Fotos para mi novio Europeo

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Hola, me llamo TN, muchos dirían que soy una chica tranquila y de casa, pero la verdad es que escondo algo. Tengo un novio virtual, es un chico que la verdad no me gusta mucho, pero vive en Europa y dice que me va a sacar de latinoamérica y a casarse conmigo así que lo trato con todo el amor y el cariño del mundo. Me encanta mi país claro, pero más me encantaría vivir en Europa con él.

Bueno, el caso es que Pascal (ese es su nombre) y yo hacemos cibersexo cada vez que podemos porque a él le gusta mucho y yo bueno... también lo disfruto. Soy capaz de darle lo que sea con tal de que me saque de aquí. Ayer me pidió que me sacará fotos sexys. Lo hice, pero me dijo que se veían cutres y se molestó por eso. Ahora estoy preocupada de perderlo para siempre porque él es un chico muy muy sensible.

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Mi mamá me mandó a bajar a comprar pan. No quería hacerlo, pero no tuve otra opción y mientras regresaba del mercadito me encontré a un ex compañero de clase Erick y a su amigo que yo siempre creí gay Joel. Los saludé y me alegré de verlos. Ellos me abrazaron y me invitaron a un helado. No me pude rechazar.

Me contaron de sus vidas, habían terminado de estudiar e iban a empezar a trabajar pronto. Joel era un aficionado al gimnasio y Erick se había dedicado de lleno a la fotografía. Me encantaba que tuvieran hobbies tan entretenidos, el mío era ligar con extranjeros por Tinder. Nos sentamos en unas escaleras y seguimos charlando, la verdad entre los tres siempre hubo muy buenas vibras y lograron sonsacarme la historia de Pascal y de las fotos.

—Pero no tienes que preocuparte por eso. Yo te ayudo encantado—dijo Erick.

Le advertí que no tenía dinero para pagarle, pero él insistió en que no hacía falta y quedamos para esa misma tarde en su casa. Yo agradecí, los abracé, corrí a mi casa a robar dinero del bolso de mi madre para comprar varios conjuntos de ropa interior bonita y alegrarle el día a Pascal con unas fotos bien sensuales. Lo que sea por el hombre que me va a sacar de la pobreza.

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La sesión de fotos la habíamos programado para las siete de la tarde, pero yo llegué unos minutos antes. Los encontré tomando cervezas y mirando tv. Me invitaron a unirme y acepté, Joel dijo que iba a ser bueno para que me relajara y por supuesto tenía razón. Estuvimos así como 20 minutos mientras acabamos un six pack entero entre los tres.

—Bueno empecemos ya—dijo Erick y me sorprendí al ver que Joel también se ponía a trabajar.

Al parecer el chico hacía de ayudante con las luces. Yo trague en seco, estaba pensando solo en Pascal y en su pasaporte en lugar de en la verguenza que es posar en ropa interior para ellos. Pero bueno... Erick es profesional y Joel es gay.

Mientras preparaba su cámara y su ordenador portátil, Erick me dijo que su experiencia le había enseñado que era habitual que una chica en ropa interior se sintiera incómoda o avergonzada al verse observada por un hombre vestido (ya no digamos por dos). Me dijo que si ellos se quedaban también en ropa interior, el ambiente se relajaría mucho. La verdad es que sí estaba muy nerviosa y me pareció una buena idea, así que me tranquilicé bastante cuando ellos se quitaron el calzado, las camisetas y los vaqueros. Joel tenía un cuerpo de escándalo y Erick tampoco estaba nada mal. Al verlos a ambos en unos atractivos boxers negros sentí un ligero cosquilleo.

Mientras yo también me quedaba en un sugerente conjunto de lencería rosa, traté de explicarles que quería una sesión de fotos con gusto y, aunque excitantes no pornográficas. Lo mejor para Pascal.

Quedamos en que las fotos no serían de desnudos totales sino de posados sugerentes.

Me quedé en ropa interior y empecé a posar para ellos.

En la primera foto aparecía recostada sobre mi cama en actitud recatada exhibiendo mis piernas. En otra me senté de tal forma que quedaba a la vista una ligera parte de mi tanga rosa de encaje. En otra me levanté y me puse de espaldas, girando mi cabeza de forma sugerente mientras enseñaba mi culito y mi espalda.

Erick me retrataba en diferentes posturas pero siempre con mucha clase. Cuando acabó la tanda de fotos, me quedé asombrada cuando me las enseñó. Parecían de una revista de moda. Me veía guapísima, seductora, sofisticada y sexy.

Todo estaba yendo bien. Erick era un sol, igual que Joel. Y además yo también les estaba viendo semidesnudos, lo que cada vez me gustaba más.

En la segunda tanda me animé con posturas un poco más atrevidas. Estaba un poco borracha y había perdido el miedo inicial, por lo que me atreví a ponerme a cuatro patas.

Abría un poco más las piernas, me inclinaba hacia delante para que se me viera el escote...A veces me colocaba como una putita y miraba a la cámara, excitándome al pensar lo caliente que pondría a Pascal cuando viera las fotos y, no podía negarlo, también al pensar en lo que estaría sintiendo Erick.

Joel me dio una rosa para que jugara con ella pasando los pétalos por mi cuerpo. Erick hacía fotos sin parar, y cada cinco o seis fotos Joel se acercaba a mí para medir la luz. Estaban los dos casi desnudos y yo cambiaba de una postura sugerente a otra. La verdad es que me estaba calentando. Cada vez les miraba el paquete con menos disimulo (sobretodo a Joel), y me daba la sensación de que se estaban dando cuenta.

Cuando estábamos a punto de acabar la segunda tanda de fotos, Erick me propuso que me quitara la parte de arriba y me quedara en top-less. Era un paso que en principio no quería dar, pero antes de que le contestase me dijo que me podría tapar los pezones con las manos, que ese tipo de fotos aparecía hasta en las revistas femeninas más lights, así que afectada por mi excitación y la cerveza previa me quité el sujetador.

Rápidamente me cogí los pechos con las manos para ocultar mis pezones, aunque les había dado tiempo de sobras de verlos del todo. En las siguientes fotos a veces les daba la espalda y a veces me tapaba las tetas con las manos, aunque otras veces dejaba que se viera un poco una aureola para resultar más excitante. Erick sonrió al verlo, pero siguió haciendo fotos como si nada.

En cualquier caso mi técnica estaba provocando un potente efecto secundario; me encanta que me soben las tetas, y la ligera presión de mis manos sobre mis pezones hizo que empezara a mojar mis braguitas.

Estaba realmente caliente cuando Erick sugirió que acabáramos la tanda y me cambiara de conjunto. Me levanté con las piernas temblando y le dije que ok. Aquello estaba empezando a írseme de las manos, así que le propuse que la tercera tanda de fotos fuera la última.

—Como tú quieras linda— dijo, sin sonar convencido.

Al entrar en el baño me miré al espejo. Estaba espléndida. Me puse caliente otra vez sólo al darme cuenta de todo lo que estaba haciendo. Pensé en masturbarme rápidamente antes de volver a salir, pero en ese momento vi en el reflejo del espejo que la puerta del baño se había quedado mal cerrada. Me quedé con la boca abierta al ver como Erick y Joel estaban embobados mirando las fotos de la última tanda, sobándose las pollas al verme en la pantalla del portátil de Erick.

La sensación que tuve fue indescriptible. Joel....

La continuación está en Elsey Relatos

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