Capítulo 45

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-Ya vaaaa -grité, me estaban por romper el timbre y tirar la puerta encima.

Ahí estaba ella, en la puerta de mi casa, agitada, con el corazón acelerado y los ojos llenos de lágrimas, traía en sus manos un oso de peluche inmenso.

-Feliz cumpleaños, no quería que pasara este día sin verte, si... ya se que no te gustan los peluches, pero quería que tuvieras algo para abrazar cuando yo no esté a tu lado.

-Pasá -dije con los ojos llenos de lágrimas, no podía creer que la tenía al frente mío y a la vez me sentía asustada.

-¿Te pasa algo?.

-¿Qué haces acá, como viniste?.

-¿No estás feliz de verme?, me trajo Sonia, organizamos una reunión de mentiras y me trajo aquí.

No deje que dijera más, lo cierto es que la había extrañado tanto, me acerque a ella, le dije lo mucho que la amaba e hizo lo mismo, nos abrazamos, lloramos juntas y la lleve hasta mi habitación, quería tener el recuerdo de amarla y hacerla mía en mi cama, dejamos nuestros miedos de lado y nos amamos la una a la otra sin necesidad de pedir permiso o decirnos nada, nuestros besos ocultaban tanta pasión, una pasión de años, una pasión que suplicaba el desgaste de las manos, acaricie y bese cada parte de su cuerpo, por primera vez mis ojos eran capaces de apreciar tanta belleza y esa belleza me pertenecía, no como un contrato de compraventa, pero su piel y sus labios pedían por mi, Tatiana es hermosa y no necesitaría ni ojos para saberlo, Tatiana es perfecta, sabe tan bien, tenia tanta necesidad de probar de ella, sentir su sexo entre mis dedos y verla disfrutar a cada instante, escucharla gemir podía convertirse en mi música favorita, parecía una experta y sabia muy bien lo que hacia.

-No me quiero ir nunca de aquí -me dijo con voz de súplica.

-No te vayas, quédate conmigo, nuestros tiempos no son los tiempos de antes.

-Tengo miedo.

-¿De que?, si no lo enfrentas, siempre vas a tener miedo y sabes que no estás sola.

Sentimos que golpeaban la puerta y Tatiana se puso pálida, una vez más me armaba de valor con la mitad de la edad que tenía ella.

-Feliz cumpleaños a mi -le dije con voz sarcástica, me puse una remera grande y fui a abrir la puerta.

No me equivocaba, era él, el maldito monstruo que venía haciendo de mi amor con Tatiana una imposibilidad hace tanto tiempo.

-¿Qué queres? -le dije con voz desafiante.

-Vine a buscar a mi esposa.

-Viniste a obligar a tu "esposa" a irse con vos que es distinto.

-A mi no me hables así pendeja de mierda -dijo elevando la voz.

-A mi no me digas que hacer viejo de mierda, mi novia no se va a ir con vos -dije y vi aparecer a Tatiana.

-¿Qué haces aquí?.

-Sabía que no tenía que confiar en una puta desviada como vos, entonces las seguí, pero como soy bueno, te deje que te revolcaras por última vez, quédate tranquila que ya hice un par de llamadas y te están esperando.

-¡Por favor no me hagas esto, no podes manejar mi vida -si puedo -la interrumpió -no, no podes, ¿no te das cuenta que no te amo, que no significas nada, que no haces más que hacerme daño?, sos un monstruo.

-Despedite y vamos, porque te juro que además de no salir más de ahí, no volverás a escuchar la voz de Adriana.

En ese momento Tatiana rompió en llanto y me miró, no necesito decir nada, sus ojos me decían todo, pero aun así se acercó a mí para darme el último abrazo.

-Te amo mi amor, me hiciste la mujer mas feliz del mundo y lo que pasó hoy, fue perfecto solo yo se cuanto lo deseaba -se acercó mucho a mi oreja y me habló bajito -vamos a luchar juntas, Sonia va a venir en cualquier momento, hagan algo.

