Más que un original. Alina Libro #2. (Elijah y Klaus Mikaelson)

Capitulo 10: La "cena familiar" y la decisión final.

— ¿Finn? —pregunté aun si creerlo—. La última vez que te vi eras más alto y rubio.

—Es obra de madre, me ha dado un nuevo cuerpo— respondió sin más, por lo que asentí dándole saber que entendía.

—espera, ¿Por qué necesitarías un nuevo cuerpo?, de hecho, ¿porque te vengo a ver hasta ahora?— le pregunté algo confundida, aunque no le había prestado atención antes a que ni a él ni a Kol lo había visto desde que volví con los originales.

—Larga historia, pero el resumen fue que morí, y ahora estoy aquí, luego te cuento el resto— dijo el sonriéndome, por lo que volví a asentir.

—Así que ahora eres humano, tienes magia ¿cierto? —le pregunté algo entusiasmada, los cinco originales habían tenido magia antes de ser vampiros, aunque su madre solo me presionaba más a mí que a ellos para aprender. Él asintió sin más—. ¿Sabes que por alguna cosa que hizo tu madre ahora yo también? —le volví a preguntar.

—sí, ya me lo había contado, y también que has tenido problemas con ella— dijo mientras me sentaba al frente de él y al lado de Nik.

—Apenas puedo hacer un simple hechizo, se me está saliendo de control…—le comenté sinceramente.

—puedo ayudarte si quieres, como en los viejos tiempos— se ofreció como si nada, y aunque una vez hubiéramos sido buenos amigos, sabía que ahora esa ayuda tendría un precio.

—Tu madre ofreció lo mismo…— solté como si nada, esta vez seriamente.

—lo sé, pero yo en cambio no te pido nada a cambio— dijo él gentilmente, por lo que asentí sonriéndole.

—Lo pensaré. Por cierto, ¿Dónde está Esther? —pregunté de repente ya que después de todo, esta cena fue organizada por ella.

—si Finn, ¿Dónde está nuestra madre? —preguntó esta vez Elijah al Finn no responder.

—Oh, mi niño querido, yo también te he echado de menos—soltó la bruja a Elijah entrando al comedor, sin yo dejarle de ver con miedo—. Alina, no creí que vendrías— me dijo ella al verme pero solo sonreí de lado.

—Créeme no estoy aquí por voluntad propia— dije con desdén pero ella solo sonrió antes de sentarse.

—Por qué no dices lo que viniste a decir para que termine esta horrible noche— soltó Nik rompiendo el incomodo silencio.

—Me duele que Elijah y tú me miréis con tanto desdén—le respondió ella haciéndose la dolida, por lo que casi reí—. Desearía que pudierais ver que cada una de mis acciones han sido para protegeros—soltó ella mirándonos a todos, si incluso a mí, pero no le creí, si hubiera querido protegernos no nos hubiera convertido en vampiros para comenzar…

—Realmente crees eso, ¿verdad? —Le preguntó Nik antes de que yo misma interviniera—. Sabía que eras una mentirosa, pero ahora veo que estás  delirando completamente—soltó burlonamente, por lo que sonreí, ya que tenía toda la razón, los años la han vuelto loca.

—Si puedes, olvida el odio al que te aferras y recuerda todas las veces que te he aliviado y curado—le dijo a Nik teniendo algo de razón—. Elijah, ¿recuerdas el día que Niklaus desafió a vuestro padre a un duelo? ¿Dejé a tu hermano morir solo? ¿Qué dije cuando viniste y me pediste que le ayudara? —le preguntó a Elijah, y recordé que tenia razón, aunque solo supe de ese reto mucho después, ya que prácticamente casi nunca me enteraba de las lucha de Nik en contra de su padre.

—Que preferirías morir antes que ver a alguno de tus hijos sufrir—dijo Elijah como si nada, y tenía razón.

—El collar—soltó Nik de repente como si recordara algo—.  No era un conjuro para protegerme. Me hacía débil— le reclamó a Esther sin yo saber a qué se refería.