Forelsket |Thorki|

13. Loki

He regresado a casa en completa soledad aún con la ligera sensación de los labios de Thor posados sobre los míos y su respiración cerca de mi mejilla. He observado hacia la autopista en mi corto trayecto con la esperanza de ver el vehículo de Odín. Al llegar a casa y subir a mi habitación, realizo lo mismo. Mi mirada se enfoca en la calle, aguardando por el pronto regreso de Thor, pero conforme transcurren los minutos e incluso las horas, nada sucede en lo absoluto.
No recibo ninguna señal, Thor no responde llamadas, mensajes y pronto, la desesperación, angustia y por supuesto, preocupación se van apoderando de mí. Debo estar tan concentrado en mi labor que paso por alto el llamado de mi padre hasta que este toca dos veces la puerta abierta de mi alcoba. Volteo en su dirección para ser recibido por una expresión curiosa. Él se aproxima hasta sentarse a mi lado, mira hacia la ventana, al punto exacto en el cual me estaba enfocando y por un instante, me parece ver comprensión en su faz que pronto es reemplazada por la seriedad que siempre lo ha caracterizado.

—¿Todo en orden? —cuestiona posando una mano sobre mi hombro, por más que ejerce una leve presión, yo siento que ha traspasado mi piel y músculos hasta llegar a mis huesos. Papá siempre ha tenido la habilidad de generar temor en los demás con solo un toque, alguna palabra o hasta su mirada.

—Sí —miento con facilidad. Sueno convincente o por lo menos es lo que deduzco al ver como plasma una pequeña sonrisa en sus labios. Su mano ahora alborota mis cabellos.

—Supongo que has estado estudiando que no oíste mi llamado de hace unos minutos —responde señalando la mochila abierta y los cuadernos que hay sobre el escritorio.

—¿Es importante?

—No, puedo traerte la cena hasta tu habitación, no te preocupes. —Se levanta, camina hacia la salida y es cuando lo detengo pronunciando su nombre. Nos miramos unos segundos, él esperando lo que debo decir y yo buscando las palabras adecuadas.

—¿Por qué Odín y tú se odian tanto? —pregunto siendo testigo del ceño fruncido en el rostro de mi padre. Pienso que tal vez he formulado una pregunta incorrecta pero mi necesidad de encontrar respuestas es mayor—. ¿Es solo una competencia por ver quien es el mejor abogado de la ciudad o su adversidad va más allá? —Callo unos segundos y entonces pronuncio la última interrogante—. ¿Por qué me enseñaste a odiar a Thor?

Laufey aprieta el puente de su nariz utilizando sus dedos índice y pulgar y aquella acción me da a entender que ahora mismo se encuentra en una condición poco favorable para él.

—Ten cuidado, Loki, quien busca encuentra, es cierto, pero puede que no te agrade el hallazgo —Es lo único que responde. Me da la espalda dispuesto a irse y dar por terminada la plática que parece más un interrogatorio.

—¿Es la razón por la cual mamá se fue?

No me mira para recriminarme por lo dicho, porque desde que mamá no está, hablar sobre ella se ha convertido en un tema tabú.
Escucho un suspiro y después sus pasos alejándose al igual que su silueta.

Me quedo en el mismo sitio por si él vuelve, sin embargo, no sucede, el pasadizo poco a poco se oscurece y no hay señales de mi padre. Cierro la puerta de la habitación, consigo mis lentes posados sobre el escritorio, me aproximo a la ventana para continuar viendo a la carretera y pronto, el vehículo de Odín aparece en mi campo de visión, este se estaciona delante de su destino, la puerta del conductor es abierta y Odín sale de ella, lleva una mano en el bolsillo y otra sostiene el celular que mantiene a la altura de la oreja. Sigo con mis ojos en la escena, esperando que Thor salga del asiento de copiloto.

Nada sucede.

Odín camina hacia su casa, concluye la llamada y es cuando eleva la mirada para encontrarse con la mía. En la distancia diferencio una diminuta sonrisa en su rostro como si tratara de decirme "gané". No respondo porque siento que cualquier mínimo gesto solo va a empeorar la situación.
Pronto, Odín ya no se encuentra cerca, yo permanezco unos minutos más mirando a la nada, cierro las cortinas y me acuesto sobre la cama.

Desde la mesa de noche, oigo las timbradas del celular, contesto sin fijarme en el nombre de contacto y soy recibido por un murmullo que es como recibir una caricia directa al corazón.

—Loki.

Su voz ocasiona que me levante por la sorpresa, sonrío sin evitarlo y me apresuro a responder.

—Thor, ¿dónde se supone que…

—No puedo decir mucho ahora —interrumpe. Sus palabras son dichas con rapidez como si temiera ser descubierto—, solo llamé para decirte cuanto lo siento.

—¿Por qué?

—Por lo sucedido, quizá tu padre ya se enteró de lo sucedido porque el mío se lo contó.

—Estoy bien, él no sabe nada.

Hay ruido del otro lado, una puerta que se cierra con brusquedad y la voz de Thor otra vez en el auricular.

—Debo irme, no llames a este número. Yo me pondré en contacto contigo.

—Thor, ¿por…

Soy interrumpido otra vez, ahora porque la comunicación ha concluido de forma abrupta.