Capítulo 34.

6.5K 793 180
                                    

Corrigiendo los capítulos noté que en los últimos el aweonao de Wattpad me ha estado cambiando las rayas de diálogo por guiones.


─De acuerdo, ¿Qué es tan importante como para que no puedas decírmelo por teléfono?

─No sé si es importante a ese punto, sólo quería estar seguro. Bueno, nunca te mencioné el nombre de mi Daddy...

─¿Sólo eso?

─Es Carter.

Parpadee un par de veces, tratando de procesar la información.

─Oh... Carter...

─ ¿No te molesta? Digo, él fue tu Daddy en alguna oportunidad, ¿No es así? Oí a los acompañantes de sus colegas hablar de ti.

─Déjame adivinar, conociste a Lee.

─ ¿Le conoces?─ inquirió en tono sorprendido─. No habló muy bien de ti...

─No puede hacerlo, acabé haciéndolo con su Daddy.

Su rostro estupefacto me hizo sonreír.

─Estás de broma.

─No, hablo en serio─ Encendí un cigarro, atrayendo el cenicero hacia mí─. Quiso joderme, y tenía que hacer que pague de algún modo.

─ ¿Qué fue lo que te hizo?

─Testificó en mi contra, en el juicio que me puso en servicio comunitario. Días antes de que acabaran de dictar mi sentencia, seduje al estúpido de Robert, y por supuesto que me aseguré de que Lee nos pillara en plena acción. Carter se enteró de todo  después del juicio, y que le puse los cuernos con su amigo, ajá, pero el malo soy yo.

─Eso es un poco cruel de tu parte, Lee está...

─ ¿Enamorado? No digas enamorado, Lee es una pequeña perra rastrera que ha estado siempre detrás del que la tenga más grande, y en el grupo, ese es Carter─Exhalé frustrado─. Todo el mundo siempre se sintió intimidado por mi aspecto, Lee porque sabía que podía tener a Carter y a Robert si me lo proponía, porque yo no soy un llorón que depende de Daddy para todo, tengo las pelotas bien puestas, ese fue otro aspecto que intimidó a más de un patrocinador.

─No lo había visto de aquél modo. Creí que sólo eras otro de ellos, y no lo digo con ánimo de ofender.

─Jeremy, hay pocas cosas a éstas alturas que me ofenden. Todo el mundo dice que creyó que era tal o cual cosa y puede que algunos tengan razón, pero va, no me interesa lo que piensen.

─Oliver, ¿Has notado que vives muy a la defensiva?

─Y tú vives en una nube de pedos.

─Eso es a lo que me refiero─ bufó, haciéndome arquear una ceja─. No trato de decirlo de mal modo, sólo quiero que sepas que no tienes el mundo en tu contra.

─ ¿Y qué sugieres? ¿Qué vaya al psicólogo? No tengo dinero, Jeremy, estoy quebrado. Lo perdí todo contratando a un abogado bueno para nada.

─Al menos no estás en la cárcel, tienes que considerar que podrías estarlo pasando peor.

─Ya la he pasado bastante mal, ¿Quieres que la pase aún peor? ¿Cuál es tu problema?

─Oliver, cálmate. Yo no dije eso.

─Es fácil para ti decirlo, tú siempre puedes estar calmado, porque tienes a un jodido SugarDaddy pagando tus cuentas y tu colegiatura, ¿No? ¿Cómo no ibas a estar relajado? Pero no te va a durar, porque Carter es un cabrón y te vas a dar cuenta demasiado tarde.

Entrenando al Baby Boy.Where stories live. Discover now