-CINCO-

6K 446 22
                                    




Davina (POV):

Estaba sola en un despacho lujoso, pero máximamente desordenado. Habia ropa por los sillones, fajos de papeles esparcidos por toda la mesa, cuando iba a mirar mas allá la puerta se abrió con fuerza. Momentáneamente cerré los ojos llenándome de toda esa valentía que mi mente forzaba en hacerla desaparecer.

- Storm, ¿eh? Hacia mucho tiempo que no sabia de ti. – Fruncí el ceño girando mi cuerpo hacia la dirección de aquella voz.

Mi corazón pareció dejar de latir durante un microsegundo. Sabía que Caníbal había estado alguna vez en el club donde bailada, lo que no imaginaba es que se acordase de mí.

- He pedido mas de una vez un privado contigo. – Su voz ronca y su claro atractivo hizo que mi mente se quedase en blanco unos segundos. – Pero siempre me respondían lo mismo, que Storm no daba privados ni daba servicio en las habitaciones. – Mordí mi labio antes de hablar.

- No soy ni era ninguna prostituta, Caníbal. – Estaba bastante sorprendida por mi temple. – Solo bailaba para el público, cogía mi dinero y me iba. – Aprete el puño intentando no temblar. – Pero no estoy aquí por eso, tome. – Tire la bolsa a su lado. – Ahí tiene la bolsa de Knife, ¿Dónde está él? Aquí tienes lo que es tuyo. – Dio uno cuantos pasos agachándose para dejar su rostro a unos milímetros del mío, de forma bastante intimidante.

- No se si te has dado cuenta muñeca, pero aquí mando yo. – Rodé los ojos inconscientemente, a lo que este enarco una ceja incrédulo mientras soltaba una carcajada. – Esta bien, esta bien. ¡Dominic! – El armario empotrado que me había traído hasta aquí abrió la puerta. – Trae al gusano. –

¿Gusano?

Mi corazón latía a una velocidad supersónica. Bueno, gracias a mis clases de teatro en el instituto sabia esconder bien lo que sentía en ese momento, pero estaba totalmente acojonada, era más que obvio.

Mire al a mi alrededor mientras se escuchaba de fondo Smoke on the water, de Deep Purple. Mi padre era un friki de los clásicos del rock, así que menos que ser igual o peor que él.

La puerta se volvió a abrir de par en par, Dominic llevaba agarrado del brazo a mi primo, quien tenia la cara totalmente magullada. De seguro estos tipos le habían dado una severa paliza.

- ¡Siéntate, Knife! – Ordeno con burla Caníbal. – No sabia que eras amigo de Storm, la mejor bailarina que he visto nunca. – Su tono me asqueo de tal forma que tuve que aguantarme una arcada.

- ¿Storm? – Landon me miro unos segundos confundido. – Yo no se quien es ella.

Quería pegarle un puñetazo.

- Me manda Vin. – Dije apretando el puño. – Ella tenia cosas mejores que hacer que venir a salvar tu culo otra vez.

- ¡Increíble! ¡Ahora me abandona también ella! – Eso me enfurio de sobremanera, ¡tendrá cara!

- ¿¡ABANDONARTE CARA DURA!? ¡Ella ha estado salvado tu apestoso culo siempre! ¡PEDAZO DE IM... - Mi voz se vio interrumpida por la de Caníbal, quien no estaba muy contento por nuestra discusión.

- ¡Basta de dramas! Tu. – Señalo a Landon. – Vas a trabajar para mi hasta que recuperes todo el dinero que me has hecho perder, y como vuelvas si quiera a hacerlo... - Lo agarro del cuello con tanta fuerza que su cara empezó a ponerse morada. – Acabare contigo de una vez por todas gusano. – Lo soltó cayendo al suelo de rodillas.

Caníbal se giro con una mirada depredadora hacia mí. Trague duro intentado mantener la calma, literalmente parecía que quería devorarme ahí mismo.

El Diablo del Infierno. | I DIABLO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora