Capítulo 67

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_Ten buen viaje, papá. En cuanto llegues al pueblo, llámame. Quiero saber que has llegado bien, ¿vale?

_Si, cariño. – Miró a Arturo y le tendió la mano. – Ha sido un placer conocerte. Trata bien a mi hija.

_Guarde cuidado.

Le estrechó la mano. Después de aquello, Martín entró en su coche y se puso de camino.

Melisa ya iba con prisas de nuevo. No es que llegara tarde, pero tampoco iba bien de tiempo.

_¿Me puedes llevar al trabajo? – Le preguntó a su chico. – Creo que no me dará tiempo a llegar puntual si voy andando.

Él asintió.

Al llegar a la puerta de la gestoría, Arturo le preguntó a su chica si lo que hablaron el sábado iba en serio.

_Por supuesto. Tenemos que buscar alguna empresa de organización de bodas.

_Dedicaré esta mañana a buscar las mejores.

Esa misma tarde, cuando Melisa llegó a casa, Arturo tenía tres agencias de este tipo para que ella eligiera una.

La tarde siguiente tuvieron una reunión con el personal de "Dream weddings". El encargado de su boda se llamaba Joaquín.

__¿Qué teníais pensado? – Preguntó el organizador.

_Algo sencillo. – Contestó Melisa. – No tenemos pensado tener muchos invitados. Queremos que sea algo divertido, desenfadado.

_¿De cuántas personas estamos hablando?

_Unas veinte. – Dijo Arturo. Miró después a Melisa. Le iba a decir al organizador algo que no había hablado con ella. – Me gustaría que la ceremonia fuera en la iglesia de San Mateo. Nos reencontramos cerca de allí y a su padre le encantó ese lugar.

Ella sonrió. Le parecía bien.

_Melisa, ¿tienes vestido? ¿Has mirado algo?

_Que va. Decidimos esto el sábado pasado.

Joaquín enseguida comenzó a trabajar. Le quedaba pocos días para tantísimo trabajo.

Algunos amigos de Arturo le acompañaron a comprar un traje para la boda. En una sola tarde lo tuvo en casa.

A Melisa, en cambio, le costó más elegir un vestido. Tuvo que quedar con Nuria en varias ocasiones para encontrar el que más le gustaba.

Era blanco, hasta la rodilla y con un poco de volumen en la falda. Tenía escote corazón, pero con tul en su parte superior, cubriéndole hasta el cuello y los brazos hasta los codos.

Ella quedó el vestido en casa de Nuria para que Arturo no lo viera. Sólo salió de allí antes de la boda para que una modista le hiciera las modificaciones necesarias para que le quedara como un guante.

Los preparativos fueron rápidos. Joaquín había reservado la iglesia de San Mateo para el día de la boda. El banquete y la fiesta sería al aire libre, en una finca con una casa de campo a las afueras de la ciudad.

Habían contratado un cáterin que tenía comida de gran calidad y una banda de música tanto para la ceremonia como para la fiesta.

Aquello era lo mejor que habían podido hacer. Joaquín era un gran profesional.

La última prueba de vestido era una semana antes de la boda. Melisa cogió el vestido de la casa de Nuria y a su mejor amiga y fueron a la modista.

La mujer que le arreglaba el traje empezó a trabajar en él.

_Nuria, tengo algo que decirte. Es algo que me asusta.

_¿Has discutido con Arturo? ¿Con tu padre? ¿Qué ha pasado?

_No, no es nada de eso. Es algo, que, bueno, a mi chico le podría hacer ilusión. Estoy segura de eso. Pero todavía no estoy segura del todo.

_Bueno, chica, cuéntamelo ya.

_Tengo una falta. – Terminó diciendo Melisa. – Es de un mes. Ya sabes, no me baja...

_¿Estás embarazada?

_No lo sé. No me he atrevido a contárselo a Arturo. Después de lo que ha sucedido con Miriam...

_Pero esto es distinto. Vuestra relación está limpia. Hazte la prueba. Comprueba si lo estás o no y cuéntaselo todo.

_Deberías decírselo. – Señaló la modista que, hasta entonces, había permanecido en silencio, haciendo su trabajo. – Esas cosas deben saberlo los padres.

Melisa sonrió.

_Sé que debería decírselo, pero me da mucho miedo. Me asusta hacerme la prueba y que sea positivo y, a la vez, que salga negativo.

_¿El padre qué piensa sobre los niños? – Le volvió a preguntar.

_Le encantan. Está deseando ser padre. Creció siendo huérfano. Quiere tener familia. Quiere muchos niños. – Sonrió.

_Entonces, hazle cómplice de tus sospechas. Si es como dices, le gustará que se lo comentes. Sea el resultado de la prueba positivo o negativo.

El corazón de un profesorWhere stories live. Discover now