Capitulo 15: La reversión del hechizo

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Había sorprendentemente despertado en la habitación de Nik, aunque lo último que recordaba era haberme dormido en sus brazos. Sin perder el tiempo me levanté de la cama en un fallido intento, pues caí de nuevo en ella. Volví a levantarme pero esta vez más despacio, sintiendo un dolor punzante en mi pecho, de donde podía ver que había sangre seca en mi ropa, pues llevaba la misma que con la que me dormí.

Lo que necesitaba antes de salir de nuevo, era un buen baño, por lo que con cuidado entré al baño continuo que tenia esta habitación, encontrándome con Nik lleno de sangre, lavándose las manos.

— ¿Qué haces? —le pregunté intentando mantenerme tranquila y demostrarle que estaba bien.

—Lavando mis manos—respondió como si no fuera obvio por lo que le miré acusadoramente—. Fui a buscar información con algunas brujas para ver donde podía haberse llevado mi madre a Elijah, pero como vez, no tuve resultado— dijo sonriendo, era claro que las había matado a todas.

—No importa, la buscaremos nosotros mismo—dije intentando caminar hacia él tranquilamente.

— ¿Qué te ocurre? —preguntó seriamente al ir a mi lado y ayudarme a estar de pie.

—Debo estar falta de sangre…—dije sin darle importancia, pero no funcionó pues se notaba igual de preocupado.

—Estoy seguro que no es solo eso—soltó llevándome hasta la tina, y abrí el grifo de agua—. ¿Puedo? —preguntó al parecer refiriéndose a quitarme la ropa, por lo que reí.

—Nik me has visto desnuda miles de veces, sería estúpido tener vergüenza de ti— solté riendo, mientras comenzaba a quitarme la blusa, y casi caerme al perder el equilibrio.

—Sostente de mí— dijo al sostenerme de nuevo, y ayudarme a desvestirme.

Con sumo cuidado me adentró en la bañera, dejando que el agua se llevara toda la sangre seca que tenia encima. De repente sentí como me ardía el pecho y la espalda, como si tuviera una herida, algo que había incluso olvidado cómo se sentía.

Por inercia miré debajo de mi pecho, y allí estaba la razón de mis molestias, una herida latente sin sanar.

—Eso debería haberse sanado— soltó Nik al notar lo mismo que yo, y luego ver mi espalda—. La herida de la estaca de roble blanco está sin sanar, algo no va bien.

—debe ser la falta de sangre, un par de bolsas, y estaré como nueva— dije fingiendo entusiasmo pero solo sentía dolor.

—te las traeré, pero debes guardar reposo, aun sin sangre, deberías haber sanado. Así que te quedarás en mi cama hasta que te recuperes, sin peros— soltó antes de que protestara, por lo que de malas ganas asentí—. Te dejaré sola, aun tengo que buscar a mi madre— dijo antes desaparecer.

Odiaba que me dejaran de lado, pero esta vez al contraria de las demás no podía protestar, estaba por alguna razón demasiado débil, ni siquiera podía caminar bien. Con mucho esfuerzos salí de la bañera pues al parecer Nik se había ido para poder ayudarme, aunque no le culpaba tenía que encontrar a Elijah.

Con suma delicadeza fui hasta la habitación, en donde estaba algo de ropa encima de la cama, la cual me puse con cuidado.

—Eso se me ve mal— soltó una voz a mi espalda, mientras me ponía la blusa—. ¿Mordisco de hombre lobo? —preguntó con notable curiosidad.

—Estaca de roble blanco directo al corazón— le respondí a Hayley como si fuera una broma.

— ¿Cómo rayos sigues viva? —preguntó notablemente sorprendida.

Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora