17 - Segunda Parte

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Capítulo 17 - Segunda Parte

Miércoles, 9 de Octubre
7:34 PM
Aeropuerto Internacional de Austin-Bergstrom

Oh mi dios, le está comiendo la cara.

Llevo alrededor de diez minutos observando a Hastings, mi nuevo "compadre" (cómo se quiso llamar él), comerle la boca a su novia.

No es normal que alguien pueda aguantar tanto el aire.

La forma en que la agarra, recorriendo con su mano su muslo hasta meter los dedos bajo sus short es completamente repugnante.

Consíganse una habitación, por dios.

La chica tiene tan empañados los lentes que ya parecen vidrios polarizados.

Debo decir que la novia de Justin es bien guapa. Tiene toda la pinta de ser británica: está bien pálida, tiene el cabello fino y recién cortado y está realmente flaca, nada parecida a la Hanna que vi en la foto que Justin me mostró en el camino.

Ew, la alzó.

Parece un documental de leones en Animal Planet.

La chica que Justin me mostró en la foto era una mujer morena que se veía que tomaba todo el sol de Texas, con el pelo oscuro castaño y ojos verdes brillante. Bueno, también tenía un gorro de vaquero y jeans. Ahora lo que tiene es un pantalón militar al estilo tumblr y unos lentes de puro cristal circulares. Y claro, con la boca de Justin comiéndole la cara.

Desvío mi mirada de ellos cuando veo que Liam me ha enviado un mensaje. Me pidió que nos juntáramos más tarde en la biblioteca para discutir sobre cómo un tema que a los dos nos involucraba: Jake.

Pero claro, tenía que acompañar a Justin a buscar a su novia al aeropuerto para ver cómo se comen las bocas y fornican a través de la ropa.

Agh, que asco el amor.

Ya cansada del porno barato, me decido por tocar la bocina, llamando la atención de Justin. A través de la ventana le digo que venga, pero él niega con la cabeza, provocando que Hanna también se voltee a mirar.

¡Vete al infierno, Reed! —me grita Justin para luego besar a su novia nuevamente.

Asomo mi cabeza por la ventana molesta.

—¡Que vengas malparido! ¡Le puedes comer la boca más tarde! —Con agilidad, el chico sostiene a su novia con una mano para con la que tiene libre mostrarme su dedo grosero.

En venganza, comienzo a entonar la canción de la mañanitas con la bocina, llamando la atención de no solo un furioso Hastings, si no de todas las personas presentes en la entrada internacional del aeropuerto.

Rendido, Justin baja a Hanna y de acerca a paso rápido hacia la ventana del copiloto, donde, desde el asiento del conductor, lo espero con mi sonrisa falsa.

—¿Qué? —reclama molesto—. ¿Qué pasa, Eider?

—Liam me acaba de enviar un mensaje: más tarde quiere hablar con nosotros en la biblioteca acerca de ya sabes quien. —Decidí que era momento de molestarlo—. Le dije que estaba bien a la hora de cenar, ya que por supuesto tú no deberías tener hambre si te comiste hasta las amígdalas de aquella flaca teñida.

HABITACIÓN 219Donde viven las historias. Descúbrelo ahora