Untitled Part 1

Beginne am Anfang
                                    

—Yo no tenía este aparato entonces —replica entendiendo por fin. Aziraphale sonríe.

—Al día siguiente empezaste a usarlo.

—Ojalá. No habríamos tenido que esperar una eternidad a que todo el mundo supiera que habían disparado al archiduque de Austria.

—Siempre tan impaciente —se ríe—. Pero vuelve atrás a lo de las gallinas, que me he perdido —se sonroja un poco.

—¿Qué te has perdido?

—¿Qué aparato mío?

—Voy a presentarte a tu teléfono, ángel. Por si te has olvidado de su existencia —lo busca por ahí, sin mucho éxito.

—Ah... ¿me escribías a mí? —hasta pone carita de ilusión.

—No. Dijiste que no te molestara a no ser que se estuviera acabando el mundo. O bueno, algo peor desde que ya somos expertos en evitar esa clase de inconvenientes.

—¿Y desde cuándo eres tú tan obediente?

Crowley parpadea un par de veces y toma su teléfono de nuevo, escribiéndole a él ahora. Su teléfono suena... en algún sitio misterioso del universo.

—No crees qué hay formas mucho más eficientes de interrumpirme que no sean...

—Bueno, dijiste setenta y dos horas y han pasado sesenta y siete.

—Y aun así, la obediencia... —baja la vista a su libro.

—Te quejas cuando te hago caso, te quejas cuando no... —se levanta.

—No me estoy quejando de que me lo haces. Más bien...

El demonio le mira de reojo mientras se sirve whiskey.

—Ah, vas al whiskey...—es que ahora si NO está haciendo el más mínimo caso al libro.

—¿Quieres?

—Supongo que podría hacer el sacrificio... —sonríe más y cierra el libro.

—Todos te recordaremos como un mártir por ello —responde sirviendo otra copa, sonriendo.

—Muchas gracias —asiente con la cabeza, sonriendo. El demonio arruga un poco la nariz como cada vez que le da las gracias pero sonríe de vuelta, acercándole el vaso—. Estaba pensando, Crowley... ahora que van a dejarnos... tranquilos un tiempo.

—¿Mjm? —pregunta lanzándose de nuevo en la butaca, con una pierna por encima del reposabrazos, aunque manteniendo esta vez una posición un poco más vertical. Gracias vaso de Whiskey.

—Quizás no sería del todo mala idea... irnos.

—¿Ahora? Si precisamente ahora es cuando mejor vamos a estar aquí.

—Hablo de unos días de vacaciones.

—Vacaciones... —repite valorando la idea—. ¿Dónde?

—No lo sé. Creo que será difícil encontrar un lugar que nos guste a... ambos.

—Estoy seguro que puedo tentarte con casi cualquier lado.

—Si vas a ofrecerme Las Vegas te aseguro que no voy a estar tentado.

Crowley levanta un dedo haciéndole callar y saca su teléfono otra vez.

—Los mejores hoteles en los que comer en Las Vegas —empieza a leer en voz alta.

—Ohh, eso es trampa. Hay hoteles donde comer en todos lados —se ríe y sonroja un poquito.

—Sí, por eso—Igualmente empieza a leer sobre ello. Pastelerías y creperías porque Crowley conoce a su público. Especialidades en dulces americanos y comida fusión.

Sin CityWo Geschichten leben. Entdecke jetzt