Entre libros y sus ojos

Capítulo 49

-Mi amor, ¿te acordas de tu cara de sorpresa y miedo cuando después de casarnos te dije que nos íbamos a Disney? no te di tiempo a que me digas que no porque yo ya tenía todo organizado, quería que subamos a todos los juegos que fueran posibles porque el día que me llevaste vos de sorpresa la pase tan lindo que un día me juré a mi misma que íbamos a viajar a un lugar soñado como Disney e íbamos a vivir la experiencia a pleno, te confieso que fue instantáneo el movimiento que hice con mi mano para sostener tu cabeza de costado y que el vómito que lanzaste no me viniera a mi, ¿te acordas que ese día me dijiste "basta de montañas rusas por hoy" y yo te insistí por una más? si te hubiera hecho caso la que habría evitado el vómito hubiera sido yo, porque ese día vomite y tuvimos que volver al hotel a bañarnos porque me vomite a mi, a vos y a todos, pobre gente. Me cruce a Micaela ayer, iba al médico y me dijo que estaba odiada porque su hija no la dejaba en paz con que se hiciera los anteojos, porque estaba cansada de verla achinar los ojos cuando tenía que leer en el celular, lo cierto es que bastante buena vista tiene para su edad, ¿sabes una cosa? yo tambien extraño a India, Valentina insiste en que adopte una gata pero no quiero, sufrimos mucho cuando a India le tocó partir y no querría volver a pasar por eso. Estaba pensando en cuanto te amo y como nunca algo va a ser suficiente para expresar el amor que uno siente por alguien, siento que el "te amo" lo encierra todo, te amo Sole, llenaste de dicha mi vida y me hiciste la mujer mas feliz de este planeta, te diría una vez mas que me esperes, pero se que eso no seria necesario porque vos me esperarias en esta y en la siguiente y las proximas vidas, ¿te gustan estas flores mi amor, sentis su perfume?, se que son tus favoritas.

-Soledad amaba esas flores mamá, pero no mas que a vos, ¿vamos?, volvemos el próximo domingo a traerle las mismas flores, ya esta haciendo frio.

-Hija, ¿te puedo pedir un favor antes de irnos?.

-Los que quieras mamita.

-No dejes nunca de traer flores, ni siquiera cuando yo ya no esté.

-Te lo juro.