Dicho y hecho, después de ver partir a Tatiana vi llegar la única posibilidad de hacer algo por salvar al amor de mi vida.

-¿Sonia?.

-¿Soledad?, ¿se pudrió todo no?.

-Si, se acaban de ir, bueno él se la llevó.

-¿Qué podemos hacer?.

-¿Me llevarías a la casa de su mamá?.

-Vamos.

Fui practicando mi discurso, durante todo el camino, Sonia iba en silencio y eso me ayudaba un montón a pensar que decir, como empezar, pero en verdad no sirvió de nada, porque me olvide de todo en el momento en el que tuve en frente mío a la mamá de Tatiana, sentía miedo, era una mujer grande, pero me tragué el miedo, en un punto encontraba en sus ojos la mirada de Tatiana cuando algo la desconcertaba, nos hizo pasar sin problemas a la sala y nos ofreció café, pero a mi no me entraba nada, en verdad estaba muy, muy nerviosa.

-Bueno, me van a decir ¿qué pasa? -dijo mirándonos a las dos, me arme de valor, ahora era mi turno de hablar.

-Señora, yo trabaje en la librería de su hija, nos hicimos muy amigas en poco tiempo, en verdad yo no buscaba nada pero en Tatiana encontré todo, se que debe ser difícil escuchar esto, pero nos amamos, la amo de una manera loca y calmada, siento que es la persona con la que quisiera despertar todos los días hasta el ultimo de mi vida, la amo tanto que estuve todos estos meses esperando por ella, pero necesito su ayuda, cuando su marido descubrió que teníamos algo le pego, la maltrataba psicológicamente, señora, su hija estuvo meses internada en un hospital psiquiátrico sin tener ningún diagnostico que lo permita, solo porque el quiso y hace unos años le hizo firmar un poder entonces la amenaza con eso, hoy nos vimos, pero el fue a buscarla a mi casa y se la llevo de nuevo a ese lugar, necesito que nos ayude, yo no quiero hacerle daño le juro que jamás lo haría, solo amo a su hija, ayúdeme a salvarla por favor, porque no se como pueda terminar todo esto, siento que lo importante ahora es Tatiana, que ella este bien, que no viva sometida, que sea libre, señora... cuando la saco del psiquiátrico la tenia encerrada, la tiene como tienen a los presos en la cárcel y ella no hizo nada, por favor -lo mío fue mas bien un vomito de verdad, realidad y desesperación, no suelo llorar ante cualquier persona pero esta vez no lo soporte más, en un punto necesitaba a mi mamá y al estar con la mama de Tatiana me sentía contenida. La mama de Tati estuvo en silencio un largo rato.

-Es difícil para mi, es cierto, pero no creí estar viva jamás para saber del sufrimiento tan grande de mi hija, no te voy a decir que estoy de acuerdo, te veo muy joven, pero ella nos necesita -dijo y se acerco a abrazarme, me dio un abrazo tan fuerte que creí que me iba a estallar el corazón de sentimiento, cuando nos alejamos ella tenia los ojos llenos de lagrimas, es una mujer muy fuerte.

-Gracias señora, ¿entonces si nos va a ayudar?.

-Por supuesto, ¿Dónde esta?

-En el hospital de la Trinidad, bueno creo...

La vi levantarse y agarrar el teléfono, se la veía segura y sin miedo, una mujer de mucho, mucho carácter.

-Vamos, acabo de llamar a una abogada de confianza, ella nos va a ayudar, nadie se va a meter con mi hija ni le va a hacer ningún daño, tranquilas a las dos -nos dijo con voz ruda.

Sonia nos llevo en auto, el viaje al menos a mi se me hizo muy corto, cuando llegamos nos estaba esperando la abogada y afuera seguía estacionado el auto del innombrable.

Entre libros y sus ojosWhere stories live. Discover now