-VEINTISIETE-

3.2K 200 2
                                    


*Molly en multimedia (como me la imagino) Sophia Turner*


MINI-MARATÓN (1/2)

Davina (POV):

Sentí un leve meneo en mi hombro, poco a poco fui abriendo los ojos. Sentía la pesadez de mis parpados al intentar elevarse. Suspire relajada mientras alzaba mis brazos para estirarme, haciendo crujir mis hombros. La luz del atardecer me cegaba la vista cuando intentaba mirar por la ventanilla del avión. Gire mi rostro algo somnoliento hacia mi otro lado. Raynard me miraba divertido. Habían sido diez horas de avión, de las cuales me había pegado durmiendo todas y cada una de ellas.

Esa pastilla hacia milagros.

- Vamos a aterrizar hübsch. - Este llevo su mano al lado izquierdo de mi cadera para coger el cinturón.

Paso el cinturón alrededor de mi cuerpo, abrocho este para luego hacer lo mismo con el suyo.

- He dormido todo el viaje. – Afirme algo asombrada y con la voz aun ronca.

- Si. – Asintió agarrando mi mano. – Hacías de vez en cuando un suspiro muy gracioso.

Mientras lo decía tenia una sonrisa en la cara, estaba claro que le causaba gracias que hiciese algún tipo de ruido mientras dormía.

Arrugue la nariz negando con la cabeza.

- Señores, vamos a proceder a tomar tierra. Abróchense los cinturones.

Por los altavoces del avión se escucho al piloto hablar. Volví a mirar por la ventana esperando ver un aeropuerto, en cambio, no se veía nada más que vegetación y una pequeña pista de aterrizaje.

- ¿Y el aeropuerto? – Pregunte mirando aun por la ventana.

- No vamos al aeropuerto. – Gire mi cabeza hacia él. – Preferimos pagar un poco mas por aterrizar en una simple pista de aterrizaje privada.

Claro, con dinero quién quiere ir a un aeropuerto normal.

- Así evitamos miradas indiscretas, y tenemos mas intimidad. – Asentí entendiendo lo que quería decir.

El avión tomo tierra con bastante facilidad, el piloto fue bastante suave y apenas se noto el impacto de las ruedas con el suelo. Pasaron unos pocos minutos cuando el jet freno del todo. No había dejado de mirar por la ventana en todo este tiempo, pues así me pude dar cuenta que tres grandes todoterrenos negros nos esperaban fuera de la zona de aparcamiento del avión. Unas manos desabrocharon mi cinturón así extendiéndome una de estas. Sin pensarlo agarre su callosa mano levantándome del asiento. Mire hacia atrás donde Aria le daba un pequeño beso en Jakob, y como Derek rodaba los ojos ante aquel acto.

- Vamos. – La mano de Raynard se poso en mi cintura para indicarme que comenzase a andar.

La puerta la abrió el azafato que antes nos había atendido. Baje de las escaleras sin dejar de mirar aquellos tres vehículos que ahora estaban mucho mas cerca, a penas cien metros del avión. Cuando estuvimos todos abajo comenzamos a andar, Raynard iba a la derecha de Jakob. A su izquierda iba Aria, yo permanecia a la derecha de Raynard y Derek a mi otro lado. Estaba nerviosa, todos los miedos me abofetearon de una y algo dentro de mi se paralizo. Mi amigo me agarro el antebrazo sin dejar que me parase. Mire a Derek algo asustada, pero su tranquilizadora sonrisa me armo de un poco de valentía para aparentar, al menos, algo de fuerza.

Cuando llegamos antes los todoterrenos una chica rubia, alta y preciosa salió de uno de ellos. No sabía quién era, pero el resto pareciera que sí.

- Vetter! (¡Primo!) – Se acerco a Jakob, quien gustosamente dio un paso adelante para abrirle los brazos. – Cuanto tiempo sin verte.

El Diablo del Infierno. | I DIABLO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora