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Eider tenía que morir esa noche

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Eider tenía que morir esa noche.

Suerte y tragedia que haya sobrevivido.

Viernes, 27 de Diciembre
2:16 AM

¡Eider espera mierda!

Abro la puerta del auto furiosa, sentándome en el asiento de cuero recién lustrado por él. Por la persona que menos quería ver en este momento.

Sus grandes manos se colocan en la puerta, provocando que alce mi mirada. Me veía baja debido a la altura del descapotable. Su cabello estaba desordenado, y sus ojos me veían con tristeza.

—Te amo —susurró.

—Y yo te odio —respondí, quitando el freno de manos y dejando escuchar el cassete que había puesto en el reproductor—. Él me dio este auto, ¿sabías?

El chico me mira con sus ojos azules fijos en mi.

—Ella no significa nada para mi, Eider.

—Igual que como tú no significas nada para mi desde ahora.

Piso el acelerador con la palanca en reversa, saliendo del estacionamiento con el chico siguiéndome a pies descalzos, con las plantas de sus pies tocando la grava y sujetando sus pantalones de pijama. No tenía puesta se camiseta, solo el pantalón.

Lo había agarrado con otra.

—¡Eider! ¡Eider no puedes irte en este auto! ¡Mierda, Eider, regresa! ¡Te necesito! ¡EIDER! —Su voz quebraba de a poco mi corazón—. ¡EIDER NO!

Pero yo ya había entrado a la calle, alejándome de su departamento.

¿Cómo pude haber sido tan estúpida?

Una solitaria lágrima recorre mi mejilla en el momento que la luz verde del semáforo alumbra mi rostro.

Lo amaba tanto. ¿Por qué me dañaba de aquella forma? ¿Acaso yo no era lo suficiente para él? ¿Para alimentar su ego? ¿Cuál era su ganancia al romperme el corazón?

Acelero limpiándome las lágrimas cuando la bocina de un auto retumba en mis oídos.

«¡EIDER!»

El grito desgarrador del chico fue lo ultimo que escuché antes de que mi vista se nublara.

Esa fue la última vez que toqué esos asientos de cuero lustrados, que vi su risa, que escuché su hermosa voz, que vi aquellos ojos azules, que me rompieron el corazón, que lloré.

Fue como iniciar de nuevo.

Olvidar todo.

Presionar el botón de reinicio.

Borrar cada recuerdo.

Como luego de una cosa de segundos el amor de mi vida, el hombre con el que pude haber pasado el resto de mi vida al lado, se volvió un extraño ante mis ojos.

Y nunca me esforcé en buscarlo.

Ni en saber que existía.

HABITACIÓN 219Where stories live. Discover now