.

Yacía inmovilizado sobre el colchón. Tenía el cuerpo pesado y adolorido, particularmente, de la cintura para abajo. Me froté los ojos, quitándome la sábana de encima solamente para contemplar sorprendido la increíble cantidad de marcas violáceas y rojas en los muslos, muy cerca de la entrepierna. Mi pecho también estaba cubierto de ellas, así como mi abdomen, el rostro me ardió tan solo de recordar todo lo de anoche, y mi garganta dolía un poco, era obvio que eso se debía a los gritos de la noche anterior. Ojalá no tuviera que cruzarme a mis vecinos. Estaba solo en la habitación, para mí sorpresa. Por lo general solía ser yo quién despertara temprano para ir a preparar el desayuno, más esta parecía no ser la ocasión. Quizás tuvo trabajo, y  necesitó irse temprano.

Me incorporé como pude a pesar del dolor, buscando algo para ponerme. Si Carter se había ido, entonces ni siquiera necesitaba ponerme ropa interior, por lo que una camiseta un poco más grande que mi talla me vino perfecta. Entré al baño para lavarme la cara y peinarme un poco, seguido de ello fui a la cocina por algo de comer. Casi me dan un infarto al verle ahí, por un momento creí que era un ladrón, pero ¿Qué haría un ladrón en mi casa semidesnudo? Soy tan distraído que ni siquiera había llegado a escuchar ruidos en la cocina por no estar espabilado.

─Oh Dios─ jadee con una mano en el pecho. Carter se volteó a verme con dos vasos descartables, de una cafetería artesanal bastante famosa a la que concurríamos de vez en cuando─. Creí que te habías ido.

─No iré al trabajo hasta la tarde─ contestó, ni siquiera sonreía, pero dejó los vasos en la pequeña mesa, junto a una bolsa con el logo de la misma cafetería, que, presumiblemente,  tenía dulces dentro─. Debes tener hambre, ángel, ¿Cómo estás?

─Un poco adolorido a decir verdad─ admití tomando asiento frente a él, sin poder mirarle demasiado. La noche anterior no había sido más humillante porque sencillamente era imposible. Fui su juguete sin descanso hasta acabar sin ninguna fuerza─. Respecto a ayer...

─No te acostumbres Jeremy─ advirtió de pronto, llevándose el café a la boca─. No siempre vas a salvarte de tus castigos sólo porque tengo una pequeña debilidad por ti.

─ ¿Tienes una debilidad por mí?─ mustié incrédulo.

─ ¿Eso es lo único que entendiste de todo lo que dije?

No pude reprimir una pequeña sonrisa que finalmente floreció en mi rostro. Aún así no podía abandonar la timidez que sentía debido a todo lo pasado la noche anterior. Había sido más salvaje, más violento, pero no por eso menos complaciente, Carter parecía haberse estudiado todos mis estándares para el hombre perfecto, hasta ponerlos en práctica. Cuando pude volver a sostenerle la mirada, él también intentaba negar que sonreía.

─No volveré a salir sin autorización.

─No, Jeremy. Ese no fue el problema, sólo que no quiero que veas a Oliver, ¿Comprendes? Puedes salir con tus amigos de la academia, conocer más gente. No te cierres sobre la única persona que conoces. Los acompañantes de mis colegas son intimidantes al principio, aún así quizás tengan algunas cosas en común─ Tomó mi mano sobre la mesa, en un gesto que me hizo sentir más cómodo, a pesar de no estar de acuerdo con lo que estaba diciendo. Si me sostenía así, me era casi imposible contradecirle─. Oliver no es un hombre de palabra, y con una cosa o la otra, por más pequeña que sea, te va a traicionar,  y eso te decepcionará. Yo te lo advierto, no te sorprendas luego. Quiero protegerte.

─Él no lo hará. Está cambiando, tiene una pareja estable, consiguió trabajo y...

Me interrumpió antes de poder completar la oración.

Entrenando al Baby Boy.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang