Capítulo 36

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Solía creer que no podría mantener un vínculo con Tatiana después de sentir tanto por ella, pero las personas estamos en constante cambio y a mi la vida me sacudió tanto que me hizo entender que no podemos vivir sintiendo rencor, las personas "somos lo que podemos" es así, ni más ni menos, yo me enamoré de Tatiana, aún estoy enamorada de ella pero ahora soy consciente de que no puedo pedirle algo que ella no esté dispuesta a dar, no puedo obligarla, no puedo hacer que me ame ni que juntas formemos una historia de amor porque quizás la historia es esta, yo amando todo de ella y ella siendo ella, Tatiana. En la vida existe de todo, personas que se aman y comparten su vida juntas, personas que se aman pero funcionan mejor a la distancia, una persona que ama a muchas personas, en fin de todo, a mi me toco ser la que ama y daría todo por alguien que no quiere o no puede darme algo, pero tengo dos opciones, compartir mi vida con ella siendo amigas o perderla y no entiendo porque solo podría existir un vínculo solo si es el que yo quiero, las relaciones no tienen que estar sujetas a un interés, no somos objetos en el aire, no somos un sillón. Es así como me conformo con tenerla en mi vida.

Suelo frecuentarla en la librería por lo general cuando no esta su "cónyuge", a veces salimos a cenar o viene a casa, incorporamos la costumbre de domingo por medio encontrarnos en un café que queda a unos minutos de la ciudad y desayunamos juntas, esos cafés son los más ricos, esos momentos en mi vida son los que deseo a veces que sean eternos, pero duran unas horas y eso ya es bastante acaso el tiempo ¿se dimensiona?. El tiempo es relativo, somos instantes, a veces no te das cuenta otras tantas te sentís en una galaxia en la que todo pasa más lento y ese es tu momento "eterno", en ese café siento que mi cabeza está en silencio de problemas y solo disfruto nuestras charlas, nos disfruto siendo ese instante.

Me ayudo un montón y no se separó de mí cuando perdí a mi mamá, fue un pilar muy importante para que no me muriera de dolor, se convirtió en mi mejor amiga, bueno las amigas no se besan y a veces nosotras unos picos o micro besos nos damos, ella me besa y yo la dejo, pero no pasamos de besos, aún no entiendo porque lo hacemos pero lo hacemos, también nos tocamos mucho las manos, nos abrazamos mucho, yo personalmente disfruto tanto del contacto con su piel suave, como me gustan las pieles suaves... llegue a sentirme su amante, pero solo son besos... y no se puede engañar a quien no se ama, yo no sé qué pasa con ellos realmente, decidimos no hablar de ese tema, decidimos que nuestros momentos sean nuestros y de nadie más, hablar de terceros sería condenarnos a perder tiempo y la vida es muy corta. En fin, somos mejores amigas, amantes de besos, instantes.

—Estoy abajo, ¡besa a India de mi parte!.

—Dale, ahí bajo, ¿lista para tomar café hoy?.

—¡Siiiiiii baja!.

—¡Pero que linda que estás Sole!.

—Ya sé —dije guiñando un ojo.

El camino siempre se nos hace muy corto, vamos cantando, yo a los gritos como de costumbre, así despierto a cualquier personas que todavía tenga un poco de sueño, lo admito, soy ruidosa. El café al que vamos queda en un lugar lleno de verde, árboles, plantas, y es todo de vidrio por lo que sentís estar al aire libre, pero sin morir de frío, siempre nos sentamos en la misma mesa y si está ocupada esperamos a que se desocupe, las personas por lo general hacen todo rápido, vimos parejas que no se dirigían ni la palabra ni la mirada hasta el momento en que una de las dos personas decía ¿vamos?, no entiendo porque las parejas hacen eso, porque si no se aman siguen juntos, pero no me incumbe.

—Dos latte por favor —pidió Tatiana, siempre comenzamos así, con un café y después la cuenta se va agrandando, el desayuno es la comida más importante del día dicen, yo al dicho lo respeto mucho pero en domingo, durante la semana me da pereza desayunar.

—Ahora que te pude mirar bien vos también estas linda hoy querida.

—Ya lo sé—dice arqueando una ceja.

—Contame, ¿cómo fue tu semana?.

—Bien, mi vida es monótona y lo sabes, mi hija es cada vez más insoportable.

—Tu vida es monótona porque vos querés que así sea, ¿solo eso tenés para contarme?.

—Contame vos cómo fue tu semana —dice redoblando la apuesta.

—Bien, el domingo pasado después de que me dejaste en casa de mi padre fuimos al cementerio a llevar unas flores para mi mamá, aun no se porque lo hace papá, quizás es una forma de sobrellevar su perdida, estuve enviando currículum para ver si consigo traba...

—Podes trabajar en la librería conmi...

—No —la mire como queriendo comerla —sabes que eso no, también me junté a cenar en casa con Samira (con todo lo que pasó con mi mamá pudimos recomponer nuestra amistad), comimos pizzas y tomamos cerveza, mucha cerveza.

—Mmm... Samira... y ¿cómo está ella?.

—bien, muy bien, todos estamos bien.
—Ya veo...

—Bueno eso hice, no agarre apuntes para estudiar, 0 ganas la verdad.

—Ya volverán las ganas.

—Y... ¿tu marido?.

—¿Te parece hablar de él acá?.

—¿Por qué no?.

—No se no tengo ganas.

—Bueno Tati pero nunca hablamos de él, no importa ya esta.

—¿Me extrañaste?.

—Siempre te extraño —dije y me dio la mano.

A veces hay momentos de tensión entre nosotras algo así como momentos de reproches sin culpas, pero somos lo que somos en este momento, confieso que trato de darle celos a veces para ver si así reacciona y reacciona para mal pero bueno, desayunamos y después de andar un poco en auto por la ciudad la acompañe a la farmacia a comprar algo para la acidez, después me dejo en mi casa.

—¿Sabías que te amo?.

—Lo se Tati —dije agarrando sus hombros y trayéndola hacia mi cara para besar su mejilla.

—¿Nos escribimos?.

—Por supuesto —me baje del auto. Cuando estaba entrando a mi casa me llegó un mensaje de ella.

"Siempre la paso bien a tu lado, te amo".

—Yo también te amo.

Entre libros y sus ojosWhere stories live. Discover now