—E-Eso sería... decepcionante.

—Terrorífico.

—Justo como actúa el cielo... se debe querer a un ángel solo por ser un ángel —agrega ella y se cubre la cara con las manos.

—Pero no hay forma de asegurarlo.

—Seguramente... —empieza y es que hasta le tiembla la voz—. Seguramente es así. Seguramente solo estás aquí por eso.

Crowley aparta la mirada, nervioso y luego vuelve a mirarle. Aziraphale está colapsando. Creo que va a sentarse en el suelo. Ahí en medio de la nada que es a donde les ha traído.

Crowley cambia el peso de pie.

—Solo estás aquí porque... el cielo decidió hacerme una droga para ti. Es el modus operandi perfecto. No hay nada más...

Es que... qué va a hacer el demonio si no creerte, da un pasito atrás, ella le mira, con genuina tristeza, él traga saliva y Aziraphale se pone a llorar desconsoladamente.

A-Angel...

Solloza con esa palabra. Él traga saliva otra vez y aprieta los ojos vacilando porque quiere acercarse pero...

No es verdad. NADA es verdad. Solo le han obligado a estar ahí, por decenas de cientos de años.

—Yo si te quiero a ti... —susurra tapándose la boca y los ojos, entre sollozos.

—P-Pero...

—No quiero ser un ángel, Crowley... no quiero ser un ángel si es esto lo que hago... no quiero.

Se le acerca, arrodillándose a su lado.

—Yo no quería hacerte esto... ¡Yo no sabía! No sé arreglarlo.

Crowley le pone la mano a la espalda para confortarle y es que ell llora y tiembla, aterrada.

—Venga... venga.

Se le echa un poco encima sin poder evitarlo y él suspira y abre los brazos abrazándole pero es que no es lo mismo. No si sabe que esto... lo hace solo porque... inconscientemente le obliga. Aziraphale se tensa y se separa un poco, queriendo que le abrace, desde luego... pero no así. Crowley le mira un poco desconsolado.

—No... no. No tienes que hacer nada que no quieras o que no harías si yo no fuera... la cosa horrenda que soy.

Él baja las manos y aparta la mirada, sin saber qué decirle, ella de limpia los ojos con las manos.

—Creo que... solo hay una cosa por hacer. Si existo... estarás eternamente encadenado a esta cosa falsa que tienes conmigo.

Crowley parpadea un par de veces.

—Ya, ya... suena todo esto fatal —saca su pañuelo y se suena estrepitosamente.

—¿Y qué planeas?

—Quizás sería liberador... para todos.

—¿El qué? ¡No vas a suicidarte!

—No. Tú vas a matarme.

—¡No!

—Crowley...

—No. ¡No! Ni hablar. Estas haciendo un drama.

—Sí... pero esta vez lo amerita.

—Igualmente. Igualmente... igualmente —se levanta.

—No puedo vivir en un mundo en el que solo me quieres porque hago que me quieras, forzadamente. Menos aún cuando yo... —vacila un poco y se sonroja—. Yo te quiero libremente. Es... enfermo. E injusto para ti.

Sin CityWhere stories live. Discover now