2 | El caos que se aproxima.

63.9K 4.8K 2.1K
                                    

En el exterior el frío estaba muy intenso y ni siquiera se asomaba un rayo de sol en el cielo, por lo que apresuré mi paso hasta llegar al colegio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En el exterior el frío estaba muy intenso y ni siquiera se asomaba un rayo de sol en el cielo, por lo que apresuré mi paso hasta llegar al colegio. El bullicio fue mayor que lo usual, porque luego de las vacaciones todos teníamos mucho de qué hablar. Los pasillos estaban repletos de gente, algunos eran nuevos, pero no me distraje porque cargaba muchas cosas en mis manos que debía entregar.

Con mi mirada trataba de encontrar a Tatiana y Melissa, aunque seguro debían estar en los baños actualizando los chismes más recientes. No dudaba que mi nombre resaltaba entre esas conversaciones. Intenté ignorar a la gente que me miraba con curiosidad y seguí mi paso hasta entrar a los baños de chicas.

—Por fin llegas, teníamos mucho rato esperándote. —Tatiana se acercó para darme un abrazo. Su aroma dulce llegó hasta mi nariz y su cabello alborotado se enredó en mi ropa—. ¿Cómo estás? ¿Es cierto lo que dicen?

Yo asentí algo incómoda, me separé de ella y evadí ese tema.

—¿Han visto a Holden?

—Está en la cafetería, esperándote —respondió Melissa, retocando su labial rojo frente al espejo—. Tiene una cara de culo terrible.

Me lo imaginaba, debía estar culpándose por lo que sucedió la noche anterior.

—¿Tienes mi tarea? —la pelirroja sonrió a la espera, entonces le entregué un par de hojas.

—Eres una vaga, Melissa. —Tatiana rodó sus ojos, luego se dirigió a mí—. Y tú tienes mucha paciencia.

—Aunque no lo creas me gusta, es entretenido. —elevé mis hombros.

—¿Qué tiene de entretenido pasar las vacaciones haciendo tareas de otra gente? Yo no le veo el lado bueno. —Tatiana arrugó su nariz, asqueada con esa idea.

—Este es el lado bueno —levanté mis manos mostrándole el dinero que Melissa acababa de darme. Ella solo negó con su cabeza, sin estar completamente convencida.

Guardé el dinero en el bolso de mi pantalón y me di media vuelta para salir de los baños. Aún tenía varias tareas por entregar y necesitaba ver a Holden. Las chicas me acompañaron para buscar a la gente que me pagaba por hacer sus trabajos, antes de que llegaran los profesores y se dieran cuenta de lo que hacía. Aunque no era un delito, se suponía que estaba prohibido pagar para que otros hicieran tu tarea. Pero a mi no me molestaba, porque me gustaban los apuntes bonitos y el lettering. Y el dinero, sobre todo.

—Oh Dios, ¿ya vieron a ese nuevo? —Melissa señaló sin disimulo a un chico recostado en los casilleros—. ¿Quedaría en nuestro salón? Está demasiado guapo.

La miré extrañada y no le tomé importancia al chico. ¿No se suponía que ella estaba saliendo con mi mejor amigo?

—Creo que era compañero de Erick en el otro colegio —Tatiana lo miró como si le pareciera conocido, pero después le restó importancia para seguir caminando.

NavajaWhere stories live. Discover now