Capítulo 34

1.8K 133 27
                                    

Los días pasaban a veces lentos y otras veces volando, era una turbulencia mi vida, prácticamente vivía en casa de mis padres, mamá estaba muy débil y sufría muchísimos dolores de cabeza diariamente, necesitaba quimio y radio pero combinado resultaba muy fuerte así que como primera instancia le daban quimio, es terrible como el tratamiento deteriora a las personas, las cambia físicamente, a veces mi madre no era mi madre, otras tantas y pocas era la mujer que me peinaba antes de ir al jardín o la que me cantaba canciones de cuna o recitaba un poema cuando se lo pedía, la enfermedad nos había unido un montón, este mes y medio me había servido muchísimo para conocerla mas y saber cosas que jamás me hubiese atrevido a preguntar, mi mama es una mujer demasiado sabia, en una oportunidad me pidió perdón por todo el daño que me causo al no aceptar mi orientación sexual, me hablaba y preguntaba mucho por Tatiana porque le conté todo lo que significaba para mi y básicamente "nuestra historia" o nuestra "NO historia"... si bien no éramos nada o no se que éramos porque Tatiana me decía muy a menudo que confíe en ella, frecuentaba muy seguido la casa de mis padres y se quedaba conmigo a veces ayudando un par de horas, mientras me iba a bañar ellas se quedaban solas y me hubiese encantado saber de que hablaban pero ninguna de las dos me decía nada.

Por las noches aprovechaba para estudiar un par de horas ya que pedí licencia y solo voy a rendir dos materias muy importantes de la carrera.

India se adaptó demasiado rápido al "nuevo hogar" pero la tenemos alejada de mi madre porque en estos momentos tiene las defensas demasiado bajas y no puede pescar ningún tipo de enfermedad, eso acabaría con ella muy pronto.
Hoy rindo una materia y me siento lista pero súper asustada, vine a mi casa a bañarme y buscar ropa acorde porque aquí tengo todo, repase un poco aunque nunca puedo retener nada el día que voy a rendir.

El examen fue oral y estuvo demasiado difícil pero me fue bien.

*Suena mi celular*

—Pa ¿qué pasa?.

—Vení rápido a la clínica hija.

—Pero ¿qué pasó?.

—No te asustes, te espero aquí.

***

Mamá cayó en coma... lo único que queda por hacer es esperar a que despierte. Estos días han sido demasiado difíciles, puedo jurar que la mujer que veo en esa cama no es mi mamá, no es al menos la mujer a la que por tantos años de mi vida llamé "mamá". Tatiana ha sido demasiado compañera conmigo y esta al pendiente de todo incluso me viene a ver a la clínica y se queda conmigo, ya no nos dejan quedarnos por las noches, solo en ciertas horas podemos pasar a ver a mi mamá, yo le hablo, acaricio sus manos frías, le pido, le ruego que se quede conmigo porque siento que me escucha pero no responde, no despierta, los doctores nombraron "milagro", mi mamá necesita que suceda un milagro para poder despertar. Que injusto somos los seres humanos ¿no?, lloramos por miedo, ¿tenemos miedo de la ausencia?, ¿O del dolor que ella pueda llegar a generar?.

Mucho no se puede hacer, todo está pasando demasiado rápido, mañana me toca rendir nuevamente así que Tatiana me trajo a mi casa, quiso quedarse pero prefiero estar sola y relajarme un poco. Tengo que confesar que no tengo cabeza para nada, estos días han sido vivirlos por inercia, mi cuerpo en automático se levanta, come cuando tiene hambre, va a la clínica, pero internamente no estoy, no se donde se encuentran mis ideas o mis ganas, me resulta demasiado difícil vivir sabiendo que probablemente mamá no pueda vivir más.

Mientras estaba acostada mirando la televisión empecé a sentir mucho frío y veía una especie de humo en mi habitación, es raro pero quizás me falla la vista, estoy tan cansada y siento ganas de llorar, no se porque, será cuestión de dormir un poco.

*Sonido de alarma*

Noooo, no me quiero levantar, reviso un poco las redes sociales y recibo un mensaje de papá.

—Hija, mamá acaba de fallecer.

Se me cayó el mundo a pedazos, me dolía el alma, comencé a golpear todo y llorar desesperadamente, volaban las cosas en mi casa, ¡Dios, si tanto existís como dicen y tan grande sos quiero que sepas que me das asco!, ¡tanta gente mala en el mundo y decidís llevarte a la gente buena!, ¡mierda!, ¡me cago en esta puta vida de mierda! Y así un sinfín de maldiciones salían de mi boca como un vómito de verdades, como una bocanada de fuerza ingresaba en mis pulmones maldición tras maldición. Bonita manera de anunciar noticias bochornosas, un mensaje de WhatsApp , un maldito mensaje de WhatsApp bastó para acabar con todo.

Ahí estás, pero sos eres mi madre, mi madre era otra persona, lo que velamos hoy son los restos de una enfermedad maldita, un pedazo de carne que poco a poco irá siendo comida de gusanos, lloro en el nombre de mi madre, la que hoy es eterna, la que a partir de hoy no veré más y tendré que acostumbrarme a imaginar su reacción antes las adversidades de mi vida.

Mi padre no tiene consuelo y de pronto yo soy un bloque de cemento que no se quiebra con nada, un bloque que ahora tendrá que sostener las paredes de la casa para que no se desplomen encima de mi padre, no quiero perderlo a él también. Siempre me parecieron ridículos los funerales, vemos caras que no vimos durante años y ahí todos eran amigos y el muerto un santo, en este caso mi madre no fue una santa pero no era mala persona, todos te dicen *lo siento mucho, ahora descansa en paz*, ¡que vas a sentirlo vos si no te esta pasando, pienso internamente, ¿descansa? Y si quizás el descanso eterno no existe y la muerte no es sino una prolongación a una siguiente vida?!.

Vino Micaela a acompañarme y Tatiana por supuesto, no hable con ninguna de las dos porque no tengo ganas de hablar con nadie, no quiero saber de personas, no quiero consuelo.

El momento en que se llevaron a mi mama para cremar fue el más desgarrador, en la mente simple que cargo en estos momentos, la mente de quien no concibe que el cuerpo de su madre arda en llamas, pero después pienso que su cuerpo era sólo materia, la carcaza, la imagen que daba entidad a su alma pero ya no es ella.

—Te amo mi amor, te voy a amar toda la vida como el primer día, me hiciste el hombre más feliz de la tierra mi chiquita, descansa en paz, descansa sabiendo que aquí en la tierra una persona te amo más que a su vida y que fue a quien vos amaste también, espérame muñeca, pronto vamos a estar juntos otra vez, te amo.

Las palabras de mi padre fueron suficientes para que me estalle el corazón de dolor, verlo llorar con tanta desesperación me mato, mis brazos se debilitaban, no podía sostenerlo, ese hombre no tenía consuelo alguno.

—Tranquilo papá, no te voy a dejar solo, mamá ahora descansa en paz, ya nada le duele, nada la preocupa.

Y así una oración que ni yo misma creía salió de mi boca, era lo que él necesitaba escuchar, era parte de lo que a la gente le hace bien oír en momentos como estos.

Entre libros y sus ojosWhere stories live. Discover now