Ariel (Christopher y Zabdiel)

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Hola, mi nombre es Tn. Después de que mis padres desaparecieran en una tormenta tuve que ir a vivir con mi tía y su familia. Mi relación con ella nunca ha sido buena ya que siempre le había tenido envidia a mi madre y ahora que ella no estaba todo su remordimiento caía sobre mi. Mi historia comienza en una de las casas de playa de mi familia, solo que esta vez en vez de ir acompañada decidí sola intentando escapar de los malos tratos.

Llegué un viernes por la tarde y no podía esperar para disfrutar del sol y la playa. Eran alrededor de las 3:00 pm cuando decidí salir ,me puse uno de mis bikinis favoritos que se amarra por detrás con una tanga de lazos y un pequeño brasier que destacaba mis pechos, baje los escalones de mi casa y salí por la parte de atrás.

El lugar estaba algo concurrido, al ser una playa pública muchas personas iban a pasar el rato con sus familias y amigos.Me recosté en la arena disfrutando del sol y el mar tranquilo y me di cuenta de que casi todos los vecinos me volteaban a ver sin disimular, incluso algunos se acercaron a platicar conmigo, pero sin apartar la mirada de mis pechos. Llegué a sentirme tan incómoda que recogí todas mis cosas y me fui a casa a tomar una siesta. Ya volvería más tarde cuando no hubiera tanta gente.

Eran ya más de las diez de la noche cuando desperté. Ahora si la playa estaba completamente desierta, solo se escuchaba las olas romperse y se avistaba a lo lejos pequeñas luces de los pescadores locales que salían durante la noche.

Caminé hasta la orilla con la primera intención de bañarme otra vez, pero de la nada, impresionada por la tranquilidad de la noche, me dieron unas ganas locas de salir a explorar. Caminé y caminé bajo el cielo estrellado hasta que llegué a una piscina natural que conectaba la playa con la bahía. Me encontraba completamente sola y a oscuras pués había luna nueva y las estrellas no iluminaban tanto. Podía escuchar el cantar de los grillos, oler la humedad de las plantas, sentir la brisa marina y uno que otro mosquito zumbador. Entonces pensé que sería divertido meterse a nadar desnuda y como estaba segurísima de que no había nadie alrededor me desabroche el bikini y lo deje tirado en la arena. Seguí avanzando hasta que no quedaba más en donde pisar y me sumergí completamente bajo el agua donde estaba todo oscuro y la sensación de estar desnuda me hacía sentir libre. Luego salí a la superficie flotando boca arriba con el agua cubriendo las orejas. Jamás me había sentido tan unida a la naturaleza.

La naturaleza deseaba más que eso, porque de pronto sentí que algo rozaba mis piernas y mi abdomen acompañado de pequeños piquetes en mis pechos y en mi conchita. Se trataba de una bandada de pequeños pececillos que se detuvieron a morder mi piel. Como no eran una gran amenaza que deje que se divirtieran conmigo. Poco a poco las pequeñas mordiditas fueron aumentando en todo mi cuerpo, sobre todo en mis pezones.

Estos peces sí que son traviesos, pensé y lentamente me fui excitando hasta que mi conchita comenzó a mojarse . Inmediatamente los peces se abalanzaron sobre ella, deseosos de probar mis juguitos.

Sentía tantas mordidas en mi conchita que comencé a temblar. Involuntariamente abrí las piernas y los pececillos aprovecharon para hacer más de las suyas, mordiendo cada parte de mi anatomía. No pude resistirme y comencé a estrujar mis pezones. Hasta que comencé a sentir algunas mordidas en mi clítoris y sentí que una descarga de placer recorría toda mi espalda. No podía aguantar más,todo mi cuerpo explotó en una sensación de placer. Estaba a punto de correrme.

-¡Paren! –grité, lo bastante fuerte y excitada que si de encontrarse alguien más me habría escuchado claramente.

De inmediato un orgasmo recorrió todo mi cuerpo haciendo que una gran cantidad de mis juguitos salieran disparados y se mezclaran con el agua de mar siendo aprovechado por las pequeñas criaturas, sin embargo, no me daban tregua y al poco tiempo sentí como todos se peleaban por hacerse con mi coñito haciendo que mi orgasmo fuera más intenso, tuve que espantarlos con mi mano libre para evitar que siguieran pero de poco sirvió pues al poco tiempo volvían por más así que para poder escapar de ellos, nadé un poco a mar adentro.

Después de un par de minutos, mis sensaciones fueron disminuyendo y estuve más tranquila. No lo puedo creer, tuve un orgasmo. Que locura.

De pronto escuche un motor que se acercaba a gran velocidad, miré a mi derecha y pude ver luces que se dirigían hacia mí. Sin pensarlo dos veces tomé una gran bocanada de aire y me sumergí, esperando que el bote me pasara por encima.

Pude sentir como el agua se arremolinaba a mí alrededor, estaba preparada para aguantar la respiración no esperaba quedar atrapada bajo una soga pesada y con pequeñas aberturas, o mejor dicho. Una red.

El aire me faltaba y el susto me había hecho perder la concentración y comenzar a tragar agua. Mi vista se nubló y sentí que me ahogaba cuando mi cuerpo se elevó por un tremendo tirón hacia arriba. Todo fue muy rápido, en un instante pase de estar en el mar a estar tirada sobre la cubierta de un bote pesquero.

-¿Qué es eso Zabdiel? ¿Qué fue lo que se enredó en la red? –preguntó alguien.

Una luz intensa impedía que viera a mis captores y a duras penas con mi mano trataba de cubrirme los pechos, pero había tragado tanta agua que hacía que apenas podía mantenerme consciente.

-¡Pero bueno... parece ser que pescamos una sirena! ¡Christopher da marcha atrás y regresemos al muelle!

Fue lo último que alcancé a escuchar antes de desmayarme.


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