Alexitimia

Capítulo 25: Sentimientos.

La felicidad se define como el estado de ánimo que el ser humano alcanza cuando cree haber saciado todas sus necesidades. 

Desde pequeño siempre hubo algo que me faltaba. Una figura paternal amorosa, una madre que me guíe en la adolescencia o un hogar en el cual refugiarme. Luego, llegó a mi vida Eleonor, con el paso del tiempo ella me hizo dar cuenta de lo que realmente necesitaba. Desde que la conocí empecé a anhelar poder amarla tanto como yo quisiera, consolarla cuando estuviera triste y reír con ella por sus bromas. 

Necesitaba todo eso hasta el día que nos asaltaron. Mientras aquellos hombres me golpeaban lo único que pedía era que Eleonor estuviera bien, no necesitaba nada más, solo que ella no sufriera. Estaba dispuesto a pasar mi vida sin sentimientos o sin amor, nada era tan importante para mí como lo era que ella se salvara. Cuando vi que después del ataque ella estaba intacta, algo dentro de mí empezó a explotar, como si miles de fuegos artificiales estallaran en mi corazón. Era feliz y lloré de la emoción.

Por fin tenía todo lo que necesitaba.

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Un fuerte dolor de cabeza me levanta del sueño profundo, por un momento pienso que todo lo que pasó fue imaginario hasta que mi cuerpo lastimado me confirma que no lo es.

Trato de acomodarme en la cama de hospital en la que estoy pero algo a mi lado me lo impide. Eleonor está dormida en una silla y tiene sujetada mi mano fuertemente. Mis movimientos la despiertan y ella lentamente se estira lanzando un gran bostezo. Es de madrugada así que se nota cansada.

-Tienes baba en toda la boca.- Digo. Ella rápidamente se limpia y cuando se da cuenta que no tiene nada me da un manotazo.- Auch, me dolió.

Eleonor abre los ojos como búho. -¿Ahora puedes sentir?

-No estoy seguro, creo que sí. Hay que esperar el resultado del médico.

-Y ¿cómo te sientes?

-Feliz.- Respondo inmediatamente.- Feliz de estar a tu lado.- Acaricio su rostro y ella me muerde.- ¡Eleonor!

-Lo siento, todavía no me acostumbro a que seas tan cursi. Por cierto, presenté la denuncia y ya atraparon a los asaltantes.

-¿Por qué lo hicieron?

-Fue Jennifer. Ellos lo confesaron cuando fueron capturados, la policía la está buscando.- Vuelve a bostezar.

-Debió ser difícil para ti. Perdón por dejar que te hicieran eso.- Digo señalando el mechón de cabello cortado en su cabeza.

Ella encoge los hombres como si no le afectara. -Volverá a crecer. Eso espero.- Mira hacia arriba tratando de contener sus lágrimas e inmediatamente me arrepiento de hacerle recordar el horrible suceso.- Mi madre también tenía un mechón blanco como yo. Tal vez suene raro pero cada vez que lo veía me recordaba a ella, sentía que me estaba acompañando.