Metro 3

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Dedicado a: amanda_kurocat

Me estremecí, se pegó más a mí y pude sentir lo duro que estaba contra mis nalgas.

Ahí estaba yo, en el metro contra la ventana, con las piernas abiertas y las manos de un desconocido tocando y manoseando mi sexo a su antojo mientras me restriega su pene en mi trasero.

Notaba como sus dedos estaban empapados ya, por eso no le fue difícil introducir uno en mi sexo. Me estremecí de placer, quería gemir y para no hacerlo decidí morderme el labio.

—¿te gusta?—me susurró al oído.

No dije nada, y el siguió metiendo y sacando su dedo de mi sexo

—¿te gusta putita?

Sentía que tenia que darle una respuesta, pero me costaba hablar. Estábamos en el metro, rodeados de gente. Puede que ahora mismo todas las personas nos estén viendo y yo ni siquiera lo sé porque estoy de espaldas.

El comenzó a aumentar el ritmo con el que metía y sacaba y me beso otra nuevamente, esta vez me lamio un poco la mejilla.

—seguro que si te gusta. Estás tan mojadita

—s...si— dije y me tapé la boca otra vez

—no puedo esperar a follarte putita. ¿Lo sabes verdad?

Yo estaba en las nubes, disfrutando de su mete y saca y de su mano alrededor de mi clítoris, entonces se detuvo. Saco sus dedos de mi interior. Mis piernas temblaban. ¿Qué hace?

Llevo sus dedos a mi boca

—chupa putita— me dijo.

Le hice caso, comencé a chupar sus dedos suavemente. Agradecía que estuviera tan pegado a mi puesto que mis piernas temblaban tanto que de seguro me caería sino fuera por él.

El metro llego a su siguiente parada, me rodeo por la cintura y me forzó a bajarme con él. Me estaba llevando hacia el final de la estación, allí había un cartel de estamos en reparaciones, así que me imagine a lo que probablemente íbamos.

—camina putita—me decía.

Y yo caminaba, sentía mis bragas empapadas y el sabor de mi sexo aún presente en mi boca. Me sentía tan sucia y excitada que me estaba preguntando quién era yo en ese momento.

Me dio un empujón y me metió en el compartimiento que decía estamos en reparaciones. No pude mantenerme de pie por mucho tiempo así que me senté en el suelo patéticamente.

—¡desnúdate! —me dijo.

—¿por qué?—le pregunte y a los dos segundos aver cómo me miraba me arrepentí 

Imaginator HOT, CNCOWhere stories live. Discover now