Más que lista, decidida.

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—Oh, y eso que detestas ese deporte —se me escapa una risa —escucha, lo mejor que puedes hacer es hablar con él, aclararle la situación.

—Caracoles, esto solo me pasa a mí, ¿por qué? ¿Por qué tuve que fijarme en un deportista?

—Y tuvo que ser específicamente Richard —susurré para mí misma, pero ella logra escucharlo y me acusa con la mirada. Le sonrío al mismo tiempo que encojo los hombros restándole importancia —ya deja el drama a un lado, eso es lo mío, ¿lo olvidas?

Con esto logro bajar un poco la tensión logrando que se libere con la risa. Sinceramente, no puedo intervenir en los amoríos de mi mejor amiga, no soy nadie para exigirle que ese chico no es para él, porque no conozco lo que hay detrás de la vida de ese deportista y no quiero meterme en problemas. Busco que Maise se enfrente a sus miedos como yo y todo el mundo y lo mejor que puedo hacer como amiga es darle empujoncitos de aliento y estar a su lado.

—En eso tienes razón. La verdad no he dejado de darle vueltas al asunto tratando de buscar las palabras adecuadas y enfrentarlo.

—¿Crees qué se moleste?

—Eh, no lo sé, pero si llegara a suceder y no sea una persona que respete mis decisiones, entonces, bye de mi vida —esto último lo dice con seguridad y una pizca de seriedad.

Afirmo con la cabeza dándole la razón.

—Puedo ayudarte en esto.

—¿Si? —sus ojos destellan de alegría —¡No sabes lo mucho que me ayudaría practicar!

Otra risa se me escapa y nos encaminamos fuera del edificio para alejarse del bullicio. En el trayecto, Daryl aparece y no dudo en arrastrarlo con nosotras, al menos ya tengo a alguien que pueda actuar de deportista.

—¡¿Qué?! —Él se queda estático en su lugar cuando he terminado de explicar lo que hará.

—¡No es tan difícil, Landvick! Solo quédate de pie frente a Maise y presta atención. ¿Va? —hace una mueca, pero termina asintiendo.

—Correcto, no puedo creer que estoy fingiendo ser...

—Actuando —le corrijo y desvío la mirada hacia Maise preguntándole si está lista —de acuerdo, Mais, tú tranquila, esto es como un ejercicio de seguridad. Ayuda bastante a dominar el pánico frente a las personas.

—¿En serio? —Hablan a coro.

—Síp. Con este ejercicio logré ser un poco más accesible a las personas.

Ambos forman una o con los labios asombrados. Niego con la cabeza mientras rio.
Genial, acabo de darme cuenta que ellos nunca prestan atención a mis anécdotas actorales.

—De todas maneras, ustedes dos tienen que ir sí o sí a ese partido, ¿acaso ya lo olvidaron?, ¡soy la maldita mascota!

—Ugh, voy a intentarlo —me susurra mi amiga para luego plantarse frente a Daryl quién sigue parloteando de manera indignado. —Cierra el pico y escucha.

Él gruñe y entra en su papel de deportista lo cual me parece gracioso cuando revuelve su cabello y trata de parecer irresistible. Entonces llega el momento cuando Maise comienza hablar, habla sin titubear y controla sus palabras.
Cuando finaliza deja escapar una bocanada de aire y lo que hago es aplaudir.

—¿Estoy lista?

—Más que lista, decidida —digo.

—Si me dejan opinar... —interfiere nuestro amigo —deberías decirle lo que piensas y ya.

—Le quitas la diversión, amigo —contesta Maise mientras se amarra el cabello en una coleta alta —muy bien, iré a buscarlo antes de que timbren, deséenme suerte.

—Estarás bien —le doy un apretón en el hombro —tú sabes manejar la situación.

Ella asiente con la cabeza y se despide de nosotros antes de darse la vuelta y alejarse. Cuando ha desaparecido, Daryl no pierde la oportunidad de sacar su curiosidad a la luz.

—¿Y cómo te fue en tu cita? ¿Sucedió algo interesante?

Niego con la cabeza riendo y aprovecho para abrir el paquete de galletas. Tengo el estómago vacío y ya comienzo a escuchar como gruñen mis tripas suplicando por comida. Mientras tanto, Daryl deberá quedarse con la intriga porque tengo la boca ocupada.

Las últimas tres horas de clase transcurrieron lentas y al terminar, no dudo en ser la primera en abandonar el aula para dirigirme al de artes escénicas. Estoy bastante emocionada por el último proyecto en el que participaré en la preparatoria.

Mis compañeros están en la misma situación.

Tres años no nos ha sido suficiente para explotar nuestras habilidades en el escenario, sin embargo, sé que en cualquier momento tendremos la oportunidad de pisar algún teatro en compañía de los mejores actores.

Vale la pena luchar por ese sueño.

Los actores de teatro memorizan todas sus líneas, tienen sus bloqueos en el punto, modulan sus voces para que se escuchen en la sala y muestran una emoción cruda sin cortes ni edición. Eso lo hace aún más interesante porque practican una de las formas de arte más difíciles, pero son tan poco apreciados por las personas.

¿Cuantas veces uno ha escuchado que del arte no se vive?

Sí, estoy de acuerdo que la paga deja mucho que decir, sin embargo, esto va más allá del dinero.

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Es momento de fangirlear y mucho

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Es momento de fangirlear y mucho. :D


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Y del caos nacen las estrellas #1 ✔Where stories live. Discover now