Corrigiendo los capítulos noté que en los últimos el aweonao de Wattpad me ha estado cambiando las rayas de diálogo por guiones.
─De acuerdo, ¿Qué es tan importante como para que no puedas decírmelo por teléfono?
─No sé si es importante a ese punto, sólo quería estar seguro. Bueno, nunca te mencioné el nombre de mi Daddy...
─¿Sólo eso?
─Es Carter.
Parpadee un par de veces, tratando de procesar la información.
─Oh... Carter...
─ ¿No te molesta? Digo, él fue tu Daddy en alguna oportunidad, ¿No es así? Oí a los acompañantes de sus colegas hablar de ti.
─Déjame adivinar, conociste a Lee.
─ ¿Le conoces?─ inquirió en tono sorprendido─. No habló muy bien de ti...
─No puede hacerlo, acabé haciéndolo con su Daddy.
Su rostro estupefacto me hizo sonreír.
─Estás de broma.
─No, hablo en serio─ Encendí un cigarro, atrayendo el cenicero hacia mí─. Quiso joderme, y tenía que hacer que pague de algún modo.
─ ¿Qué fue lo que te hizo?
─Testificó en mi contra, en el juicio que me puso en servicio comunitario. Días antes de que acabaran de dictar mi sentencia, seduje al estúpido de Robert, y por supuesto que me aseguré de que Lee nos pillara en plena acción. Carter se enteró de todo después del juicio, y que le puse los cuernos con su amigo, ajá, pero el malo soy yo.
─Eso es un poco cruel de tu parte, Lee está...
─ ¿Enamorado? No digas enamorado, Lee es una pequeña perra rastrera que ha estado siempre detrás del que la tenga más grande, y en el grupo, ese es Carter─Exhalé frustrado─. Todo el mundo siempre se sintió intimidado por mi aspecto, Lee porque sabía que podía tener a Carter y a Robert si me lo proponía, porque yo no soy un llorón que depende de Daddy para todo, tengo las pelotas bien puestas, ese fue otro aspecto que intimidó a más de un patrocinador.
─No lo había visto de aquél modo. Creí que sólo eras otro de ellos, y no lo digo con ánimo de ofender.
─Jeremy, hay pocas cosas a éstas alturas que me ofenden. Todo el mundo dice que creyó que era tal o cual cosa y puede que algunos tengan razón, pero va, no me interesa lo que piensen.
─Oliver, ¿Has notado que vives muy a la defensiva?
─Y tú vives en una nube de pedos.
─Eso es a lo que me refiero─ bufó, haciéndome arquear una ceja─. No trato de decirlo de mal modo, sólo quiero que sepas que no tienes el mundo en tu contra.
─ ¿Y qué sugieres? ¿Qué vaya al psicólogo? No tengo dinero, Jeremy, estoy quebrado. Lo perdí todo contratando a un abogado bueno para nada.
─Al menos no estás en la cárcel, tienes que considerar que podrías estarlo pasando peor.
─Ya la he pasado bastante mal, ¿Quieres que la pase aún peor? ¿Cuál es tu problema?
─Oliver, cálmate. Yo no dije eso.
─Es fácil para ti decirlo, tú siempre puedes estar calmado, porque tienes a un jodido SugarDaddy pagando tus cuentas y tu colegiatura, ¿No? ¿Cómo no ibas a estar relajado? Pero no te va a durar, porque Carter es un cabrón y te vas a dar cuenta demasiado tarde.
YOU ARE READING
Entrenando al Baby Boy.
Teen FictionMientras Jeremy comienza a explorar el mundo de los Sugar Babys, Oliver, un Baby Boy veterano es abandonado por su Sugar Daddy. Ambos deberán adaptarse a un mundo completamente diferente, donde el mimado aprenderá a conformarse y el conformista apre...