—Di algo, ¡venga!

—Tal vez deberíamos comprar un pato...—susurra. ¡Mierda!

—Comprar... un ¿pato?

—P-Para... e-empollar el... hum... huevo...

Parpadeo, parpadeo.

—Si hay un huevo... idearemos un plan —responde Aziraphale suavemente y ella se humedece los labios.

—Un pato es una buena idea. Ellos saben cómo empollar huevos —sigue, literalmente para demostrar que sigue con vida. Pero igual y está teniendo una embolia.

—Ya... ya. También tú sabes cómo empollar un huevo. Pero no vas a tener un huevo, my darling.

—¡Yo no sé empollar un huevo!—se tapa la cara con las manos—. ¿¡Qué clase de mala influencia voy a ser para un huevo!?

—¿De mala influencia? Ninguna mala influencia, mi vida... —la abraza otra vez

—¡Pues no voy a ser una buena! —casi más indignada.

—Vas a ser una influencia, ni buena ni mala. Vas a ser la influencia de Crowley y a mi eso me parece... suficiente.

Se humedece los labios y le mira a los ojos.

—Confío en ti —sonríe el ángel. Ala... sin presión ni nada.

—Vamos a... hablar de otra cosa —casi suplica, agobiada.

—Vamos a desayunar, venga... —le toma de la mano, ella se deja, siguiéndole—. Deberías comer algo con calcio si lo que tienes que hacer es... un huevo.

—Perdona, pero... what the fuck?

El ángel se ríe un poco.

—Vas a solidarizarte tú con la causa dejando de comer huevo.

—¿D-De comer huevo? Oh, pero venga... he pedido un soufflé que...

—¡¿Podrías ser un poco más insensible!? —protesta, esto es drama gratuito porque le jode no poder beber y tener que comer calcio. Ni siquiera sabe qué demonios implica eso. Va a tener que lamer las paredes o... ¿Qué?

La verdad es que Aziraphale no se había creído que pudiera estar embarazada hasta ESTE momento. Vamos... es que ¿insensible? ¿De verdad?

—¡Tú usas cinturón y zapatos de piel de víbora!

—Sí, porque me quedan de miedo.

—Pues esto es lo mismo.

—No. Yo no me estoy comiendo a nadie.

—¡Yo tampoco!

—Por eso se llama solidaridad. Y no te creas que vas a beber si yo no puedo —advierte señalándole con un dedo, él levanta las cejas—. Sé que la relación se va a ir a la mierda porque si con alcohol apenas nos soportamos, imagínate sin, pero no vas a estar tú dándole a la guita mientras yo chupo una piedra.

—No voy a no beber...

—Pues tampoco vas a beber, eso seguro.

—¿Pero por qué? Si yo no soy el del huevo.

—¡Porque tú lo pusiste ahí!

—¡Yo no lo puse ahí! ¡Lo pusimos ambos!

—Pues por eso.

—Una mimosa nos va a venir bien a ambos... siéntate. Relájate. ¿Vale?

—Ahora ni siquiera te importa nuestro huevo —de repente ya no es EL huevo.

Sin CityWhere stories live. Discover now