—¡Así se habla Rafael! —Allen da pequeños saltos como un venado en su lugar —es un gran avance, sigue así. Y tú.

—¿Yo? —Le miro dubitativa.

—Sigue siendo tu misma, la esencia que transmites es única y especial, aunque, al fin y al cabo, harás de tu vida un teatro, si sabes a lo que me refiero, ¿no?

Asentí y no pude evitar abrazarlo.

En menos de quince minutos nos vemos obligados a despedirnos de él para poder alcanzar el tren de regreso a casa, una parte de mí se siente nostálgica al despedirnos.
Rafael me toma de la mano en el transcurso del viaje mientras me cuenta como le fue estando componiendo su pieza musical, lo escucho de manera atenta a cada una de sus palabras, también me hace preguntas con respecto a mi próximo examen de admisión en Bellas Artes para poder estudiar teatro y no dudo en contestarlas al igual que hacer varios comentarios sobre la carrera.
El interés por las cosas que amamos es mutuo.

Pensar en el futuro a veces da miedo, pero prefiero estar preparada y confiar en mis capacidades.

Cuando me planteé estudiar psicología comencé a darle muchas vueltas al asunto, luego he llegado a la conclusión que trae buenos beneficios con mi segunda carrera. ¿Sabes lo complicado qué es transformarse en el personaje? Uno se lo tiene que creer, saber convencer al cerebro que no eres tú mismo para poder entrar en la piel de alguien ficticio.

Siento los parpados pesados y cabeceo en mi lugar, trato de mantenerme despierta para no perder el hilo de la conversación, pero el sueño es logra ganar hasta llegar a la ciudad. Rafael me sacude con su hombro y entrecierro los ojos para poder adaptarme a las tenues luces que alumbran el angosto pasillo del vagón.

—Siento decir que el viaje ha llegado a su fin —susurra y esperamos que baje el resto de los pasajeros para luego salir.

El viento choca contra mi rostro una vez fuera de la estación, me acomodo mi mochila entre los brazos y disimulo cuando nuestras manos rosan de vez en cuando, Rafa me regala una sonrisa nerviosa y no hago más que tomarle la mano. Me gusta la sensación que siento en este momento.

¿Qué es correcto en estos casos?

No me lo pone fácil cuando de repente tira de mi mano para darme una vuelta sobre mi eje, tararea una canción irreconocible al momento, pero parece ser una de vals. La distancia que hay entre nosotros disminuye, pero Rafael no rompe más allá de la confianza que nos tenemos y prefiere seguir guiándome mientras avanzamos en la acera dando vueltas imaginando que estamos en un salón elegante acompañados de música de clásica. Ignoro los autos y las personas que pasan a nuestro lado, para nosotros es nuestro momento poco inusual.

—¿Alguna vez habías bailado un vals?

—No, pero es algo sencillo —cuento dentro de mi cabeza. Un dos tres, un dos tres.

Realiza una reverencia fingiendo elegancia y lo imito como si fuera una doncella y rio.

—Cada vez me sorprendes, Rafa.

—Bah, solo quería que no camináramos en silencio —se encoje de hombros riendo.

—Ha funcionado. Gracias.

—Quisiera hacerte una pregunta un tanto seria —anuncia, pero no dejamos de caminar con dirección a un parque que nos queda cerca de la parada del bus. Siento en mi interior un revoltijo y admito que me ha puesto a divagar dentro de mi cabeza.

Así que manteniendo la calma contesto:

—Adelante —él se lo piensa un rato y nos detenemos en una banca.

Y del caos nacen las estrellas #1 ✔Where stories live. Discover now