La rubia rodó los ojos, se volvió a colocar los lentes y tomó un sorbo de su bebida.

Volví a escribir en la pizarra de tiza con una sonrisa implantada en su cara. Creo que después de robar archivos policiales ilegalmente juntas, nos volvimos unidas.

—Créanme, ninguna burla de ustedes me va a afectar —escuché hablar a Sasha, yo solo podía negar con la cabeza—. Entre Mickey y yo no ocurre nada. Solo nos besamos para mantener la actuación.

—¿Actuación? Claro, eso parecía mucho una actuación. Parecida a las de Mía Khalifa —bromeó Rachelle—. Si no hubiera estado ahí el detective o si nosotras no lo hubiéramos estado viendo, no sé a qué hubieran llegado.

Me reía en silencio al escuchar la conversación. Estas chicas pueden ser realmente ingeniosas cuando les toca insultar a alguna, y pareciera que ninguna se lo toma en serio.

—¡No fue así! —se defendió Sasha aguantándose la risa—. Fue un tranquilo e inocente beso, sin ninguna clase de segundas intenciones.

—Si con tranquilo e inocente te refieres que Mickey por poco no te mete la lengua en la garganta, pues así fue —hablé sin despegar la mirada de la pizarra—. Escupe los detalles, Sasha. ¿Cómo besa el pequeño ratoncito?

—¡Cuidado no escupas tanto! No queremos que nos llegue la baba de Mickey que te queda en la boca —se burló Rachelle provocando más risas. Me volteé hacia la rubia, quien se encontraba riendo.

Sasha, luego de reír, sonrió con la boca cerrada y dedicó su mirada a sus dedos y a sus uñas. Luego de un suspiro, levantó sus ojos hacia a mi.

—Besa increíble —confesó apoyando su codo en la mesa—. Por poco y me muero del susto: de la nada sentí como sus labios comenzaban a moverse y se apegaba a mi. Juro que mi plan era besarlo súper suave, solo juntar los labios, no quería confundirlo. Ya saben cómo es Mickey.

Si, Mickey no tiene un historial muy brillante en lo que de amor se refiere.

Tuvo su primera novia a los trece. Una niña con frenillos en los dientes de arriba y abajo, castaña y de pelo híper largo, cual se amarraba en una trenza. Mickey me la describió como una chica súper linda, aunque en mi mente solo la veía como Bety la Fea. Bueno, después de que él se enganchara con ella, Bety la Fea lo dejó por su mejor amigo. Auch.

Su segunda novia fue a los catorce (no pierde el tiempo) y duraron un año. Era lesbiana.

No hay muchos detalles sobre ella.

Su tercera novia fue a los dieciséis y él confirma que ella le rompió el corazón, tanto así que no pudo abandonar su sillón por dos meses. Él afirma que la amaba mucho.

Ahí empezó a tener varias novias.

Una lo dejó por otro. Otra lo engañaba con tres. Otra se fue de intercambio a Londres y se consiguió un inglés. Y la última que tuvo, desapareció de la faz de la tierra, para luego ser encontrada por Mickey con su hermano.

Auch.

Si, Mickey tiende a ilusionarse rápido, tener una relación apurada y luego ser destrozado. Uno creería que Mickey aprendería y se convirtiera en un playboy experto, pero no. Mi mejor amigo es un romántico, y todas sabemos que ahora su nuevo romance es Sasha.

HABITACIÓN 219Donde viven las historias. Descúbrelo ahora