Capítulo 20

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Desde el día en que me reconcilie con mis padres todo marchaba de maravillas, bueno no se si de maravillas pero la venía pasando muy bien, incluso demasiado bien, India se adaptó del todo a ser madre y eso me ponía un poco celosa, ya se, es estúpido sentir celos por una gata pero de pasar todo el tiempo con ella, incluso de dormir con ella a no verle la cara eso es mucho, al menos es una excelente madre gata, jamás deja solos a sus hijos, los amamanta todo el santo día y cuando por fin logra hacerlos dormir se levanta a buscar un poco de comida, yo me encargó de tenerle siempre su platito de alimento y agua lo más cerca y lleno posible, así no le da trabajo caminar tanto, aunque no le vendría nada mal por lo gordita que esta, no digo que este mal estar un poco rellenita pero podrían dolerle los huesos, es algo que ya me advirtió su veterinario, que por cierto olvide mencionar... después de todo lo que pasó con el parto de la gata me tome el atrevimiento de ir a verlo al veterinario y pedirle una explicación de porque no había estado para asistir el parto, ¿qué me dijo?, que entre todos los médicos habían decidido tomarse ese día y volver al día siguiente, se imaginarán mi furia, casi lo mato, lo insulte y le dije que eran unos inconscientes, que probablemente no sólo yo lo había necesitado ese día y ellos dándose tiempo libre, lo mandé a la mierda y me fui, obviamente la cambié de veterinario, uno muy buena onda, de unos 28 años, me cayó bastante bien, era muy amable, así que India ya tiene nuevo veterinario, no les cuento el ruido del día que tuvieron que vacunar a las crías, uff lloraron como condenados, hasta me dio pena, pero bueno si no se vacunan ya veo que después se enferman de algo, a eso si que no me lo perdonaría.

El otro día fui hasta la camita de mi gata aprovechando que ella se había ido a hacer sus necesidades, levante un gatito y el condenado comenzó a llorar, no sé en qué momento India ya estaba mirándome como queriéndome matar, le pedí perdón y volví a dejar el gato en su lugar, me fui a recostar y cuando me levanté para hacerme de comer ni los gatos ni India estaban a la vista, no los encontré por ningún lado, hasta que siento un ruido proveniente de abajo del sillón del living, voy a ver y que paso? Estaban todos ahí abajo, que gata mañosa ni que le quisiese robar los gatos, me sentí mal, pero la entiendo, ahora ella tiene a quien amar y de quien cuidar, tiene que proteger las crías, y yo... querer a mi almohada.

Después de todo, la felicidad no depende de nadie más que de nosotros mismos...

A veces me preguntó porque mis padres dejaron pasar tanto tiempo para darse cuenta que me habían perdido, porque simplemente no fueron capaces de no aceptarme pero seguir conmigo, viendo por mi... no quiero abrir la herida, no es lo que me hace falta en estos momentos, pero el día de ayer mi madre dijo algo que me quedó haciendo ruido en la cabeza hasta el día de hoy, ¿será por eso mi insomnio de anoche?, no lo sé... pero me dijo: hija... la casa está muy sola, tu cuarto siempre me recuerda a ti, ¿no querrías venir a estar más tiempo con nosotros?... en verdad no esperaba escuchar algo así.

Quizás no se refiere a que me vaya a vivir con ellos, sino que se yo, los fines de semana, o pasar unos días, ¿quién sabe?, no me molestaría ir a visitarlos más seguido, a fin de cuenta ahí tengo mi espacio, en esa casa hay restos de mi historia, pero irme a vivir con ellos... no me gustaría no después de haberme acostumbrado a hacer LO QUE QUIERO, CUANDO QUIERO, no es que sea rebelde, pero tengo la libertad por la cual espere desde muy niña, tengo la libertad con la que todos soñamos cuando nos cortan tan cortas las alas y nos impiden volar... no me atreví a responderle nada a mi madre, preferí cambiar el tema, pero ahí vino la fulminante... algo inesperado y fue escuchar que me dijera: hija vos... quiero que seas honesta conmigo, con esto no voy a enojarme ni te estoy juzgando, sólo que siempre tuve la intriga de saber, pero ¿te enamoraste de tu pediatra?...

