33. Thor

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Mantener una buena relación de respeto con el padre de Loki es una tarea que tarda unas considerables semanas en ser cumplida porque Laufey podía llegar a ser tan serio hasta el punto de causar terror y yo no olvidaba del todo el rencor del pasado. Está de más mencionar que fue Loki quien nos ayudó a los dos. Primero, nos invitaba al mismo lugar para poder pasar tiempo juntos los tres y aunque en más de una ocasión quise irme por donde vine, aquello que me detuvo fue la promesa que le hice a Laufey, esa conversación entre los dos donde él pidió disculpas por su accionar, por los malentendidos y un odio injustificado, solo asentí con la cabeza y cuando obtuve el valor para responder, se adelantó, pidiéndome que a pesar de lo que podría suceder en un futuro, no me dé por vencido con Loki, que su hijo podría parecer alguien que no le importa nada ni nadie, pero en el fondo tenía unos valores increíbles. Se lo prometí por más que ya sabía que lo que dijo es verdad por la sencilla razón de haber conocido ese lado suyo, el que no mostraba fácilmente por temor a ser dañado.

Las salidas se convirtieron casi diarias, la tensión entre los dos desapareció hasta no quedar rastro alguno, poder entablar una conversación ya no era complicado, llegué hasta a pedirle consejos en más de una oportunidad. Pronto en nuestras reuniones incluimos a mi hermana, a mi madre y a pesar de que Laufey dice no querer saber nada de Heimdall porque cree que no le importó la amistad que llevaban y ocultó algo tan importante como la existencia de Hela, estoy seguro que podré convencerlo de lo contrario porque ese pequeño grupo de personas quienes no tienen muchas cosas en común, que pasaron años sin hablarse o verse se ha convertido en mi familia, en una fuente importante de felicidad, aprecio, buenos momentos, consejos, risas y hasta lágrimas.

Porque Loki no solo me ofreció un amor sincero sino la posibilidad de conocer personas maravillosas y eso es algo por lo cual agradecer todos los días. Intento demostrarlo con pequeños gestos inclusive en este momento que hurgo en el bolsillo de la mochila hasta obtener lo que quiero. Extiendo el dulce hasta rozar con mis dedos las páginas del libro abierto que tiene Loki sobre el escritorio. Eleva la mirada hasta dar con la mía y solo en ese breve instante de conexión, siento que me enamoro más de él. Loki sonríe provocando que los lentes que porta se muevan un poco, agradece por el chocolate en un susurro, abre el empaque y como en veces anteriores, me ofrece la mitad, de nada sirve decirle que no, que no es necesario porque entonces elevaría una ceja en mi dirección como quien dice "no te creo ni un poco". Así que, solo acepto, doy un mordisco y continuo leyendo mi propio libro porque los exámenes están a la vuelta de la esquina. Mantener un buen promedio en deportes es sencillo. La final del campeonato será en unos días, como era de esperarse será contra el equipo de Brooklyn, la escuela de Steve Rogers, sin embargo mi propósito es destacar también en las otras áreas, demostrar que puedo ser bueno no solo persiguiendo un balón por una cancha de fútbol.

—Tienes un pésimo promedio en deportes, Loki —comento agarrando la boleta de calificaciones del penúltimo semestre. 

—No tengo tiempo para esas cosas, no todos somos estrellas de fútbol, Thor —responde quitándome la hoja y escondiéndola debajo de su libro.

—Un curso reprobado significa que no podrás graduarte.

Veo el temor fugaz en sus iris verdes, tan solo asiente una y otra vez y prosigue con lo suyo.

—Puedo hablar con el entrenador Fury, existen actividades más allá del fútbol, quizá alguna te guste.

Loki deja el lápiz a un lado, se quita las gafas y estas descansan al lado del primer objeto. Cruza los brazos alrededor del torso, eleva una ceja y produce una mueca con los labios que me habría hecho reír en otras circunstancias.

—Quiero ver que lo intentes.

—¿Qué tal atletismo?

—Ni hablar.

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