Capítulo 54: Al final de día la realidad se impone...

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—Espera, espera, eso es imposible, eres humana…—soltó Kai en su defensa…

—Y tiene mil años de edad, era vampira o algo por el estilo, hasta no hace mucho— aclaró Damon en mi lugar haciendo que Kai me mirara sorprendido y luego como si me hubiera reconocido.

—Si eso es cierto, eso significa que eres Alina Mikaelson…—soltó Kai sonriendo sin dejar de mirarme con más atención—. Una bruja poderosa, que por supuesto ayudó a mi gente para crear esas prisiones…

—Solo les ayudé a crear dos, una para una vampira destripadora, y otra para un brujo desquiciado…—solté con rabia antes de que él me interrumpiera.

—Bueno, ese último era yo— soltó tomándome por sorpresa—. No te preocupes no soy el mismo de antes— dijo intentándome calmar por lo que reí.

—No me preocupo, si me das problemas no me molestaría acabar contigo…—solté sonriendo de lado y este retroceder en su asiento por lo que reí—. No te preocupes, si portas bien, no te pasará nada, ahora, ¿nos llevarás a la prisión de 1903? —le pregunté con mi voz fingida de niña buena y sin dudar asintió.

—Será un placer Alina…—soltó sonriendo por lo que rodé los ojos.

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Horas después, aun de noche, porque al parecer esperar a que amanezca era demasiado para ellos. Habíamos vuelto a la mansión Salvatore por lo que se alistaron para ir aquella dimensión de 1903 la cual según Bonnie era algo helada…

— ¿Segura que no quieres venir? —me preguntó Damon al decirle que los esperaría aquí por lo que volví a negar.

—Por supuesto, lo que menos me gustaría es estar en aquella prisión, que yo misma ayudé a crear, sin contar que tu madre es una destripadora— solté acostada en el mueble de la sala, y él asentir antes de ir hacía Kai y Bonnie.

—Volveré pronto— dijo sonriéndome por lo que asentí.

—Y estaré justo aquí cuando regreses—dije sonriéndole antes de que comenzaran el hechizo y menos de un segundo desaparecieran los tres por arte de magia…

Ni siquiera pasó un minuto antes de que me levantara a buscar algo de comer en la cocina, pues moría de hambre, solo espero que aquí hubiera algo de comer…

Por alguna razón que no entiendo ni quiero entender sí encontré comida en la cocina, por lo que devoré todo lo que pude antes de ir a la habitación de Damon a descansar un poco en lo que llegaba…

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No sé cuantas de hora habrá pasado, pero supuse que fueron muchas porque incluso había amanecido, cuando al fin me cansé de dormir tanto. Lo primero que pensé fue si Damon había vuelto, por lo que sin dudar salí de la habitación a buscarlo, y efectivamente encontrarlo sentado en la sala hablando con una señora, que estaba casi segura que era su madre.

—Volvieron— solté sonriendo al bajar las escaleras y el pelinegro sonreírme.

—Ven Alina, déjame presentarte a alguien— soltó levantándose e yendo hacia mí, para luego ver la señora—. Ella es Alina, Alina esta es mi madre…—me presentó por lo que sonreí antes de darle la mano cortésmente.

—Es gusto señora Salvatore— le dije al ella soltar mi mano sin dejarle de sonreír.

—Por favor, llámame Lily— me corrigió ella cortésmente, por lo que asentí sonriéndole—. Es hermosa Damon—le dijo a su hijo, por lo que vi sospechosamente, pues estaba casi segura que algo le dijo a su madre.

—Lo sé— dijo Damon arrogantemente por lo que rodé los ojos.

—mmm Damon, ¿puedo hablar contigo a solas? —le pregunté al pelinegro y este asintió antes de irnos hasta la cocina para poder hablar, aunque sabía que su madre como vampira igual escucharía—. ¿Qué le dijiste a tu madre?

Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora