Demasiado #8

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Desperté sudando, no sacó de mi mente las imágenes de lo que paso aquel día. Quiero golpearme por estúpida. No puedo creer que cayera dos veces en un juego tan tonto. Primero Zabdiel y luego Erick, los odio. Los odio a ambos.

Hago lo propio y me alisto para la escuela. Al llegar veo que Erick está en el pasillo y la mayoría de los chicos se burlan de él lo han apodado: “huesitos”

Ted baja de su auto, corro hasta él, lo saludo y entramos juntos. Mientras desfilo por delante de Erick sonrío malévola. Hasta pronto huesitos, digo moviendo solo los labios.

¿Lo habrá pillado? No lo sé.

—no eras tú la que no quería hacer bromas pesadas —dice Clara.

—sabes… lo pensé mejor, antes era una estúpida, ahora quiero ser como ustedes y burlarme de los débiles.

—así se habla –dice Ted mientras me da un golpe en el hombro.

__¿qué te parece si empezamos a salir? —dice Edd—pasaré por alto el hecho de que seas virgen. ¿te animas?

—¿te gusto?

—digamos que… siempre lo has hecho.

—me encantaría decir que me halagas, pero has salido con medio colegio

—y tú siempre me has gustado. ¿No te dice algo eso?

—nunca me lo pediste por ser virgen. ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión ahora?

—sabía que preguntarías eso, pues…

—mirad quien viene –interrumpe Clara.

Nos volteamos y es Zabdiel, pasa de largo y se mete en el salón de clases. ¡Espera un momento! En mi salón de clases

__¿qué está haciendo ahí?

__ni ide… --suena el timbre y nos distrae a todos.

__nos vemos después Bailey –dice Edd y se despide con un beso en la mejilla.

Entro al aula y Zabdiel está ocupando mi lugar. Maldito.

—levanta

—tenemos que hablar

—claro que no

—claro que sí.

—estás a punto de volverte como tus amigos

—¿qué más da?

—que no eres así y si fue mi culpa lo siento. Yo solo estaba… me gustas muchísimo y esa fue la única forma que se me ocurrió de tenerte cerca. Todo iba perfecto y luego Erick nos engañó para que tú….

—!calla!

—Bailey, dame una oportunidad

—¿oportunidad?

—te estoy pidiendo que seas mi novia.

—no me hagas reír.

—olvida por un momento a Bailey, la chica cool. Piensa en Tn, la chica que estuvo en mi habitación.

—la estúpida, la estúpida que estuvo a punto de perder la virginidad con dos chicos que ni siquiera conoce. La idiota que se dejó tocar por primera vez por un… prácticamente un desconocido. Zabdiel, sé que eres bueno –y que estás bueno—pero no te conozco de nada. Soy… soy una imbécil

Mierda, no quiero llorar aquí delante de todos y el salón se está llenando.

Me jala del brazo y caminamos afuera entre cuchicheos, sé que todos nos observaban y podría haberlo detenido, pero no lo hice. Una vez fuera nos metemos al cuarto del conserje. El cual apesta a legía y cloro.

—no eres nada de eso. No seas tan dura contigo misma. Fueron solo las hormonas y… aunque para ti yo fuera un desconocido, tú para mí eres… me gustas tanto

Acaricia mi mejilla y con cuidado se va acercando. Sus labios se juntan con los míos y su cuerpo me aprisiona contra la pared. Sus manos se deslizan por mi cuerpo y las mías hacia el bajo de su pulóver. Se lo quito y lo beso aún más.

Me carga y me agarro de su cuello mientras nos besamos.

—¿esto es un sí?

—es difícil Zabdiel, tú y yo… míranos, ya te sacaste el pulóver.

—¿Tn, por favor?

¿Continúo? 

Imaginator HOT, CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora