8 | En lo alto.

48.4K 4.2K 4.2K
                                    

Rhea me llevó a uno de sus lugares favoritos en la capital

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

Rhea me llevó a uno de sus lugares favoritos en la capital.

Se negó a que me marchase el domingo por la mañana, alegando que podríamos hacer algo divertido ese día. Me hizo pancakes para desayunar, también me prestó ropa para que pudiera darme una ducha y después se le ocurrió llevarme a ese lugar que tanto le gustaba, pero no me dijo dónde era porque quería sorprenderme.

Me sorprendió mucho que llevara consigo una mantita roja de cuadros. Alistó frutas, dulces y panes, también se le ocurrió comprar un vino. Poco después me dijo que quería hacer un picnic conmigo y la idea me encantó.

Ella dijo que nunca había hecho un picnic y yo tampoco, pero vio la oportunidad para conocernos mejor. Me agradó la idea, sobre todo porque sentía que podíamos convertirnos en buenas amigas. Creía que Rhea era alguien en quien podía confiar, algo en ella me hacía sentir bien e incluso segura.

Habíamos caminado bastante por el bosque, yo solo seguía sus pasos en medio de árboles, dejando huellas en la tierra húmeda. La respiración me faltaba un poco debido al frío aire que recibían mis pulmones, cada tanto abrigaba mi cuerpo para entrar en calor, mientras ansiaba llegar a ese lugar. Me gustaba llevar puesta una chaqueta suya, porque tenía ese aroma dulce que tanto la caracterizaba.

―Rhea... ―pronuncié agotada, tuve que detenerme a descansar y tomar aire―. ¿Estás segura de que no estamos perdidas?

Ya a ese punto comenzaba a creer que nunca íbamos a llegar, además iba cansada porque caminar no era lo mío. Ella siguió avanzando, parecía que tenía muchas ansias por llegar.

―¡Solo confía en mí! ―gritó con diversión, ya me había dejado botada por lo que tuve que correr para alcanzar su paso.

Lo único que se oía era el sonido de las ramas de los árboles agitadas por el viento, las hojas secas siendo aplastadas por nuestros pasos y mi respiración agitada. Por un momento pensé que ella solo planeaba dejarme perdida en medio del bosque, pero pronto supe que llegamos a ese lugar.

―¡Bienvenida al lugar más alto de la capital! ―me dijo ella, con una sonrisa en su rostro.

Los árboles fueron quedando atrás poco a poco, para dar paso a un gran campo de césped seco. Me di cuenta de que estamos en una cima, cerca del bosque, con una increíble vista de pinos en lo bajo y muy a lo lejos la ciudad. Nunca había escuchado de ese lugar, ni siquiera sabía que existía, por lo que me pareció fascinante estar ahí.

―Es impresionante.. ―pronuncié entre jadeos, mientras caminaba por todo alrededor y me fascinaba con la vistada―. ¿Cómo lo conociste?

―En mi antiguo instituto tenía un grupo de amigos, íbamos a todas partes y una vez se nos ocurrió acampar en pleno invierno, fue la idea más estúpida de todas porque acabamos metiéndonos en el bosque sin tener un lugar exacto donde poner las tiendas ―comenzó a contarme, mientras ponía la mantita en el césped―. Estuvimos horas caminando por el bosque y cuando creímos que estábamos perdidos llegamos aquí. Ninguno tenía idea de que este lugar existía, creo que nadie lo había descubierto. Y nos quedamos, armamos las tiendas y acampamos justo aquí.

NavajaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora