Capitulo 23

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¿No les pasa a veces que ciertas situaciones las hace sentir de ciertas formas? Bien... empecé a sentirme excitada, caliente, extremadamente caliente, mi vagina se había encargado de hacérmelo saber. No necesite tocar nada, para saber lo mojada que estaba y como me latía, necesita sexo, pero no quería coger a Tatiana, la euforia que me dio el reencuentro quería calmarla con alguien mas y la indicada fue Fiorella, el pensar en sus tetas grandes me prendía aun mas y no podía quedarme simplemente así, a medias, no quería masturbarme. Podría haber buscado a Samira pero ella era una buena amiga, quería conservarla, a Fiorella jamás la trate solamente en un ámbito laboral pero solo quiero sexo.

Agarre mi celular y entre a WhatsApp, la busque y le escribí:

—Hola, ¿cómo va? Se que es raro lo que te voy a decir, ¿te acordas que me dijiste en la librería que querías conocerme?, bueno es la oportunidad justa, ¿podrías venir a casa?, te darás cuenta de quien soy, si podes ya mejor (le escribí mi dirección).

Respondió rapidísimo:

—Eyyyyy... pensé que nunca me ibas a escribir, ya voy para ahí.

La podría confundir si solo le pido sexo, quizás me hará quedar como una perra, pero no me importa, quien dijo que los sentimientos siempre tienen que estar de por medio si se puede perfectamente calmar las ganas y nada mas. Tenía un buen culo la chica, un buen par de tetas, pensarla me prendió aun más, 30 minutos a reloj fueron los que tardó en llegar a casa, al abrir la puerta sentí algo de ternura, ni se imaginaba para que la llame, pero no iba a pasar mucho hasta enterarse, nos saludamos con un beso en la mejilla, la invite a sentarse en la sala, y le serví un poco de vino, estaba nerviosa lo note en su voz y yo mucho no ayudaba porque la estaba provocando todo el rato con la mirada y se dio cuenta.

—Bien, seamos claras, ¿para que me llamaste?.

—Querías conocerme, ¿no es así?.

—Y porque no dejas de mirarme los labios, me estas poniendo nerviosa.

—Porque quiero cogerte.

Me acerqué a ella y le partí la boca de un beso, no la deje ni siquiera respirar, lo finalice con una mordida en el labio inferior y me aleje.

—Me sorprendiste, no pensé que esto pasaría...

—Vamos, me vas a mentir que no se te cruzó por la cabeza la idea de obtener un beso al menos en este encuentro.

—Si... bueno no... no se...

—Puedo darte más que solo un beso.

—Sos una puta —dijo mirándome con ojos perversos.

—Muy puta, probame y me contas que tanto.

Se acercó a mí y me agarró con fuerza de la camisa llevándome hasta ella, me la saco y después del corpiño mordió uno de mis pezones que se encontraban erectos, di un grito leve de dolor y la mire. Metió una de sus manos en mi pantalón por fuera de la bragas jugo con mi clítoris y apretó fuerte, mi espalda se arqueo y largue un gemido. Me sentía muy caliente, tan caliente que lo único que quería era sentir su cuerpo, sentirla adentro mío y tocar su vagina.

Mi mano derecha fue directo a sus tetas y la metí por debajo de la remera, agarre uno de sus pezones y lo estire tan fuerte que creí que lloraba, baje rápido hasta su pantalón y desprendí los botones, introduje mi mano en su vagina y sentí su humedad, esta chica quería lo mismo que yo, quería coger y nada más, estaba segura.

Ambas nos dábamos placer al mismo tiempo tocando nuestro clítoris pero me adelante y sin dudarlo, no introduje un dedo, sino dos, y empecé a meter y sacar con fuerza, tan rápido en la medida que su pantalón me lo permitía, ella gemía como y me miraba, me acerque a su cuello se lo mordí y después subí hasta su oreja y le susurre "después de todo vos también solo querías sexo", me miro e introdujo sus dedos en mi, me volvió loca, no podía dejar de moverme junto con sus dedos.
El grado de excitación que teníamos las dos era tanto que no se en que momento la vi acabar y le pedí que no parara porque yo aún no había acabado, se volvió una fiera con los dedos pero no logro darme un orgasmo, de todas maneras la pase muy bien.

Nos alejamos en silencio, la miré y ella no pudo hacer lo mismo, estaba cansada, me dio gracia el hecho de haberla cogido con ropa, pero que bien que estuvo.

—La pase bien, me hiciste pasar las ganas —le dije sin mirarla.

—Yo también, me alegro por eso.

—¿Qué querés hacer, querés más vino, cerveza, querés más sexo?.

—La última opción me parece perfecta pero tengo que marcharme ya, tengo que acompañar a mi madre al médico.

—Bueno te acompaño a la puerta.

Caminamos despacio hasta la puerta, cuando iba a despedirse de mí, la acerque a mi cuerpo, introduje mi mano por debajo de su remera, le agarre fuerte un pezón seguido de un "que se repita pronto" y después un beso, gimió en mi boca y me beso.

—Cuídate bonita —dijo y se marchó.

Me cuido y vos cuídala, que aun me falto probarla, pensé.

Entre libros y sus ojosWhere stories live. Discover now