Capítulo 20

17 7 0
                                    

_ Sí, tengo que hacerlo por obligación.

_ ¿Alguna vez me quisiste de verdad?

_ Si.

_ Mientes, mientes. Tú nunca me quisiste, sólo lo hacías para complacer a tu ego.

_ ¡Yo te quise de verdad!

_ ¿Cómo puedo estar segura? Si todo de ti es una mentira. – se soltó de él y se fue.

_ ¿Por qué me está pasando todo esto? – susurró el con lágrimas en sus ojos. _ No puedo dejarla ir, tengo que... – cuando se giró se dio cuenta que ella estaba hablando con una chica. Aquella chica es la hermana de Sam, que la vio en ese estado y la detuvo.

_ ¿Qué te pasa? ¿Qué sucede? – le pregunta ella preocupada.

_ No pasa nada, solo... solo...

_ ¡Michelle espera! – dijo Edmundo acercándose.

_ Lo siento, debo irme. – le susurró a la chica, pero ésta la tomó fuerte por el brazo mientras miraba a Edmundo. _ Déjame ir.

_ Creo que ya entiendo todo, no hay necesidad de que expliques. – le respondió la chica.

_ Michelle...

_ ¿Edmundo? – cuando el miró a la chica se sorprendió.

_ No, tú no, tú estás muerta. –fue lo primero que dijo. Michelle se quedó observando a la chica. Es la segunda vez que le dicen que está muerta.

_ ¡Pues fíjate que no! No estoy muerta.

_ Yo te vi morir.

_ Solo en sueños wey. Además, ¿Qué intentas hacerle a ella? ¿Lo mismo que me hiciste a mí?

_ ¿Juliana? – dijo Michelle sorprendida.

_ ¿Te habló de mí?

_ El no, Joel sí.

_ Joel. – sonrió a medias.

_ ¿No moriste? ¿Dónde estuviste todo este tiempo? – dijo Edmundo.

_ Eso a ti no te importa. Michelle, él no es buena persona, solo te utilizará para complacer a su ego y luego terminará humillándote y riéndose una vez que caigas completamente enamorada de él. ¡Tú no puedes creer en sus palabras! Son palabras vacías, llenas de veneno. Las apariencias engañan Michelle, que él sea guapo, buenmozo, eso no quiere decir que te va a querer como tú lo llegues a querer. Él no es buena persona Michelle, de él quedé embarazada, por culpa de él perdí a mi bebé y quede estéril...

_ ¡MENTIRA! Tú nunca quedaste embarazada de mí.

_ ¡AQUÍ EL UNICO MENTIROSO ERES TU! Por tu maldita culpa tuve ese horrible accidente que me marco para toda la vida. – se levantó su camisa y les mostro una cicatriz que tiene en su vientre. _ Mataste toda mi ilusión de ser mamá, toda esa ilusión la mataste Edmundo.

_ Tú solo querías mi dinero.

_ ¡Eso es lo único que te importa, tu dinero! Lo único que yo quería era hacer una familia contigo como una vez lo prometiste, me lo juraste ante Dios que yo iba a ser la madre de tus hijos.

_ Lo único que te importa es tu dinero nada más. Pues quédate con tu dinero, veremos si el podrá hacerte feliz, si podrás comprar el verdadero amor, si podrás comprar la felicidad y la paz interna. Veremos si con todo tu cochino dinero vas a ser feliz el resto de tu vida. – dijo Michelle enojada. Se sintió mal al darse cuenta de todo.

_ Claro que si puedo. Ahorita mismo compro mi boleto para México y me caso allá, tendré dos niñas hermosas. Tendré una esposa, mi trabajo, mi casa, ¿Qué más puedo pedirle a la vida?

_ Que ningún tipo haga con tus hijas lo que tu hiciste con nosotras. – respondió Michelle sonriendo.

_ Eso no va a pasar, no va a pasar porque yo las voy a proteger.

_ La vida es como un restaurante Edmundo, nadie se va sin pagar.

_ Michelle, vámonos. – ambas se fueron. _ ¿Sabes dónde está Joel?

_ ¿Quieres trabajar en el restaurante? Necesitan una encargada. – dijo Michelle con su voz quebrada. _ Necesitan a una chica que ame las flore. – dejo caer una lagrima.

_ Necesitan a una chica que alegre el día de todas las personas que lleguen con problemas. – se detuvo y miro al cielo. _ Necesitan a una chica que alegre el corazón de los clientes.

_ ¿Ese no es tu trabajo?

_ Sí, pero puedo compartirlo contigo. Tómalo como agradecimiento por lo que hiciste hoy.

_ Si necesito la chamba, pero no tomaré tu trabajo. – Michelle se quedó en silencio y tomó el bus que lleva a la casa de Joel. _ Puedo jurar que estoy nerviosa, volveré a ver a mi primo.

_ Ayer tuvo una discusión con Edmundo y hoy no fue a trabajar. – la chica se quedó pensativa.

_ Él no está en su casa. – bajaron del bus y ella tomó un taxi. Michelle no sabía para donde se dirigía como tal, hasta que vio el cementerio.

_ ¿Qué hacemos aquí? – preguntó nerviosa.

_ Estoy segura que Joel está aquí visitando mi tumba.

_ No me gusta este lugar... quédate... señor, por favor, le pagaré el doble para que me saque de este lugar. – dijo nerviosa.

_ Puedes quedarte con nosotros.

_ Lo hiciera pero en otro lugar. – tan pronto llegaron juliana bajó, pero Michelle no. _ Lo siento. – dijo con lágrimas en sus ojos. _ No puedo estar aquí. 

Simplemente vivir ©️ (Completa)Where stories live. Discover now