Aquí les va el cuento, siempre supe o siempre me pareció raro sentir atracción por mujeres, ya desde el jardín de infantes miraba a las niñas de otra manera... es por eso que siempre supe que los niños no me gustaban y que yo era lesbiana, mí pediatra se llamaba Mercedes, una morocha hermosa, una mujer de edad, amiga de mi madre, eran mejores amigas, resulta que a los 13 años me da la fabulosa idea de fijarme en ella, inventaba dolores que no sentia para que me lleven a verla, o siempre le decía a mi madre que la trajera a casa, que la invitará a cenar y cosas así, lógico nadie se daba cuenta de mis sentimientos, no podía hacerlo evidente creía yo, hasta que cierto día mi madre hace una cena y la invita y a la muy estúpida se le da por aparecer con su novio, ufff hubiesen visto mi cara de pocos amigos, eso no aprendí, a fingir cuando algo no me gusta, cuando alguien no me agrada, bueno volviendo al tema, después que terminamos de cenar mi madre se pone a servir el postre y Mercedes salta diciendo que tenía que darnos una noticia, que quería que seamos los primeros en saber por que nos consideraba parte de su familia por tantos años que tenía de amistad con mi madre.

¿Qué nos dijo?, que la muy condenada se iba a casar, me volví loca, le empecé a gritar que ojalá que sea infeliz y que el novio le sea infiel, que la odiaba, que no quería que me vuelva a dirigir la palabra, revoleé mi plato y me fui a mi habitación, llorando como era de esperarse, esa mujer me gustaba, se que estaba loca si incluso me cambió los pañales, yo quería que sea sólo para mi, nadie me hizo caso, mi madre me regaño y castigo, creyeron que eran celos por el cariño que le tenía, si supieran que en realidad me gustaba... se me pasó rápido el enojo, estaba en esa edad tonta en la que uno quiere y olvida de un día para el otro, termine pidiéndole disculpas a Mercedes, dejé de ir a sus consultas mensuales y me vestí bien bonita para su boda, en la cual les cante el Ave María y como era de esperarse lloré como estúpida, desde siempre las bodas me habían emocionado mucho.

Volviendo a la pregunta de mi madre por supuesto que me negué como la mejor mentirosa, le dije que la quería como a una tía ese era el motivo de mi reacción, me creyó sin dudarlo, a fin de cuentas para que decirle la verdad si había sido algo que pasó hace tanto pero tanto tiempo, al día de hoy Mercedes estaba casada tenía 3 hijos una casa grande y vivía de vacaciones, yo feliz por ella, aunque su esposo jamás me agrado, algo malo le veía, con el paso del tiempo no logre saber lo que era, pero algo malo le sigo viendo.

Tantos recuerdos pasan por mi mente el día de hoy, pensar que ayer lloré y hoy me acuerdo y me río, a veces eso provoca el tiempo, mi taza de café ya casi no tenía nada, ya veo que me venga a correr el mozo, no creo, pero por las dudas le dejaré una buena propina... hoy tuve ganas de tomar un café en mi lugar favorito, mientras me perdía en pensamientos el cigarrillo era mi mejor compañero, como será que habré estado de distraída que cuando desperté de mis pensamientos mi sorpresa había sido grande, la tenía en la mesa de enfrente a ella, la mujer que tiempo atrás me había quitado la ganas de vivir...

Si era ella, la flor más bella, Tatiana, la mujer que robó mi corazón, mientras fumaba mi cigarrillo lo único que hacía era observarla, ver sus gestos, lo incómoda que estaba, ¿será por la compañía que tenía al lado?, si... estaba con su esposo, se veían bien juntos, charlaban de la vida quizás, o quizás de la pose que practicarían a la hora del sexo, o de cuál pastilla sería mejor para que al el se le pare... que perro mi pensamiento... lo único que ella hacía era observarme, ¿tendré monos en la cara?, quien sabe, ella tiene un mundo en su rostro, es tan bonita... tan frágil... tan audaz para provocarme con su mirada... mirada por la que tiempo atrás habría pagado por ver, pero hoy... hoy era como si nada.

Terminé mi cigarrillo, pedí la cuenta, pagué, me levanté y me fui, pero antes le regale una mirada de grandeza a esa belleza y encantadora dama, ella asintió con su cabeza y así sin más, encendí otro cigarrillo y camine, sin rumbo, con rapidez, hoy tenía ganas de caminar, Tatian... si me lo habrías permitido, te habría construido un mundo con mis propias manos... si me habrías dejado amarte, juro que serías la mujer mas feliz del mundo, se que no soy la mejor, pero era tan grande el amor que te tenía que por ti habría sido un ángel, tu ángel...

Entre libros y sus ojosWhere stories live. Discover now