Capítulo 30

2.3K 160 4
                                    

*Mensaje de WhatsApp*

—Hola, ¿te parece hablar y remover un tema que al menos a mi aún me duele?.

—Me parece que ambas merecemos ser escuchadas y la realidad es que te considero una amiga, no quiero perderte.

—Ya nos perdimos.

—¿Podemos vernos y hablar si o no?

—Esta bien, ¿Cuándo y en donde?.

—Hoy en la noche trabajo te parece mañana en la tarde? te espero en mi casa.

—Y si te pasó a buscar a la salida del trabajo?.

—Prefiero que sea de día, te espero un beso.

Desde lo que pasó Samira había dejado de dirigirme la palabra y se las ingeniaba para no cruzarme al cambiar el turno en el bar así que llevaba un tiempo desde que no sabía de ella, no siento que haya habido un cambio al pedirme que nos veamos de noche veo dobles intenciones, dudo que podamos recomponer la relación, en fin, necesito hacer algo o pactar mi última jugada, no siento que sea justo que todo termine así.

Está vez curiosamente la crucé con anterioridad a Sami en uno de los pasillos del bar, es curioso porque siento que siempre quiere sacar algún tipo de provecho en todas las situaciones de su vida, ¡pero que más da! lo único que quiero es darle un buen final a todo, sea bueno o malo pero estar tranquila de que hice algo porque no haya quedado todo en odio.
Tatiana me escribió uno que otro mensaje nada firme, un trato muy cordial pero ambas sabemos que nos queremos mucho, amigas no somos en realidad nosotras ya no somos nada, hace demasiado tiempo deje de rezarle a santos que no hacen milagros y nosotras somos una causa perdida.

El tic tac del reloj del living me ponía histérica, nunca estuve tan puntual esperando a alguien, preparé gaseosa y algo para comer en la mesa ratonera.

—¿Hola como va? —dijo sin mirarme a los ojos.

—Bien ¿vos? —dije haciéndole señas de que pase a casa y eso hizo.

—Aquí estoy ¿Qué es lo que querés?.

—No me hables así, quería ver si podíamos solucionar algo, componer esto, retomar.

—Nos dijimos muchas cosas Soledad...

—Ya se, entonces ¿no te importa?.

—Claro que me importa, pero ¡vos no me entendes!.

—Pero quiero hacerlo, quiero entenderte.

—No puedo ser tu amiga porque te amo, aunque suene loco te amo con todo mi ser, estuve para vos como estuviste para mi, me hice ilusiones y se que soy una ilusa, aquella noche no tuve intención de pasarme con vos, pero pensé que querías, quise que sucediera.

—¿Pero entendes que yo no siento lo mismo verdad? creí que podía haber algo entre nosotras dos, pero tenerte de amiga ha sido muy grato y no puedo verte con otros ojos.

—Porque no me ves, porque no te tomaste un minuto de tu tiempo para mirarme que quizás soy yo tu felicidad.

—Sami, te miré con ojos de amiga, de hermana, mi felicidad depende de mi no de una persona, pero alguien podría hacerme más feliz y ese alguien no sos vos.

—Ese alguien es esa vieja de mierda que te domina la vida.

—No te pases, no hables así de ella, realmente creí que podíamos mejorar pero veo que con vos es todo o nada y lamentablemente para tu suerte yo no puedo obligarme a sentir algo que no siento.

—Perfecto, como yo tampoco puedo obligarme a mi a no sentir lo que siento por una idiota.

—Una y otra vez faltándome el respeto ¿te das cuenta?.

—Entonces me marchó.

—Hablemos boluda no seas tan chiquilina.

—No me importa nada de lo que digas.

—Mi mamá está enferma —dije mientras ella se dirigía a la puerta.

—Pues que se mejore —dijo dando un portazo que hizo retumbar la casa.

Algo en mi se rompió, aunque creo que ya estoy tan rota por dentro que sólo soy cenizas de un cuerpo sin nombre.
Me descoloca esto, tengo la duda.

Pov Samira

Que difícil todo esto, que difícil dejarte sabiendo que tal vez no estas bien, pero importó, debo olvidarte, merezco llorarte un tiempo hasta arrancarte de mi, merezco librarme de este sentimiento absurdo que no es correspondido.

Pov Soledad

No entiendo como a una sola persona le pueden pasar todas, no me sale una, una puta cosa bien, me he quedado sin amigos, sin Tatiana, con la incertidumbre de no saber como esta mi madre de salud, con miedo.
Supongo que para algunos a veces la vida se nos torna un poco difícil pero que todo pasa.
No tengo ánimos de nada que no sea estar en los brazos de Tatiana, en sus brazos me siento cómoda, plena, en sus brazos siento paz, tanta paz que me da miedo y de sólo imaginarme a mi tocando su piel algo de esa paz llega a mi.

Entre libros y sus ojosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang