Simplemente vivir ©️ (Completa)

Capítulo 24 (Final)

_ ¿Qué haces aquí? – él le hiso seña que se quede en silencio, ella miró al chico que está detrás de él, éste la saludó y le sonrió a medias.

_ Estoy aquí presente para... para pedirle la mano de su hija, quiero casarme con ella con todas las de la ley, por eso traigo a un abogado para que nos case ahora mismo. Con su permiso, voy a tomar la mano de su hija. – tomó la mano de Michelle y ella la quitó.

_ ¿Qué haces?

_ Voy a casarme contigo.

_ Hoy es tu boda con esa chica mexicana. No trates de engañarme.

_ No pude casarme con ella, tu no salías de mi mente, cásate conmigo por favor. – ella asintió con pequeñas lágrimas, entonces el abogado les dijo las reglas y luego les hiso la pregunta.

_ Michelle, aceptas a Edmundo como tu legítimo esposo y prometes...

_ Si, acepto. – Edmundo sonrió de felicidad. El aceptó también. Entonces fue que le colocó el anillo de su abuelo. Ella también colocó un anillo en su dedo.

_ Por todas las de la ley yo los declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia.

_ Mi madre dijo que colocara ese anillo en el dedo de la mujer que amo. Yo no podía colocarlo en el dedo de Aurora sabiendo que no la amo, por eso te busqué, y la dejé a ella plantada.

_ Bésame ya...

_ Me enamoré de ti la primera vez que te vi en el parque reviviendo a una planta. Desde ese momento me di cuenta que el amor de mi vida eras tú.

_ ¡Bésame ya! – gritó sin fuerzas, entonces él se acercó, y la besó por última vez. Michelle le suplicaba que la besara, porque ya no podía continuar de pies, entonces... en sus brazos quedó.

Cuando Edmundo volvió a su casa se encontró con su padre furioso, su madre llorando y sus familiares decepcionados. El bajó el rosto sin decir una palabra. Comenzaron a reclamarle, comenzaron a regañarlo. Su padre se alteró tanto que lo cacheteo. El solo miraba al suelo.

_ ¿Querían que me casara? – alzó su mano y mostró el anillo. _ Me casé, si me casé. – les mostró el papel firmado por ambos. _ ¡SI ME CASÉ, PERO NO CON LA MUJER QUE USTEDES ESCOGIERON PARA MI! Porque mi felicidad no depende de ustedes. Yo no me iba a casar con una mujer que no amo, yo no me iba a casar para complacerlos a ustedes. – respondió enojado, todos mantenían silencio.

_ Me importa una mierda las acciones que tengan con esas personas, lo que realmente le tienen que importar es mi felicidad, ¡La felicidad de su único hijo! Mi felicidad mamá. Mil veces me preguntaste la razón por la cual había cambiado, mil veces te dije que me enamoré, pero por nada del mundo preguntaste de quién, porque nunca te importó. A ustedes lo único que le importan es el dinero, ese cochino dinero, ¿me van a quitar mi herencia por no casarme con Aurora? ¡Pues quítenla! Déjenme en la calle, a mí no me importa el dinero. Con tanto dinero y no pude comprar la felicidad ni la vida de la que ahora es mi esposa. Ni con todo el dinero del mundo pude salvarle la vida, ¿de qué sirve tener tanto dinero? Si en el fondo somos infelices, ¡Somos infelices papá! Tú nunca tienes tiempo para mí, nunca me preguntan cómo estoy en el fondo, nunca me preguntan por lo que hago, ¿Por qué? Porque están pendiente de los lujos, del dinero, de la vanidad. Cuando mueran no se van a llevar esta casa, no se van a llevar nada de aquí, no se van a llevar su dinero, no se van a llevar nada, nada mamá. Porque mejor no aprovechamos el tiempo que tenemos todos para vivir la vida sin ser presumidos, humilde de corazón, ayudar a los niños que de verdad necesitan, vestirlos, darle de comer, comprarle juguetes... ¿Por qué mejor no hacemos eso? ¿Por qué mejor no vamos a los hospitales y ayudamos a las personas que están a punto de morir solo por falta de un medicamento que no tienen para comprar? ¿Por qué mejor no le devolvemos las ganas de vivir a las personas que están desahuciadas? No nos enfoquemos solo en nosotros papá, pensemos en los demás. – el pronunciaba cada palabra recordando a Michelle, y lloraba, lloraba porque ya ella no está. _ Me casé con una chica mamá, que sufrió toda su niñez y juventud. Sus padres murieron en un accidente. Y hoy papá, hoy después de firmar el documento, murió, ¿de qué? De cáncer en la sangre, ¿Por qué? ¡Porque no tenía una fuente que la ayudara a comprar la medicina en estados unidos! ¿No podemos hacer eso y ayudar a personas como ella? Estamos tan enfocados en lo que no nos hace feliz. Mi felicidad es llegar a casa y que mi mamá me reciba con una comida. Despertar y que mi padre me de unos buenos días. Pero ustedes nunca están, siempre están de viaje, sin importarle lo que yo haga. Si nunca les importó lo que yo hago, ¿Ahora por qué les importa que me case con aurora? Solo por el dinero. Pero no, me case hace unas horas, y en este momento estoy viudo, sin esposa. ¡Pero prefiero mil veces estar casado con Michelle por amor aunque ella no esté! Que con aurora, solo por las finanzas que recibirán ustedes. No, y siento mucho si no pude complacerlos como querían, pero no soy el mismo de antes. Si mamá, cambié, cambié porque me enamoré, y ahora le doy el valor y la importancia a cada persona. Mi esposa que ahora no está, me enseñó a amar a las personas por lo que son, y no por el dinero, ni por las apariencias. – dicha esa frase subió a su habitación.

Edmundo se encargó de hacerle un funeral a Michelle, un funeral donde estuvo presente su familia, sus amigos. Hizo las paces con Joel y le pidió perdón a Juliana por el error que cometió en el pasado. Todos estaban sorprendidos por el nuevo Edmundo, pero eso fue lo más bello que pudo dejar Michelle. Su padre no le quitó la herencia, más, lo colocó en el puesto más importante de la empresa. Su madre, ahora viaja menos y todas las tardes lo recibe con un abrazo y un beso. Edmundo quedó viudo, pero seguía amando a su esposa a morir. Porque por fin pudo entender, que no importa el físico ni los aspectos, sólo importa la personalidad y su gran forma de ser, el brillo en la mirada y la sonrisa que transmite felicidad. Él pudo entender que el amor no se compra, que por mucho dinero que tenga nunca podrá comprar la felicidad. Por fin entendió que amor no se siente con las manos, sino con el corazón.